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Biden ha sido un buen presidente. Y pero…

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Cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dé su discurso del Estado de la Unión el martes, tendrá mucho de qué ufanarse. También puede adjudicarse el éxito de que la influencia de Trump esté disminuyendo. En otras palabras, Biden ha sido un gran presidente. Ha cumplido una cantidad inusual de promesas de campaña. El Presidente debería ser celebrado el martes. Pero no debería buscar la reelección.

Se ha reporteado mucho que Biden planea usar el Estado de la Unión para plantear su reelección. Hay una división en el Partido Demócrata sobre si esa decisión es prudente para una persona de 80 años. Los funcionarios demócratas están en gran parte de acuerdo en que sí, al menos de manera pública, pero la mayoría de los votantes demócratas no lo están.

Los argumentos para seguir con Biden no son menores. Además de su historial exitoso, tiene el beneficio de ya estar en el cargo. Organizar unas elecciones primarias es costoso, agotador y doloroso. Si Biden fuera tan solo unos años más joven, al Partido Demócrata no le convendría pasar por eso.

Pero es difícil ignorar el costo de la edad de Biden, sin importar lo mucho que los demócratas electos lo intenten. De alguna manera, cuanto más simpatices con Biden, más difícil puede ser verlo trastabillar, una propensión que no solo puede explicarse por su tartamudeo. Y aunque Biden pudo hacer campaña de manera virtual en 2020, en 2024 es casi seguro de que habrá otra vez un calendario de campaña agotador en el mundo real, que tendría que cumplir mientras también gobierna el país.

Si Biden se llegara a enfrentar a Trump, quien cumplirá 78 años el próximo año, la edad podría no importar. Es preocupante que, según la encuesta del Washington Post/ABC, Trump esté ligeramente por delante de Biden en una hipotética revancha, pero los aspectos negativos de Trump tienden a acentuarse en cuanto su presencia en el ojo público aumenta. Pero como hay muchas encuestas que muestran que la popularidad de Trump está disminuyendo, y con la acaudalada red de Koch alineándose en su contra, hay muchas posibilidades de que el contendiente de Biden sea alguien mucho más joven, como Ron DeSantis, quien en 2024 tendrá 46 años. A menos que se produzca un cambio radical en el estado de ánimo del país, los candidatos se disputarán el liderazgo de un Estados Unidos profundamente descontento y desesperado por un cambio. Para los demócratas, el contraste visual, por sí mismo, podría ser devastador.

A muchos demócratas les preocupa que si Biden se hace a un lado, la candidatura será para la vicepresidenta, Kamala Harris, quien tiene números deficientes en las encuestas. Biden dijo que quería ser un puente para la próxima generación de demócratas. Hay muchas opciones prometedoras que están calificadas para cruzarlo. Una elección primaria le dará al Partido Demócrata la oportunidad de encontrar al candidato adecuado para este momento.

La última vez que escribí sobre Biden y su edad avanzada, el Presidente no estaba en su mejor momento: la inflación estaba descontrolada y su agenda de Build Back Better permanecía estancada. Si en ese momento Biden hubiera anunciado que no buscaría la reelección, probablemente habría parecido la admisión de un fracaso. Ahora, su legado político parece más seguro. Lo consolidaría si tiene la sabiduría, pocas veces vista, de saber cuándo ha llegado el momento de anunciar una despedida, no un relanzamiento.

Michelle Goldberg es columnista de The New York Times.