EEUU: ¿una democracia en riesgo?
Contra todas las encuestas y pronósticos agoreros, las elecciones de medio término no resultaron en la marea roja (republicana) que se preveía y que hubiera causado la consagración de Donald Trump como precandidato presidencial en 2024. Los demócratas, en cambio, exultaban alegría con el escrutinio, aunque pierdan la Cámara de Representantes (435 miembros), ya han consolidado su mayoría en el Senado (100), pese a la elevada inflación que castiga al pueblo todo. El gran ganador de la jornada es, a todas luces, el gobernador de la Florida Ron DeSantis (44 años), quien venció fácilmente su apuesta por la reelección, aminorando la ambición del exvicepresidente Mike Pence (63), ahora enemigo de Trump. Esa hazaña lo convierte en un potencial rival de Trump (76), autoproclamado para la candidatura republicana. Colateralmente el éxito de DeSantis contenta también a los opositores del trumpismo, que temen el retorno de quien creen que representa al conservadurismo más repulsivo y violento, como lo probó el ensayo de golpe de Estado que significó el asalto al Capitolio perpetrado por hordas iracundas el 6 de enero de 2020, fanáticas seguidoras del dogma conspiracionista. En la reciente campaña preelectoral el presidente Joe Biden (80) no ahorró epítetos para alertar a la población contra los partidarios radicales de su antecesor, diciendo incluso que el voto ciudadano podría preservar del riesgo más grande para la estabilidad de la democracia americana, frente a embustes de fantasías complotistas para sembrar la confusión.
Sin embargo, aún no están disipadas todas las medidas que podría adoptar una mayoría republicana en la Cámara de Representantes. He aquí algunas áreas de la controversia inter- partisana que los enfrenta:
En materia impositiva se congelaría la idea de Biden de imponer tributos a las grandes multinacionales para alimentar un fondo para combatir el cambio climático y fortalecer el sistema de salud. Se rechazarían mayores regulaciones en el reglón climático y restringir futuras exploraciones petroleras.
En cuanto a la ratificación senatorial de jueces y magistrados, los rojos se opondrían del todo o demorarían la venia necesaria.
Un tema que los confronta irrevocablemente es la prohibición del aborto y, más aún, la ayuda del Estado para ello. Si se adelantaría una ley federal en ese sentido, Biden ya anunció que vetaría su promulgación.
En lo que se refiere a la cancelación de las deudas estudiantiles a los bancos que beneficiaría a 40 millones de deudores morosos, se aduciría la falta de potestad presidencial para la aprobación de ese indulto y se anularía la iniciativa.
Igualmente, el intento de Biden de implantar alivios legales a los acreedores invocando equidad racial en favor de los labriegos negros y de otras minorías, se contrapone a agricultores blancos que objetan esa medida basada en la raza.
Las asignaciones presupuestarias destinadas a la seguridad social y a la asistencia médica deberán ser conservadas ante intentos republicanos de afectarlas. En ese caso, Biden vetaría esas tentativas.
Disposiciones concernientes a la protección del consumidor, como camino para limitar los efectos de la inflación, podrían verse anuladas.
En suma, es notoria la inclinación de Biden y de los demócratas en general por adoptar medidas que aminoren los problemas cotidianos de las clases más necesitadas, se enfrenta a la tendencia republicana de limitar el gasto público y moderar los programas de subsidio estatal en diversos rubros.
En el plano de la política exterior, la Cámara de Representantes tiene la capacidad de frenar o anular las asignaciones a la cooperación militar o económica al extranjero. En ese sentido, varios diputados ya electos manifestaron su deseo de revisar la asistencia militar y económica que se atribuye a Ucrania en su guerra contra Rusia. Los republicanos arguyen que es un pozo sin fondo, sin que se vislumbre un final que imponga la paz entre los beligerantes. Además, se ha mencionado la necesidad de auditar esos gastos por temor a casos de corrupción que ya se sospecha que incluye el desvío de armamento moderno en favor de grupos irregulares y/o criminales.
Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia