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Importancia de la recaudación tributaria

/ 21 de noviembre de 2022 / 00:34

La crisis que atravesó el mundo con la pandemia del COVID-19 puso en evidencia muchos aspectos que tenemos que mejorar, como es el caso de la salud y los recursos para atender dicha necesidad de la población. Uno de los ingresos más importantes que tiene el Estado son los provenientes de tributos, ya que estos recursos financian políticas de educación, salud, seguridad, obras públicas, entre otros. Algunos de estos recursos son coparticipados con las Entidades Territoriales Autónomas (ETA) para el ejercicio de sus competencias, además de impulsar a los sectores económicos que son fundamentales para el crecimiento de la economía.

Si bien es un sacrificio cumplir con el deber ciudadano de contribuir al sostenimiento del Estado mediante el pago de Impuestos, conforme señala la Constitución Política del Estado (CPE) en su artículo 108, debe considerarse que estos son devueltos en obras y servicios.

Asimismo, los bolivianos debemos tomar conciencia de que cualquier política tributaria busca generar bienestar económico y social, por lo cual no se debe considerar como una afectación, por el contrario, es una medida que busca generar soberanía económica del Estado precautelando el bien común.

Cabe mencionar, también, que con la CPE y la Ley 154, del 14 de julio de 2011 de clasificación y definición de impuestos, los Gobiernos Autónomos Departamentales (GAD), Gobiernos Autónomos Municipales (GAM) y la Autonomía Indígena Originaria Campesina (AIOC) cuentan con la competencia para crear y administrar sus propios impuestos; es decir, cuentan con la facultad de emitir leyes para la generación de recursos propios, que es fundamental para la gestión pública. En este ámbito, las GAD, GAM y AIOC tienen una responsabilidad importante en la generación de recursos para atender las necesidades de la población.

El no tributar, por parte de los ciudadanos, o no ejercer las competencias en materia tributaria por parte de las entidades territoriales autónomas, genera que las mismas sujeten sus políticas públicas a los ingresos por coparticipación tributaria que con mucho esfuerzo recauda el Gobierno. Dichos recursos, en un momento dado son insuficientes, por lo cual también generan cierta dependencia en el desarrollo de sus regiones.

El Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), como entidad encargada de recaudar tributos, comunicó que en el ámbito del Mercado Interno (MI), la recaudación acumulada a agosto de 2022 se incrementó 24%, comparada al mismo mes de 2021, destacando, además, este aumento en la recaudación, ya que resulta importante para el Estado.

Asimismo, el SIN destaca que, con la recaudación del MI obtenida hasta agosto de 2022, la entidad ya logró recaudar el 86,8% del monto cobrado en 2021. Entre los más importantes tributos que manifestaron un crecimiento están el Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE), que registró una recaudación de Bs 8.820,1 millones, cuando en el periodo de agosto 2021 fue de Bs 5.782,7 millones, con una variación porcentual de 52,5%; el Impuesto a las Transacciones (IT) sumó Bs 4.128,8 millones que representa un 26,7% respecto y al mismo mes del año pasado, que fue de Bs 3.258,1 millones; finalmente, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) registró una recaudación de Bs 6.586.6 millones, más que lo recaudado en la gestión anterior, que llegó a Bs 6.902,2 millones, es decir, 4,8% más.

Hasta el segundo trimestre de este año, la recaudación del SIN y la Aduana Nacional fue de Bs 30.941 millones, incrementándose en 23,9% respecto a la gestión 2021, cuando el monto fue de Bs 24.979 millones. Por lo tanto, no cabe duda que la reactivación económica en nuestro país es una realidad, más aún considerando el crecimiento en el pago de impuestos.

Mijael Choque Estrada es Ingeniero Económico en Gestión de Riesgo Financiero.

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Obstáculos que nos generamos

/ 28 de diciembre de 2022 / 02:14

Cada mañana, muy temprano muchos bolivianos se disponen a trabajar por cuenta propia ya que dependen de sus propias ventas diarias para cubrir sus gastos familiares, como es el llevar el pan a sus hogares.

Los conflictos que se suscitan en nuestro país regularmente por intereses de particulares, implican medidas de presión como paros y bloqueos, como ocurrió hace poco en el departamento de Santa Cruz, por ejemplo, o anteriormente en la ciudad de La Paz con el sector cooperativista minero. Éstos sin duda, son factores que no ayudan a la economía y afectan a los bolivianos que viven de las ganancias del día, es decir que tienen una economía de subsistencia.

La violencia física y psicológica que generan estos conflictos se convirtió en parte de la vida cotidiana de muchos ciudadanos. Pareciera que ya estamos acostumbrados a conductas que nos perjudican a nosotros mismos y no nos permiten desarrollarnos como país.

En referencia a los días de paralización en el departamento de Santa Cruz, según lo informado por el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), el conflicto se tradujo en $us 106 millones menos de recaudación, lo cual seguramente incrementa el perjuicio anunciado por el Ministro de Economía en noviembre, cuando afirmaba que ese departamento tuvo pérdidas económicas de $us 503,7 millones, siendo el sector agropecuario el más afectado con $us 128,8 millones; seguido por la industria manufacturera ($us 73 millones); las actividades alojamiento y turismo ($us 44 millones); y otras actividades y servicios ($us 17,7 millones).

Ahora que estamos en una pausa por las fiestas de fin de año nos encontramos evaluando los daños, y estamos convencidos de que sin duda una vez más el tiempo da la razón, es decir que el camino es el diálogo y la coordinación entre las partes enfrentadas para resolver y prever conflictos, además de cuidar la economía.

Como el pedagogo y filósofo Paulo Freire nos dice, el diálogo implica una mentalidad que no florece en áreas cerradas, autárquicas. Asimismo estas paralizaciones a las actividades afectan al crecimiento de la economía del país, ya que la proyección de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) que se tiene para este año es 5,1%, y estos aspectos de bloqueo que se presentaron este año pueden generar una disminución de entre el 1% y 1,5% el crecimiento del PIB.

Debemos tomar conciencia de lo ocurrido y para el futuro reflexionar cuál es el mejor camino para nuestro país, más aún considerando que estamos saliendo de una crisis mundial de la pandemia del COVID-19 y no podemos afectar la generación de ingresos, ya que necesitamos trabajar y desarrollarnos, además de ser solidarios con las economías de subsistencia, pero por sobre todo debemos aprender a no generarnos obstáculos entre nosotros mismos como bolivianos.

Mijael Choque Estrada es ingeniero económico en Gestión de Riesgo Financiero.

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