¿Alguien hizo la tarea?
Llegaron las lluvias para quedarse hasta marzo del próximo año, traen consigo noticias acerca de las tareas que los municipios dejaron pendientes: la limpieza de torrenteras, el retiro de escombros, el asegurado de las tapas de los desagües, etc. Asimismo, muchos vecinos faltaron a las tareas de previsión porque no limpiaron las canaletas de sus viviendas, no destaparon los sumideros al interior de sus patios, no taparon las goteras de sus techos. Los presagios de sequía les hicieron olvidar que todos los años en los meses de septiembre, octubre y noviembre llega el calor casi sin lluvias, pero la primera quincena de diciembre comienza los aguaceros.
Este año la lluvia llegó con granizo en el altiplano paceño y su peso apresuró la caída de un tinglado en pleno acto de graduación de los estudiantes de una escuela en Achacachi, quienes estaban acompañados de sus familiares y el plantel docente. Al menos siete muertos y varios heridos son la consecuencia de la desgracia. Están los que dicen que había desgastes visibles, deterioros, sin embargo, todo lo que se diga ahora tiene el sello de tardío, ya sucedió lo irremediable, ya se perdieron vidas, ese evento que debió ser de gran alegría terminó en llanto, dio fin a los sueños de las víctimas y sus familias.
Bastó una lluvia para desestabilizar una plataforma al final de la calle Rosendo Gutiérrez en La Paz. Allí los vecinos afectados hablan de vertientes naturales internas, de alcantarillado dañado que fue reportado con anterioridad. Todo tarde, la desgracia pone en peligro varias edificaciones y amenaza con arrastrar muchas otras. Nada se hizo a tiempo, había alertas tanto de los vecinos como de las autoridades que tenían conocimiento del peligro. ¿Quién otorgó permisos de edificaciones en la zona? ¿Quién recibió las advertencias de los vecinos?
Los primeros días de diciembre el techo de plástico de la Alcaldía de Potosí se cayó en pleno recinto municipal durante un acto donde estaban presentes las autoridades ediles, razón por la que todo quedó registrado. La construcción tenía varios años sin mantenimiento. ¿No es esa una tarea anual obligatoria?
Todo tiene que ver con la utilización de material de mala calidad, con la otorgación de permisos de construcción obviando normas de prohibición en zonas donde se detecten aguas subterráneas, las coimas con las que consiguen los permisos van a parar en las billeteras de corruptos. La falta de mantenimiento también es un acto de corrupción que pone en peligro la vida de las personas que habitan esas instalaciones y la de los transeúntes que circulan cerca. Nada les importa a los corruptos, solo aquello que les reditúa, lastimosamente al parecer estamos plagados de ese tipo de funcionarios.
Lucía Sauma es periodista.