El Mundial de Qatar 2022 visto de otra manera
Creo que hay varios factores que hacen que este Mundial de fútbol, Qatar 2022, no tenga el brillo que tuvieron otras anteriores. No sé si el COVID- 19 nos ha cohibido o los problemas sociales que atravesamos hacen que no se disfrute plenamente de un Mundial, que siempre tiene varias acciones e interpretaciones. Las transmisiones por canal abierto o vía internet, posiblemente coadyuven a que no se tengan pantallas gigantes en varias plazas, como se tenía en anteriores mundiales.
Sabemos que se mueven intereses económicos empresariales muy fuertes por parte de la FIFA, pero a pesar de esta hegemonía capitalista del dinero, hay temas que no dejan de ser interesantes, como el perfil de Qatar, el país organizador. Está claro que accedió como organizador porque tiene mucho dinero, hoy se puede ver los estadios de lujo, con balones que tienen chips, además de estar climatizados de manera tan sofisticada y equipados con tecnología de punta para la transmisión en directo y para el VAR.
Pero no siempre coinciden de que un país rico tenga a la vez la tradición futbolera. Hay países, por ejemplo, de nuestro gran continente Abya Yala o países africanos que adquirieron una fuerte tradición de la práctica del fútbol, incluidas las mujeres, pero que no cuentan con recursos económicos para formar totalmente a sus deportistas.
El partido inaugural, Qatar versus Ecuador, nos dejó grandes interrogantes. Ecuador, conformado por un gran conglomerado de jugadores afros, fue un claro ganador en la cancha, pero llama la atención algunas actitudes del público qatarí, por ejemplo, aplaudiendo cualquier jugadita de su equipo.
Sabemos, uno alienta más cuando el equipo perdedor muestra mucha garra y juega con alma, vida y corazón; pero la barra qatarí pecaba de demasiada ingenuidad porque sus jugadores no mostraban casi nada de fútbol e incluso casi no podían correr. ¿Equipo improvisado para el Mundial, a pesar de tener mucho dinero? ¿Con jugadores oportunistas de otros países, en fin? Algunos relatores del partido decían que Qatar fue un buen equipo en la Copa asiática. En realidad, Qatar mostró lo postizo de su apego al fútbol. El hecho de que tengan un técnico español y varios jugadores nacionalizados es una gran muestra que es mera fachada la práctica del fútbol y se apostó por organizar porque hay demasiado dinero y porque pueden hacer esa actividad también. ¿Tal vez para promocionarse como país? Aunque algunos equipos de países europeos como Inglaterra y Alemania, mostraron su occidentalismo extremo al hacer gestos de que no habría libertad en el país que los aloja. Vaya descortesía de los visitantes.
Hoy las identidades colectivas de los países también se juegan en el fútbol y en un Mundial, en la cancha. El partido Argentina versus Arabia Saudita fue muy interesante en ese sentido. Argentina, con todo el aire identitario pedante y de sentirse ascendiente de los italianos, pensaba que era el gran favorito, no solo para ganar sino para golear el partido.
El VAR hoy desnuda los vicios, si no hubiese habido el VAR, Argentina habría goleado, porque no se habrían sancionado por la posición de adelanto los goles que marcó.
A pesar de ir perdiendo, Arabia Saudita se plantó y jugo de igual a igual a Argentina, sin asustarse y al final derrotó al arribismo argentino.
Otro partido interesante fue Alemania versus Japón. Como todo europeo, Alemania pensaba que ganaría a los chiquitos del Japón (en el sentido de la estatura y la poca tradición), pero sabemos de la garra nipona y así fue que terminaron ganando al excampeón mundial. Se veía la bronca de los grandotes y “blancos”, aunque hoy por la fuerte migración africana en los países europeos, han incorporado a los jugadores de origen africano; digno de estudiarse cómo están cambiando el color y la cara del fútbol mundial.
La FIFA anunció que para el próximo mundial habrá más equipos, ¿será que en algún momento se dispute sin favoritismos? El VAR puede ser una solución para el juego limpio, aunque también es manipulable porque al fin y al cabo son seres humanos quienes administran ese espacio de juez fuera de la cancha y que en gran medida define las jugadas polémicas.
Jach’a muruq’u takirinakaw jichhurunakanxa wali jikthaptapxi. Wali kusarakiw uñch’ukiña una anatirinakaruxa.
Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.