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Wagner: los mercenarios eficaces

La guerra en Ucrania no solo alteró las condicionantes geopolíticas en el mundo, sino también provocó el surgimiento de nuevos actores dentro la estructura de poder del Kremlin. Bajo la sombra del todopoderoso Vladimir Putin, crece incesantemente ese sexagenario (61) más bien bajo, calvo y tosco en sus modales, llamado Yevgeny Prigozhin, fundador y propietario del grupo paramilitar Wagner, cuya ejecutoria podría resumirse en seis acciones espectaculares: 1) Crimea (2014), aparece por vez primera respaldando a los separatistas rusos en su gesto independentista, pero sofocándolos cuando sus excesos disgustaban a Moscú. 2) Siria (2015), llegaron al cabo de dos años, a desplegarse cerca de 5.000 efectivos apoyando las fuerzas de Bashar al-Assad en varias batallas contra el Estado Islámico y reprimiendo a los enemigos del régimen. 3) República Centro- africana (2018), es el elemento decisivo para aplacar la guerra civil en favor del presidente Faustin-Archange Touadera, expulsar a la misión militar francesa, dotar de seguridad en las minas y aupar la influencia de Rusia. 4) Libia (2018), implantan dos bases militares para favorecer al insurgente mariscal Khalifa Haftar en su intento de tomar Trípoli, acción que aún está inconclusa. 5) Mali (2021), empujando paulatinamente a los militares franceses hacia su salida del país, obtiene un jugoso contrato de la Junta Militar para su aporte de 1.000 hombres que apuntalen la seguridad nacional al cabo de 10 años de guerra civil. 6) Ucrania (2022), desde el fatídico 24 de febrero, los Wagner actúan decididamente en el conflicto, comenzando por la fallida captura de Kiev, en la masacre de Boutcha y en su posicionamiento en el Donbas, hasta los recientes enfrentamientos en Bakhmout.

Semejante trayectoria, indudablemente acarrea los celos de las fuerzas regulares del Ejercito ruso que, ante la arremetida ucraniana cosechó innumerables fracasos, batiéndose en retirada, quizá por falta de motivación y flaca planificación estratégica. Esas circunstancias, obviamente, causaron criticas ásperas tanto en la opinión pública como en la percepción personal del líder máximo Vladimir Putin, quien había depositado grandes esperanzas en sus generales. Por ello, la súbita aparición en primer plano de Yevgeny Prigozhin y sus aguerridos muchachos fue causa de viva satisfacción, más aún si se anotaron pequeñas victorias al ocupar o recuperar minúsculos villorrios fronterizos como Soledar, donde el propio Prigozhin celebró el triunfo personalmente, el 11 de enero pasado.

¿Pero quién es este… Prigozhin ? Su escueta biografía que se difunde en la prensa extranjera señala que san petersburgués como Putin, por latrocinios enanos fue condenado a 12 años de prisión firme y una vez redimido empezó su aproximación al poder como ejecutivo del Concord Catering, un servicio de comidas para las escuelas y las cantinas oficiales, incluyendo la mesa presidencial, de ahí que lo apodaran como “el cocinero de Putin”. Su iniciativa de formar el grupo Wagner, como reflejo de la Legión Extranjera francesa, marchó paralelamente a una gigantesca planta de fabricación de troles y memes elaborados por guerrilleros digitales, muy apetecidos en la batalla comunicacional contra el adversario de Kiev. Todos sus emprendimientos, por cierto exitosos, tienen su cuartel general en aquel paquebote de 23 pisos en San Petersburgo, desde donde se imparte las instrucciones para las contiendas en las trincheras o en las computadoras. Quien lo conoce y ha tratado a Yevgeny Prigozhin, concuerda en confirmar su personalidad sin escrúpulos, ostensiblemente déspota con sus subordinados a quienes manipula por el terror. Con ese propósito circula cándidamente varios videos que registran los castigos de barbaridad medioeval que él mismo ordena perpetrar. Lo singularmente extraordinario, es la potestad que ha adquirido para reclutar a los combatientes de Wagner, en sonoras giras que realiza por las prisiones de la Federación Rusa, donde llega en helicóptero y ante la formación en fila de los presos, les propone incorporarse a su grupo por seis meses en la línea del frente, con sólidos salarios y al cabo de buenos y leales servicios, la firme promesa de indultos para sus respectivas condenas. La contrapartida es tenebrosa: tolerancia cero a la deserción, so pena de ejecución inmediata.

Su omnímodo poder es tal que no es secreto conjeturar que Prigozhin sería el heredero natural de Putin, ante un descalabro militar en Ucrania o un descenso brusco en la popularidad del actual presidente.

Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.