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Soluciones a problemas viejos

TRIBUNA

Étienne Lantier es el personaje principal de la novela Germinal de Emile Zola, un maquinista que por abofetear a su jefe se queda sin empleo. Vagando y sin rumbo fijo, llega a Montsou, halla trabajo en una mina de carbón y conoce a la familia Maheu. En todo ese proceso observa y vive las condiciones sociales del poblado, el desdichado Etienne reflexionaba y se planteaba cuestiones: ¿Por qué la miseria de unos? ¿Por qué la riqueza de otros? ¿Por qué aquellos bajo el talón de éstos, sin la esperanza de ocupar alguna vez su sitio?

Etienne no duda en actuar y encabeza una revuelta que exige el no empeoramiento de las condiciones laborales y sociales. Bueno, lo curioso de esta obra es que los personajes están determinados por su genética y por su entorno social, parece que no hay escapatoria, la desgracia es de todos.

Como menciona Thomas Piketty, los novelistas del siglo XIX utilizaban a sus personajes para describir las desigualdades de los ingresos, fortunas y condiciones, ¿por qué?, porque era una manera de criticar a la sociedad con un tema que a todos nos afecta, la desigualdad marcada entre clases.

La novela de Zola al igual que las de Jane Austen, nos llevan a lo profundo de las desigualdades, nos presentan cuadros penosos de la distribución de la riqueza, las consecuencias en la vida de las personas, nos hablan de momentos, lugares y temas a los que las clases altas dan la espalda.

En la actualidad sigue resonando la sensación de injusticia, sin embargo, podemos afirmar al igual que Joseph Stiglitz que la desigualdad no es inevitable, no es resultado inexorable de las leyes de la economía, sino que es consecuencia de políticas y estrategias implementadas. Entonces, ¿políticas distintas lograrán mejores resultados y finalmente menor desigualdad?

La revisión de la historiografía boliviana corrobora escenas penosas de desigualdad, una Bolivia semifeudal hasta antes de la primera mitad del siglo XX y/o un Estado oligárquico en el cual un reducido grupo de personas hacían riqueza a costa de la mayoría de la gente. Esas políticas nos llevaron por esos pasillos, nunca beneficiaron a la mayoría, pero sí funcionaron para unas pocas personas situadas en lo alto o con influencia política.

Al igual que Etienne, podemos pensar y afirmar que la desigualdad es un problema que requiere una acción política, que tal cuestión puede contestarse desde distintas dimensiones, una de ellas son los bonos sociales aplicados en Bolivia, entre ellos el Bono Juana Azurduy, el Bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad, cuyos resultados publicados por investigaciones económicas son destacables, por ejemplo, un aumento de la tasa de supervivencia de los niños, disminución de la probabilidad de anemia infantil, incremento de la probabilidad de matriculación escolar y un relativo alivio a la restricción de recursos de los padres o incrementar el conjunto presupuestario de los hogares que cuentan con personas de la tercera edad. Por tanto, son medidas que implican una redistribución del ingreso, reducción de la pobreza y mejora de las condiciones de vida de las personas y nos demuestran que la desigualdad en Bolivia es algo que estratégicamente se está superando y que ante la injusticia es necesario reaccionar. Un modelo económico que no implique beneficiar a las mayorías, no es uno que deba aplicarse.

Josabat Chávez García es economista y politólogo.