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El páramo de Zuckerberg

Voces

¿Hacia dónde está yendo todo el dinero? Meta, la corporación antes conocida como Facebook, ha invertido cantidades impresionantes de dinero en lo que llama “el metaverso”, el mundo paradisíaco de realidad virtual que para Mark Zuckerberg representa el futuro de las conexiones humanas.

Sin embargo, para mí, las preguntas más interesantes sobre el metaverso son menos sociológicas y más financieras. Cuando me puse el último visor de realidad virtual (RV) de la empresa, el Quest Pro de Meta, que cuesta $us 1.500, y me lancé en paracaídas a Horizon Worlds, el parque temático virtual de Meta, no me quedé reflexionando sobre el futuro de la comunicación humana. Más bien, en el estado del departamento contable de Meta.

El Xanadú de Zuckerberg es un páramo caricaturesco. Por donde mires hay anuncios que prometen una gran diversión: conciertos, salones de juegos, lugares para cantar con micrófonos abiertos, salas de baile, bolos, salas de escape y mucho más. No obstante, casi todo es una tomadura de pelo. La mayoría de estos lugares están abandonados; tendrás suerte si encuentras muchos recintos poblados con más de un avatar. Cada rincón del metaverso de Meta apesta a un abandono espeluznante, como el Estados Unidos posapocalíptico de la serie de juegos Fallout. Además, conforme deambulas por ese lugar desolado, no puedes evitar pensar en cómo se han quemado todos esos miles de millones de dólares: ¿Zuckerberg gastó todo ese dinero… en esto? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿En qué estaba pensando? ¿Lo están chantajeando?

Las cantidades son desconcertantes. En un informe de resultados del mes pasado, la empresa anunció que Reality Labs, su negocio del metaverso, había despilfarrado casi $us 4.000 millones en el último trimestre financiero. La división gastó más de $us 10.000 millones en lo que va de este año, un ritmo que superó los $us 12.000 millones que gastó en el metaverso el año pasado.

El gasto de Meta en RV parece apenas un poco más fructífero que meter el dinero en un horno. Los $us 12.000 millones que invirtió Reality Labs en costos dio como resultado tan solo $us 2.300 millones en ingresos el año pasado; en lo que va de este año, el ingreso es tan solo un poco más alto, mientras que los costos subieron más de una cuarta parte.

El Quest Pro de Meta es bastante bueno. Es más cómodo que las versiones más antiguas y baratas y su monitor y sistema de rastreo de movimiento funcionan de una manera mucho más fluida, pues elimina la más mínima sensación de mareo y la presión en los ojos que he sentido en dispositivos de RV anteriores. No obstante, está lejísimos del rango de precio para la mayoría de los consumidores. Y el visor más barato de Meta a duras penas es barato. Con un costo de $us 399, el Quest 2 de Meta es tan costoso como muchas de las consolas de videojuegos de gama alta. Y luego está Horizon Worlds, el rincón social del metaverso de Meta. Horizon Worlds tiene como objetivo ser el equivalente en RV de la aplicación Facebook: es un lugar para pasar el rato, para platicar con amigos y extraños, para jugar juegos, para explorar el futuro digital de las relaciones humanas. Parece ser la parte favorita de la RV de Zuckerberg: suele publicar imágenes de sus aventuras por Horizon Worlds y a menudo lo describe como el futuro de la socialización digital. No obstante, en una llamada con inversionistas del mes pasado, admitió que a Horizon Worlds “todavía le falta mucho antes de ser lo que aspiramos que sea”.

Vaya que sí. Citando documentos de la empresa, The Wall Street Journal informó que Meta se había visto obligada a reducir sus expectativas de crecimiento para Horizon Worlds. La empresa alguna vez buscó alcanzar 500.000 usuarios activos al mes para finales del año, pero en la actualidad tiene menos de 200.000.

“Un mundo vacío es un mundo triste”, hizo notar un documento de la empresa que citó el Journal. Así me pareció. Mi tiempo en Horizon Worlds a menudo se sintió más melancólico que divertido. Es la principal aplicación social en el nuevo dispositivo más importante de la empresa de redes sociales más importante de internet… y es un desastre defectuoso, vacío y de baja fidelidad en donde los avatares ni siquiera tienen piernas (todavía), donde la mayoría de los “mundos” que visité estaban desiertos y los lugares más poblados que encontré apenas tenían decenas de personas y donde las conversaciones a menudo profundizan poco más allá de “Hola” y “¿Cómo estás?”.

No estoy descartando la socialización en la RV; es posible que algún día alguien encuentre cómo pasarla bien en los mundos virtuales. Sin embargo, el gran gasto de Meta no nos está llevando hacia allá. Es una empresa con demasiado dinero y muy pocas ideas originales e innovadoras. Está despilfarrando miles de millones de dólares en una fiesta a la que nadie quiere ir.

Farhad Manjoo es columnista de The New York Times.