Icono del sitio La Razón

Nobleza… obliga

TRIBUNA

Wálter Pareja tuvo la nobleza de sugerir elementos sobre mi opinión del Código Penal en este medio de prensa (https://www.la-razon.com/voces/ 2022/11/01/reforma-del-codigo-penal/) e ironizando, como es su estilo, los mismos que contesto desde la criminología sociopolítica, en la que camino.

El poder, y los imaginarios que utiliza para reproducirse, ha construido en Bolivia desde los 3.600 metros sobre el nivel del mar, desde hace más de un siglo, una “leyenda negra”, perversamente dicotómica: si no estás conmigo estás contra mí. Es el poder, allá o aquí.

Una de ellas es la desmembración del territorio nacional. Los cercenamientos territoriales que desde el poder se manejaron (por acción —guerras irresponsables— u omisión —regalos—) no cuentan: no hay juicios; como tampoco aquellos que desde esas alturas se amenazó (El Mallku y la Nación Aymara, y antes, en la dizque guerra federal). En cambio, la respuesta al Mallku—Nación Camba, abortada ya— y las legítimas expresiones desde la otra vereda, son criminalizadas (Potosí y sus históricas banderas federales; y, Santa Cruz con sus ambivalentes y progresivas banderas autonómicas —Goni habló de desmembración con las autonomías municipales— y federales). La teoría criminológica del etiquetamiento, funciona: quieren pedir pasaporte los cruceños (imaginario desde y para el poder): lanza mi amigo Wálter.

Con la exquisita sátira, me sugiere: a) que se incorpore en el Código Penal el separatismo, desconociendo absolutamente lo previsto ya en la actual Constitución (inciso 3 del párrafo I, artículo 124; como también en los artículos 109 —traición a la patria— y 110 in fine del Código Penal); y, se castre a los violadores de infantes, además de darles la pena máxima —idea esta que la entiendo en tanto soy padre y abuelo—. Desconoce lo que es el delito imposible (https://www.academia.edu/44951179/El_delito_imposible_y_la_doctrina_de_la_seguridad_nacional_la_ combinaci%C3%B3n_perfecta_en_CRIMINALIA_1989 ) y la inidoneidad del delito.

Lo que deja de lado mi amigo politólogo es que la matriz ideológica que cuestiono (lo esencial) es “neoidealista” y per se, pone énfasis en la defensa del “Estado”= el rey=el poder; dicho de otro modo, subsume la legitimidad (suma de ciudadanía) al “valor mayor” que encubre al poder en ejercicio, opuestamente al principio ideológico de que la legalidad no puede constreñir a la legitimidad (Estado social y democrático de derecho, de la posmodernidad); y, en esta línea, crítica, se deben cuestionar los resabios criminológicos, penales y constitucionales premodernos: descolonización. Claro, él es cientista político y no criminólogo: no está obligado a saber esto.

También con su sutil sátira, sugiere que colabore al actual presidente de Diputados, quizás por ser cruceño también, en tanto me “dé importancia”. Y ya esto me extraña sobremanera porque es un campo que sí sabe, que el parlamento en Bolivia es la quinta o sexta rueda del carro, excepto cuando la oposición hace mayoría y toma el control (UDP), o ante la debilidad del Ejecutivo (Mesa) el Legislativo aprueba y promulga la Ley de Hidrocarburos; fuera de esto, las decisiones se toman al frente, en el Ejecutivo. Es como en el cacho: se anota lo que se ve. Esito nomás sería, querido amigo.

Alejandro Colanzi Zeballos es criminólogo. Correo: acolanzi@gmail.com.