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¿Otra vez el fin del mundo?

SIMPLE Y CLARO

El núcleo de la Tierra se está frenando. Ese núcleo es como un planeta dentro de otro, formado como de hierro puro y ardiente como el sol, dicen los científicos. También aseguran que está a 5.000 kilómetros de la superficie de nuestro planeta. Dicen que puede ser que esté girando en sentido inverso a la Tierra. Los efectos se sienten en un acortamiento de los días, influyen en el clima y el nivel del mar. Desde hace mucho que decimos que las horas parecen más cortas, por supuesto que el aumento del calor es evidente en todo el mundo.

¿Qué otras consecuencias puede tener este cambio en el núcleo de la Tierra? ¿Es el fin del planeta? Desde siempre los agoreros pregonaron el fin del mundo, unas veces más que otras. Durante las guerras, durante las pandemias, antes denominadas pestes, luego de fenómenos o catástrofes naturales se oye el anuncio del fin de los tiempos. Los simples mortales a pesar de ese anticipo apocalíptico, aún tenemos preocupaciones más simples y urgentes que resolver como que la próxima semana comenzarán las clases en escuelas y colegios, que los impuestos a pagar tienen plazo, que ojalá alcance el dinero para la compra semanal de alimentos, que no suba el pan y no se cumplan los malos augurios de sequía en unos lados o de inundaciones en otros.

Por supuesto que detrás de esas simples preocupaciones que hacen a la vida cotidiana, a nuestra manera las mujeres y hombres de a pie también tenemos nuestra propia inquietud por la permanencia de la Tierra como la casa común de nuestros hijos y nietos. Quisiéramos que la heredasen en las mejores condiciones posibles, quisiéramos dejarles una casa habitable reconfortante, es decir, quisiéramos dejarles un hogar en toda la extensión de la palabra y no me refiero solo en los términos ecologistas porque hablar de un hogar implica cobijo, armonía, el refugio donde se terminan las angustias, donde se encuentra el abrazo y la comprensión.

La realidad está muy lejos de ese concepto de hogar. Para un gran número de mujeres su casa se ha convertido en el lugar donde encuentran violencia y muerte, al igual que para muchos niños el que llaman su hogar es su centro de tortura del que quisieran escapar y sus padres los verdugos que no saben cómo dejar de querer, aunque no sean correspondidos.

Si hay cambios en el núcleo de la Tierra, si podría detenerse, si gira más rápido, son parte de los estudios que los científicos se encargarán de esclarecer. Lo que está en nuestras manos es el procurarnos una vida honrosa, dedicada al bien, comprometida con la alegría nuestra y la del vecino. Finalmente nuestro asunto sigue siendo el de siempre, es decir que la vida que vivimos sea lo mejor posible a pesar de los presagios y las zancadillas, esta es nuestra vida y este es nuestro tiempo.

Lucía Sauma es periodista.