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Sin Picasso hace medio siglo

AQUÍ Y AHORA

La pintura moderna fue por demás propositiva para la evolución del pensamiento de la humanidad del siglo XX. Un arte que rompió con los convencionalismos estéticos para desarrollar nuevas expresiones que transformaron al pensamiento de esos momentos. Un gran cambio entre la pintura figurativa del pasado y las nuevas manifestaciones, las cuales lograron convertirse en vanguardia.

Cabe recordar que el arte moderno duró 100 años a partir de 1850. Este fue acompañado de corrientes innovadoras que colaboraron en fundamentar las grandes transformaciones de la revolución técnica e industrial que había nacido en el siglo XIX, la cual obligó a la humanidad a evolucionar su pensamiento. Goce fundamental que reforzó en esos momentos a la estética del arte, convirtiéndola en un mensaje representativo de los nuevos tiempos.

Y es justamente en 2023 que se recuerda los 50 años de la muerte de Pablo Picasso, ese gran pintor, creador del cubismo en tiempos en que París atravesaba 40 años del arte de vanguardia. Momentos en los que este hombre sentó su presencia con un arte que dominó y revolucionó.

Ingresando a su obra en sí, habrá que decir que impuso su tendencia al uso de los colores brillantes y tonos expresivos (1901), para luego proponer otra línea enmarcada en lo frío y depresivo del color azul (1904). Esta última mostró un estilo desolador en el que destacaba la descripción de la pobreza de los vagabundos. Una imagen de la naturaleza social del momento.

Posteriormente, apareció en su arte el color rosa, con el que la atmósfera de su pintura se hizo menos austera. A ello hay que agregar que el circo y las escenas del Carnaval favorecieron esa nueva tendencia, remarcada en ciertos casos por arlequines y bailarines.

Sin embargo, lo singular en esos tiempos es que aparece la escultura en su producción, la cual fue calificada por expertos como una obra de un clasicismo notorio.

Fueron periodos en los que su pintura alcanzó el apogeo artístico, ya que dio a conocer una obra que daba las primeras luces del cubismo: Señoritas de Souvignon (1907). Una ruptura con su pasado que en esos momentos pareció hasta incomprensible para observadores como Matisse y Braque.

No se debe omitir que la evolución del estilo de Picasso representó importantes cambios gracias a su interés por lo fragmentado y lo ambiguo, que condujo su producción hacia una disciplina lírica y sobria. Un hecho que llevaría a comparar su obra con La fuga de Bach.

Una segunda etapa llegó con el cubismo sintético, cuyo alejamiento de la abstracción fue clara gracias al ingreso de un nuevo tiempo, el moderno, en el que las obras plasmaron una especie de respuesta al interés de armar un nuevo mundo inspirado en elementos geométricos.

Por donde se mire, Picasso descubrió durante su carrera nuevas expresiones y entre ellas es imposible dejar de mencionar a aquella que representó un momento determinante de su obra gracias a la austera paleta de negros, blancos y grises: Guernica.

Así pues, Pablo Picasso fue un artista versátil y prolífico del siglo XX que tuvo una presencia categórica en la producción artística de ese tiempo. Sin embargo, lo más interesante es cómo desarrolló las distintas facetas de su obra y la celeridad con la que se apropió de los cambios culturales y tecnológicos de su época, que lo llevaron por insospechados caminos creativos.

Este año, la celebración “Picasso 1973-2023” recordará con 50 exposiciones y eventos el gran talento de este pintor del siglo XX.

Patricia Vargas es arquitecta.