Icono del sitio La Razón

La democracia en Israel es una falacia

TRIBUNA

Una de las paradojas del pensamiento político occidental durante la etapa del colonialismo y en su etapa más alta del imperialismo es la ilusión intelectual que se relaciona con la democracia, bajo la cual se ha colonizado, esclavizado y se han saqueado los bienes de los pueblos, ignorando la contradicción fundamental existente entre la democracia y el control y la ocupación de otro pueblo. De cualquier manera, la ironía llega al punto de la inmoralidad intelectual y política, cuando se trata de una entidad colonial racista basada en teorías religiosas que pretende ser una entidad democrática como lo es Israel.

Dentro de este trasfondo político e intelectual, la entidad sionista estableció este fraude en Palestina, a expensas de su pueblo y erigiéndose como modelo de entidad democrática occidental. Israel no se puede considerar una democracia porque es un Estado que incumple constantemente los derechos fundamentales y el derecho internacional.

No existe una entidad democrática basada en el saqueo, en el exterminio del otro y con una mentalidad de superioridad bajo un falso reclamo divino. No puede hablarse de una entidad democrática si ésta se basa en la usurpación al pueblo palestino de su tierra y propiedades y en su exilio. Todo ello socava cualquier base para considerar la supuesta reivindicación de ser una democracia. En el alfabeto de los valores democráticos están la libertad, la justicia y la igualdad, tal y como queda plasmado en la Declaración de las Naciones Unidas, donde se declara que toda distinción, exclusión, restricción o preferencia se base en la raza o en el color, el origen étnico o nacional, o la intolerancia religiosa motivada por consideraciones racistas, que menoscabe o amenace la igualdad absoluta entre los Estados y el derecho de los pueblos a la autodeterminación o límite de manera arbitraria o discriminatoria el derecho de todo ser humano, es incompatible con las exigencias de un sistema internacional, caracterizado por el respeto a los derechos humanos con justicia y garantías. En la práctica, es antidemocrático porque es inhumano.

¿Israel es una entidad democrática o es un estado racista y colonial? Según la descripción de instituciones internacionales, no se puede ocupar la tierra de otros, ni reclamar la supremacía religiosa, ni practicar la limpieza étnica y el genocidio contra el pueblo palestino, librar guerras, bloqueos, arrestos masivos y promulgar leyes discriminatorias destinadas a desterrar material y moralmente al pueblo palestino. Una entidad democrática no puede utilizar esos métodos. El ejemplo más destacado de esa democracia falsa es la Ley del Estado de la Nación, un Estado solo para los creyentes de la religión judía impuesto por el gobierno de Netanyahu, lo cual reafirma que la entidad ocupante es un Estado racista que trata de disfrazarse bajo la apariencia de un Estado democrático. Tal vez sea hora de que tomen conciencia y se den cuenta de que no hay democracia con la ocupación y la violación de los derechos humanos de los pueblos.

No habrá una solución política si se negocia con un Estado colonial, racista, con una entidad arrogante de apartheid que ignora la naturaleza del pueblo palestino y la ocupación de su territorio y que justifica el genocidio de su gente por considerarlo como un mandato divino según su religión.

No hay diferencias entre el sionismo liberal y el sionismo religioso, ambos llevan a un callejón sin salida. Según la visión del ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, no hay posibilidad de establecer un Estado palestino en la tierra palestina; la solución según él es la rendición de los palestinos, que abandonen sus aspiraciones nacionales y vivan bajo el dominio israelí en cantones independientes, como residentes (no ciudadanos), sin derecho a votar y postularse. En esencia, es la misma visión de Netanyahu, que a finales del pasado año informó que “no va a haber Estado ni seguridad para los palestinos sino cantones y control sionista absoluto o emigración… están invitados en uno de los muchos Estados árabes circundantes o a vivir en Europa y, si no, serán tratados con firmeza por las fuerzas de seguridad israelí, con más fuerza que la que ejercemos actualmente».

Esta es la democracia que hay hoy en Israel; sin justicia ni derechos, con matanzas, ocupación e inseguridad ¿Acaso es una democracia?

Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.