Impuestos que nos controlan, ¿buenos o malos?
Hace unos días se emitió un criterio respecto a que el sistema tributario boliviano actúa como un depredador, haciendo énfasis en los impuestos a las bebidas alcohólicas y que esto a su vez tiene como consecuencia que sea difícil generar empleos en nuestro país.
En ese marco, es importante revisar los datos estadísticos para corroborar o refutar tal afirmación; por lo tanto, es necesario efectuar el siguiente análisis respecto a los impuestos a las bebidas alcohólicas y la generación de empleos.
En relación a los impuestos a las bebidas alcohólicas, debemos mencionar que efectivamente éstas se encuentran alcanzadas por un tributo concreto, que es el Impuesto a los Consumos Específicos (ICE), conforme el artículo 79 de la Ley 843 (texto ordenado vigente).
Se mencionó que “por cada latita de cerveza de Bs 10 que consumimos, Bs 6 van a parar a los bolsillos del fisco”, es decir que en tributos se paga aproximadamente $us 0,9 por lata de cerveza, un “real infierno”.
No obstante, es necesario indicar que éste viene a ser un impuesto aún muy bajo si lo comparamos con el resto de países de los cuales se pudo obtener información; por ejemplo, en Ecuador se aplica el impuesto específico por litro desde $us 1,5 hasta 13; en Perú es de $us 0,60 hasta 0,90 por litro; y en Uruguay se paga $us 1,9 por cada litro de cerveza, sin tomar en cuenta otras cargas tributarias.
En ese sentido, en Bolivia el impuesto aplicado resulta mucho más bajo que en los países señalados conforme la actualización efectuada con la Resolución Normativa de Directorio 10100000029, de 27 de diciembre de 2021.
Asimismo, es importante indicar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala lo importante que es implementar este tipo de “impuestos saludables”, toda vez que reducen los costos de atención médica a largo plazo, además de generar recursos para políticas estatales.
Por su parte, resulta curioso que el alcohol, pese a que es bien sabido que es perjudicial para la salud y la sociedad, aún tenga varios consumidores consuetudinarios. Esto viene explicado por el planteamiento elaborado por el premio Nobel de Economía 2017, Richard Thaler, que afirma que las decisiones que asumen los seres humanos no siempre son racionales, pues a la gente le hace falta autocontrol.
Por lo tanto, es evidente que el Estado, a través de políticas económicas, debe pretender desincentivar el consumo de ciertos productos dañinos.
Respecto a que es difícil la generación de empleos en Bolivia a causa de los impuestos, los datos del Banco Mundial (BM) muestran que, a nivel de América Latina, para 2019 Bolivia se encontraba con una tasa de desempleo de 3,82%; mientras que otros países como Brasil y Panamá contaban con un desempleo de 12,05% y 6,41%, respectivamente.
Es interesante que Panamá, un paraíso fiscal, tenga más desempleo que el “infierno boliviano”; asimismo que Brasil, con un gobierno neoliberal, muestre aún más desempleo que Bolivia.
En conclusión, los impuestos específicos a la cerveza van en sintonía con las recomendaciones de la OMS, y este impuesto sigue siendo bajo si lo comparamos con Ecuador, Perú y Uruguay. Por otro lado, como se demostró con información estadística del Banco Mundial, la carga tributaria no tiene ningún efecto en incentivar o desincentivar el empleo como se evidenció en Panamá y Brasil.
Wilson Atahuichi es economista.