Antes de la pandemia de COVID-19, además de las vacunas, se hacía muy poco para combatir las infecciones respiratorias virales estacionales que circulan entre la población en general en un año cualquiera, como los virus de la influenza, los coronavirus y los rinovirus, entre otros.

Durante los primeros dos años de la pandemia, la mayoría de las personas tuvieron un descanso de otros virus como la influenza y el virus sincitial respiratorio, también conocido como VSR. Muchas personas pasaron dos años sin enfermarse, tal vez por primera vez en su vida y algo bastante inusual en el caso de los niños. Los brotes que sí llegaron a ocurrir fueron mucho menores que lo habitual.

Ahora estos virus están de vuelta. Se acerca el invierno y los pediatras y hospitales están informando de una afluencia de pacientes jóvenes con VSR. Los casos de influencia están aumentando, pero ¿por qué desaparecieron estos virus en primer lugar? Y, ¿qué significa esto para la temporada de influenza y gripe? ¿Habrá una “tripandemia” este invierno?

La falta de circulación relativa de los virus, además del SARS-CoV-2, durante más de dos años significa que la inmunidad a nivel de la población es menor de lo que sería por lo general y las personas son más susceptibles a los virus. Esto sucede sobre todo en los niños, ya que muchos nacieron durante la pandemia y no tuvieron muchas infecciones virales. Los adultos que han estado expuestos a los virus circulantes antes de la pandemia pueden seguir siendo susceptibles, ya que nuestra inmunidad disminuye con el tiempo.

Aunque es difícil predecir con exactitud lo que ocurrirá este invierno, es probable que haya muchas personas que se enfermen por virus respiratorios. Los niños podrían contraer más enfermedades durante uno o dos años, antes de que las cosas se estabilicen en un ritmo más regular.

Este coronavirus ha dominado durante mucho tiempo y sigue siendo una amenaza grave, pero la inmunidad de base por la vacunación y los contagios ha aumentado mucho. También hay tratamientos disponibles. Así que ahora, aunque el SARSCoV- 2, el virus que causa la COVID-19, se suma a los virus circulantes con los que la gente entra en contacto, su letalidad debería seguir disminuyendo con el tiempo (salvo que surja una variante más peligrosa). En este momento, sigue provocando la muerte de unas 300 personas al día en Estados Unidos, pero a largo plazo, podría convertirse en un virus más de los que circulan en una temporada determinada y, en ocasiones, perder ante la competencia en términos de contagios.

El mundo ha aprendido mucho acerca de los virus y la inmunidad durante esta pandemia y es hora de abordar el tema de cómo controlar mejor las infecciones por virus respiratorios en general.

Estos virus ejercen una presión considerable en el sistema sanitario y en la economía. Tan solo los virus de la influenza pueden causar hasta unos 50.000 fallecimientos al año en Estados Unidos. Invertir en medidas como la mejora de los sistemas de ventilación, sobre todo en las escuelas, podría reducir la propagación de muchos virus respiratorios. El uso de cubrebocas en el transporte público puede protegerte en los periodos de transmisión elevada. El cumplimiento estricto de quedarte en casa cuando estás enfermo y las políticas para que la gente pueda darse ese lujo también pueden reducir los contagios de manera significativa.

Se necesitan vacunas nuevas que eviten las infecciones y el contagio de los virus respiratorios, pero pueden pasar años hasta que estén disponibles. Mientras tanto, vacúnate contra la influenza y ponte las vacunas de refuerzo contra el COVID- 19, que te protegen contra la enfermedad grave. Este es el momento de hacerlo.

Florian Krammer y Aubree Gordon son columnistas de The New York Times.