Día de Solidaridad con el Pueblo Palestino
El 29 de noviembre es el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino y tras 75 años desde la injusta Resolución 181 de las Naciones Unidas de 1947, el pueblo palestino sigue sufriendo a causa de los efectos catastróficos que tuvo dicha resolución, dejando un rastro de crímenes de guerra contra la humanidad perpetrados en su patria bajo el gobierno de la entidad de ocupación y la violación colonial perpetrada por los colonos racistas israelíes. El pueblo palestino fue sometido a manos de la entidad colonial sionista, racista y expansionista, con el apoyo de las potencias coloniales occidentales que hicieron la vista gorda ante el sistema internacional existente y sesgado, a la alienación, a la falta de vivienda y obligados al refugio en los campos de la diáspora como consecuencia de los delitos de violación, desplazamiento y limpieza étnica.
Con estos antecedentes, ¿qué significado tiene el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino de las Naciones Unidas, si esta solidaridad no conduce a la libertad e independencia del pueblo palestino, si no se trabaja por su retorno a sus hogares, por poner fin a la ocupación de sus tierras y por empoderarlos con el derecho a la libertad, a la igualdad y a la autodeterminación en un Estado independiente y totalmente soberano?
¿Qué clase de justicia es esta que utiliza una doble moral? Cuando la entidad racista disfruta de membresía en las Naciones Unidas y del apoyo y patrocinio oficial de todos los países occidentales que reclaman democracia, justicia, libertad e igualdad, pero no actúan para que se lleve a cabo estos derechos básicos cuando se trata del pueblo palestino.
No queremos una solidaridad internacional con el pueblo palestino que sea solo formal, propagandística y mediática, queremos una solidaridad internacional que sea efectiva y fructífera, que conduzca a disuadir la agresión, que obligue a la entidad ocupante a implementar las resoluciones de legitimidad internacional para lograr el derecho legítimo e inalienable del pueblo palestino al retorno, la libertad, la igualdad, la autodeterminación y al establecimiento de un Estado palestino independiente, libre y soberano con las fronteras del 4 de junio de 1967, reconocidas internacionalmente según la Resolución 242 del Consejo de Seguridad, con su capital Jerusalén Oriental, así como su membresía plena en las Naciones Unidas.
Las políticas de hipocresía política internacional y de doble moral no han llevado a la justicia y la paz y solo conducirán a que la entidad usurpadora persista con los crímenes de guerra que viene cometiendo contra el pueblo palestino de forma continuada desde hace 75 años, sin respetar el derecho internacional humanitario y las decisiones de legitimidad internacional, cuya legitimidad, integridad, titularidad y justicia ya están cuestionadas.
¿Despertará y triunfará hoy la conciencia global por los derechos humanos del pueblo palestino? ¿Declarará abiertamente que la entidad usurpadora es una entidad colonial, racista, expansionista que debe ser sitiada y castigada por la comunidad internacional? ¿La entidad colonial será boicoteada y se ejercerá una presión política y económica efectiva sobre ella hasta que se rinda y reconozca la plena implementación de las resoluciones de legitimidad internacional sin menoscabo, hasta que respete y se adhiera a las normas del derecho internacional de modo que el sufrimiento del pueblo palestino termine?
Solo entonces la solidaridad con el pueblo palestino tendrá un significado efectivo, justo e influyente. De lo contrario, la hipocresía política exacerbará la crisis y la tragedia del pueblo palestino alentando a la entidad sionista a continuar con su agresión, con políticas expansionistas y racistas contra el pueblo palestino.
Esta tragedia, esta catástrofe en curso continuará, no terminará a menos que el pueblo palestino disfrute plenamente y sin menoscabo de sus derechos legítimos en su patria, Palestina, hasta que se reconozca el derecho al retorno de conformidad con la Resolución 194, el derecho a la igualdad, la libertad, y el derecho a la autodeterminación en un Estado plenamente soberano. Solo entonces las Naciones Unidas habrán respetado sus decisiones y demostrado su solidaridad con el pueblo palestino.
Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.