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A la hora de elegir

SIMPLE Y CLARO

Muy cerca de finalizar la etapa escolar para miles de bachilleres en el país, les preguntamos informalmente sobre las opciones profesionales que tienen pensado elegir o al menos las que estén entre sus preferencias. Varios optan por las carreras tradicionales, argumentando que así piensan mejorar o mantener su situación económica, otros lo hacen para continuar la tradición familiar y hay quienes señalan sentir vocación. Llamativamente hay un grupo de futuros bachilleres que dicen no estar seguros en su elección profesional, incluso decidieron desde ahora que se tomarán un tiempo, algo así como un año sabático para analizar el rumbo que tomarán. Y hay un tercer grupo conformado por los que decidieron insertarse en el mundo laboral sin pasar por una previa capacitación, algunos se basan en el negocio familiar y otros, en realizar una breve capacitación técnica que les permita adiestrarse en menor tiempo para luego emprender una ocupación de forma independiente.

Estos últimos son los que más nos llamaron la atención porque son una nueva generación que cobra vida y tienen planteamientos muy claros. En primer lugar, piensan que las carreras tradicionales llevan mucho tiempo, que el mercado laboral para esas carreras es muy pequeño, que no hay independencia porque luego deben sujetarse a un patrón, un horario y un salario que generalmente no responden a sus expectativas. Son un grupo de jóvenes que se muestra confiado en sus potencialidades, tienen ideas a desarrollar, piensan en hacerse de un capital que les permita realizar sus emprendimientos, trabajar inmediatamente, en el mejor de los casos, si consideran necesario, ingresarán a un instituto técnico para garantizar su ingreso al mundo laboral.

Cuando los jóvenes hablan de carreras técnicas, los adultos acostumbrados a la formación universitaria como la mejor alternativa, almacenan argumentos como el prestigio, las supuestas oportunidades de trabajo o recurren a la idea, generalmente errada, de profesión universitaria igual a grandes ganancias. En este caso los padres, tíos, abuelos olvidan que las carreras técnicas en este momento de la historia ofrecen muchas más opciones de inserción en el mundo laboral, que son más prácticas, que necesitan de menor tiempo y quizás también menor inversión, que cuentan con muchas alternativas y que vislumbran el futuro con mayor claridad.

Es parte del pasado el quitarle importancia a la formación técnica, los países más desarrollados optaron por jerarquizarla habiendo comprobado en la práctica que allí radica el empuje a su industrialización y el potenciamiento de su economía.

Lucía Sauma es periodista.