Para estar vigentes
Usar un celular no solo para hacer o recibir llamadas; tener la banca móvil para pagar servicios como la luz, el agua, el internet; tener comunicación a través del Facebook, WhatsApp, sacar fotografías y enviarlas, bajar aplicaciones por ejemplo para ver el menú de un restaurante, etc., etc., son parte de las destrezas que un adulto mayor ha tenido que desarrollar para ser parte activa de esta sociedad. Es cierto que muchos no se han incorporado al universo digital, eligieron quedarse fuera. Otros, ante la necesidad que les obligó, pidieron ayuda a sus hijos, nietos, o sobrinos, para ellos la pandemia representó una prueba de fuego porque les exigió el uso de las nuevas tecnologías y lo hicieron venciendo todas sus limitaciones.
Sin embargo, un asunto es adaptarse al uso de un celular, del internet, de una laptop, realizar una reunión por Zoom, y otro tema es cambiar la mentalidad y tener cuenta cabal de la sociedad contemporánea, de sus intereses, necesidades, pero sobre todo de la forma de encarar la vida que tienen los jóvenes en la actualidad, con la defensa del planeta, el medio ambiente, los seres vivos, sus emprendimientos, su valoración de lo que significa la familia, su indecisión a conformarla y su temor a tener hijos en los tiempos que corren. Es mucho más fácil aprender los pasos para realizar una reunión virtual que entender la visión que tienen los jóvenes de las relaciones humanas en el presente. Primero porque su perspectiva es más global y su relación tiempo-distancia es muy diferente a la de un adulto mayor.
El planteamiento de esta columna es que las personas mayores de 50 años se suban al tren de los jóvenes y traten de entender qué plantean, cuál es su propuesta, porque eso les dará vida. Este tiempo he visto muchos amigos, grupos de adultos mayores que se han abandonado en la idea que ya lo hicieron todo, vivieron todo y que todo tiempo pasado fue mejor. Están viviendo con el cuerpo en el presente y la mente en el pasado, sin disfrutar de conocer algo nuevo cada día, del desafío que significa reinventarse, por supuesto que eso no significa desconocer y valorar lo vivido, todo lo contrario, la experiencia, los saberes acumulados pueden ser considerados como una herramienta más para darle plenitud al presente.
No se puede desconocer que hay un cambio generacional, pero esto no debe concluir en el desprecio de unos por falta de experiencia y de los otros por su obsolescencia. Entre generaciones hay puntos de encuentro, intercambios necesarios para conocer los caminos avanzados y las rutas recientemente descubiertas. Los adultos mayores tienen mucho que aprender de los jóvenes, comenzando por reconocer esta idea cuando el mandato era que los chicos aprenden de los mayores y no al revés.
Lucía Sauma es periodista.