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Sunday 19 Mar 2023 | Actualizado a 00:46 AM

Vergonzoso auspicio de cervecera al Gran Poder

/ 19 de marzo de 2023 / 00:45

Este año se intenta volver a la normalidad en la realización de las fiestas andinas y una de las más conocidas y publicitadas es la del Gran Poder en la ciudad de La Paz. En una sociedad del espectáculo y la propaganda, el Gran Poder fue paulatinamente auspiciado por las empresas y especialmente por las cerveceras. ¿Por qué existe la íntima relación de las danzas y las músicas folklóricas andinas urbanas con el consumo de diferentes formas de alcohol, incluido la cerveza? En el caso boliviano es muy estrecha esta dependencia y muy difícil pensar en las entradas folklóricas sin el gran consumo de alcohol, incluidos los espectadores.

Está claro, no es lo mismo que el auspiciador sea una embotelladora de agua o fabricantes de alcohol, aunque se llame cerveza. Se ha estudiado la fiesta del Gran Poder desde diferentes perspectivas, pero menos desde los efectos que produce el consumo del alcohol. Las fiestas populares y urbanas como el Gran Poder son los espacios propicios para el consumo indiscriminado, sus grados de intoxicación, accidentes y muertes como consecuencia, el inicio de la dependencia e incluso las violaciones.

Desde hace varios años, todas las fiestas folklóricas son auspiciadas por empresas cerveceras, aunque tengan diferentes nombres. Lo que no se sabe públicamente y tampoco se ha estudiado es ¿en qué consiste el auspicio de la empresa de cerveza? ¿Quiénes se benefician directamente con las cajas de cerveza que son repartidas a las distintas fraternidades? ¿El beneficio directo es para los organizadores? ¿También los bailarines usufructúan? Hay más preguntas, ¿cuál es el costo social y de salud de ese auspicio? En términos capitalistas, ¿cuánto invierten las empresas cerveceras y cuánto ganan de esa inversión? A la lógica empresarial capitalista no le importa el costo social.

¿Cuál es el costo real social, cultural del auspicio? He escuchado en muchas ocasiones decir con mucho orgullo a muchos/as danzarines que “bailan porque les gusta y nadie les da nada”. Esta frase conlleva a la idea de que lo hacen por voluntad propia y nadie les apoya o les financia económicamente. Sin embargo, esta expresión es muy relativa porque hoy y desde hace varios años alguna empresa cervecera tiene la exclusividad de auspiciar el Gran Poder.

En el fondo es una forma de apropiación cultural, aunque los danzarines gasten en su participación en alguna fraternidad. Pero los auspiciadores se han dado a la tarea de construir un discurso de que apoyan las manifestaciones culturales, la identidad, etc. Esta es la injerencia y la apropiación descarada de una manifestación de identidad largamente construida por migrantes aymaras. Tal es el grado de intrusión de estas empresas capitalistas, que han obligado o naturalizado el consumo de alguna comida típica boliviana acompañada de una determinada cerveza.

¿Se pronunciarán sobre este hecho social de salud pública del consumo masivo del alcohol los ministerios de Culturas y de Salud? Parece poco probable. Pero estoy casi seguro que el Ministerio de Culturas manejará algunas cifras referidas a la presencia de personas partícipes en la indicada fiesta a realizarse en junio, incluso de la cantidad de dinero que generó el Gran Poder.

Lo más cínico es el anuncio reciente de funcionarios de la empresa cervecera como “el gran auspicio” a la Fiesta Mayor de los Andes para este año. ¿En qué consiste este auspicio? Que superaría el 120% de los años anteriores. Lo más preocupante es cuando señalan que la cerveza es el “símbolo de la celebración”. Es decir, que no se puede hacer fiestas sin alcohol, es decir sin cerveza. Vaya la apuesta por la colonización de un producto dañino y con graves consecuencias sociales.

Además, indican que la cerveza “es un elemento que se ha incorporado a su ritualidad”. ¿Cuál es esa ritualidad? ¿La ch’alla? ¿Alimentarse acompañado de una cerveza? Siguiendo el discursito escabroso de la empresa cervecera, dicen que es la “inigualable oferta” que tiene el fin de demostrar “que realmente estamos orgullosos de nuestra cultura, tradiciones y nuestro Gran Poder”. ¿Orgullosos de que nos hemos convertido en borrachos…? ¿Qué orgullo puede haber cuando la identidad cultural se ha mezclado con el alcoholismo? ¿Sera posible que los/as bailarines conscientes puedan rebelarse contra ese manejo humillante de los organizadores, apoyados por la empresa de cerveza?

La danza y la música de los pueblos andinos tienen un aire de libertad y muchas veces se ha inventado danzas anticoloniales, como los doctorcitos. Siguiendo este espíritu rebelde se esperaría que se tire al basurero ese auspicio que ha supeditado que una empresa capitalista gane mucho dinero haciendo consumir mucho alcohol.

Markachirinakaxa wali thuqhu chuymatanwa. Gran Poder uka thuqhuwixa jach’a qamir sirwisa apnaqirinakaruw jaqkattatawa. Arusisiñasawa uka jan suma thakhi sartawiruxa ¿Janicha ukhamaxa?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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¿Qué es eso de ‘invitar a nivel académico’?

/ 5 de marzo de 2023 / 03:44

Hace pocos días, el presidente del Concejo Municipal de El Alto, Rogelio Maldonado, declaró, para el 6 de marzo, aniversario de los 38 años de vida municipal, y que solo invitarán a “autoridades genuinas y con nivel académico”. ¿Qué quiso decir con solo invitar a genuinos y con nivel académico? Sobre todo, me interesa recalcar el “invitar a nivel académico”, porque oculta todo un trasfondo de mentalidad y práctica racista contra personas que no tienen formación académica, en este caso se alude al expresidente Evo Morales.

En las redes sociales, Rogelio Maldonado aparece de formación abogado. Además, Maldonado es recordado por confundir públicamente en un acto protocolar que Eduardo Abaroa encendió la Tea de La Paz en 1809. ¿Es simple confusión?, o ¿es la absoluta ignorancia histórica?

Recuerdo que el expresidente Evo Morales, en enero de 2006, nombró como ministra de Justicia a Casimira Rodríguez, una “mujer de pollera” y exdirigente de las trabajadoras del hogar. Los abogados de entonces cuestionaron su designación porque no era profesional y, por lo tanto, “no apta” para el cargo. En esta comparación histórica, a pesar de los años transcurridos, no es casualidad ni mucho menos desconcierto que gente formada en Derecho tome ínfulas de superioridad porque han estudiado en alguna universidad.

La actitud racista y discriminadora del presidente del Concejo Municipal de El Alto obedece a la mentalidad colonial de los juristas. Hay que recordar que la Bolivia q’ara o criolla de 1825 ha sido fundada por una gran mayoría de “doctores” decimonónicos prejuiciosos. No es extraño que aún prime esa concepción narcisista de sentirse superior a los otros. ¿Qué se puede esperar de uno de los sectores más retrógrados y conservadores de la sociedad boliviana?, a excepción de algunos y algunas que honran al gremio. Pero en gran medida siguen siendo el fortín del uso simbólico de la dominación como el “terno y la corbata”, además de autoexaltarse como doctores, cuando en realidad la gran mayoría son simples licenciados en leyes.

Desde hace muchos años, la sabiduría indígena y popular ha satirizado esta egolatría del conocimiento jurídico. Por ejemplo, en una danza llamada “los doctorcitos”, hoy representada en muchas “entradas” o fiestas populares, donde se ridiculiza la “alardería legalista”.

El problema de fondo es de carácter político y racista. Es cuestionar la experiencia y el conocimiento de un indio (Evo Morales), porque no es profesional y, por lo tanto, “no sabe” y no es digno de ser invitado para los actos protocolares del aniversario de la ciudad más joven de Bolivia. Este es el típico juego del “profesional colonizado”, que reacciona instintivamente porque teme ser rebasado o achicado por otras formas de experiencia y sabiduría adquiridas, que no provienen de las universidades, pero tan válidas y legítimas como la alcanzada en los espacios académicos.

En la larga lucha anticolonial, el “mundo del Derecho” es el que más se ha prestado a las grandes políticas del servilismo impuesto a los pueblos indígenas y campesinos. Pero, en ese espacio desigual, los indios aprendieron a no doblegarse ante el “mundo jurídico”. Se pueden dar muchos ejemplos sobre estas experiencias, pero bastará recordar una, el juicio librado por Ascencio Cruz Mamani (ver su libro La vara con que me han medido. Un campesino busca justicia), conocido como el “hombre de ley” que sin haber “pisado” la universidad, recuperó su dignidad de aymara frente al mundo legal, después de enjuiciar al juez que lo imputó ilegalmente.

El conocimiento y la ciencia no son exclusivos de los profesionales o peritos, existen otros saberes, otras ciencias que no provienen de las universidades o que no son reconocidos por los espacios académicos colonizados. En gran medida, estos saberes anticoloniales son los que han permitido destrozar las cadenas de la dominación y el colonialismo interno y académico imperante.

Uka pixtu yatxatat jaqinakax wali jisk’achaskakistuwa. Jiwasanakan lurawisa, yatxatanakasa, ukhamaraki suma amtawinakasa jan yaqatawa.

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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¡Ch’allemos con agua!

/ 19 de febrero de 2023 / 00:38

Llegamos al tiempo de la Anata ancestral andina, que tiene orígenes milenarios en las prácticas de los ayllus urus, aymaras y quechuas. El profundo respeto y relación muy estrecha con la Pachamama que se ha traducido como la “madre tierra”. Es el tiempo de la cosecha agrícola, como también de la t’ikha o el adornar con lanas de colores a los animales; es el acopio de los frutos de la madre naturaleza que nos ha proporcionado en el último año.

Lamentablemente, este 2023 hay sequía en las comunidades andinas, por lo que se ha recurrido a los q’uchus o cantos rituales del pedido de la lluvia mediante las wak’as, los apus, los machulas y demás uywiris o cuidadores de los seres vivos en esta tierra. Nos preguntamos muchas veces ¿por qué no llueve? Incluso, ¿qué maldad hemos hecho a la Pachamama?

En el mundo urbano de Chuqiyapu marka o la ciudad de La Paz, después de la escasez del agua en 2016, los habitantes quedamos muy preocupados. Hoy se dice “que llueva” o “¿por qué no llueve?” y creo que ya es parte de nuestros pensamientos cotidianos. Recuerdo a fines de noviembre de 2016. Se esperaba con ansias las primeras lluvias y en pleno centro de la ciudad cayó el primer aguacero que fue la alegría de todos/as. Tal era el júbilo que vi a algunos ciudadanos derramar lágrimas. Ese año fue de gran aprendizaje sobre cómo utilizar el agua razonablemente.

El martes de la Anata se realizará la ch’alla o el agradecimiento a la casa, al negocio, que es una forma de retribuir a la Pachamama. Pero el gran conglomerado de creyentes de los pueblos andinos ¿seguirán ch’allando con alcohol? Es hora de enderezar la costumbre ancestral de la ch’alla pero con agua. Indagando la memoria oral de nuestros antepasados, constatamos que no siempre se ch’alló con el alcohol y sus derivados, sino que esa práctica es producto del sistema de colonización impuesto. Sabemos que en la colonia se expandió el consumo masivo del aguardiente; en la república se continuó con esa práctica, sobre todo obligando a los indios su consumo en las haciendas; y en tiempos del “proceso de cambio” se sigue ch’allando con alcohol, ahora influenciados con la tradición mentirosa del marketing de empresas alcoholeras que la promocionan.

La ch’alla es un acto ritual en el que la persona rocía, esparce gotas como señal de agradecimiento a la madre Pachamama, es una manera de manifestar reciprocidad por los productos obtenidos. En este acto de relación de correspondencia y cariño del ser humano con la Madre Tierra, ya no es posible seguir agradeciendo a la Pachamama rociando el dañino alcohol. Desde la memoria colectiva sabemos que, antiguamente, esta ceremonia íntima de la ch’alla se hacía con agua, más propiamente con la ch’uwa uma o agua cristalina traída de lugares sagrados como los jalsu uma o manantiales de agua, o se recogía de la primera lluvia, el primer chilche e incluso de algunas cascadas. Aunque la tradición oral también nos enseña que en los valles por esta época se preparaban el “vino indio” (hasta hace algunos años aún se vendían con ese nombre), hechos de maíz morado y exclusivamente para la ch’alla. Hoy se quiere ch’allar con la chicha o la k’usa ancestrales. Este último producto era solo para las fiestas y ha desaparecido su producción. La chicha ya es un producto adulterado y que aún se venden en cantinas de mala muerte. Entonces ¿insistimos en estos productos?

Como el alcohol hace daño a la Pachamama, también es nocivo para el ser humano. Varios líderes del pueblo aymara y quechua han exhortado del proceso de envenenamiento gradual en la vida humana. Cito a algunas de estas personalidades. Manuel Chachwayna, el primer candidato aymara a diputado en 1927, decía “…la excesiva producción de estas bebidas nocivas trata de envenenar a nuestra raza viril y laboriosa…” En esta misma época, el educador Eduardo Leandro Nina Quispe declaraba “… de los horrores que causa el alcoholismo… ”. Hace pocos días se recordó dos años de la desaparición física del historiador Germán Choque Condori, más conocido como el Inka Waskar Chukiwanka, quien en su libro Juntando piedras dice “Hay que enseñar a ch’allar con agua o con las gotas de la lluvia… y nuestras fiestas podemos hacerlas sin alcohol”.

Está claro, la lucha de los pueblos quechua, aymara y uru. Es una lucha anticolonial, un enfrentamiento contra el capitalismo y sus modelos culturales consumistas y depredadores de los seres vivos. Si a nivel ideológico y político hemos abrazado este camino, urge deshacernos del alcohol y ch’allar con agua. Si continuamos ch’allando con el alcohol y sus derivados, seguimos supeditados y engordando a los patrones del gran capitalismo mundial.

Jach’a thakhisaruwa sartañasa. Ch’allt’asiñasawa umampi. Jalsut umampi, ch’uwa umampi, nayraqat jallu umampi. Uka alkulamp ch’allañaxa ñanqha sarawa ¿Janicha ukhamaxa?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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‘Bolivia escucha, estamos en adopción’

Al parecer, están decididos a definir su destino contra el Estado y la sociedad peruana excluyentes.

/ 5 de febrero de 2023 / 00:45

El Estado genocida al frente de Dina Boluarte, apoyada por la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, el Poder Legislativo, un puñado de empresarios y sus aliados, ha convertido al Gobierno en el más sanguinario de la historia peruana. Hasta el momento hay alrededor de 65 personas asesinadas por las fuerzas de represión, que le han convertido en noticia internacional y crece la presión de la comunidad internacional para una pronta solución, pero no quiere ser atendida por la mentalidad ultraconservadora de los políticos neoliberales en el poder.

En medio de esta situación caótica, mediante un estribillo y pancartas —“Bolivia escucha, estamos en adopción” y “Adóptame”—, se manifestaron en pasados días los habitantes del departamento de Puno. ¿Cómo interpretamos esta profunda rebeldía ciudadana? La declaración de Boluarte el pasado 24 de enero de que “Puno no es el Perú”, ahondó más las reacciones. Las redes sociales han brindado una cobertura interesante sobre cómo construir un destino propio de la región sur del Perú, ¿ser otro país? Incluso aparecen mapas de cómo sería, justificando esta vía de solución, porque el sur tiene casi todas las riquezas con las que vive el Perú y que Lima solo subsume y vive a costa de marginalizar a regiones como Puno y similares.

Lo más importante es mostrarnos que los Estados nación, fundados por los libertadores, bajo el criterio de simples extensiones e imitaciones de los Estados europeos, no es la solución. En medios locales bolivianos la información fue escasa, a excepción de un canal de televisión que no tuvo mayor explicación de la manifestación y casi la nota fue emitida con un hecho anecdótico.

¿Qué significa que los habitantes de Puno se declaren que Bolivia les adopte? El sur peruano es una región aymara y quechua y entre sus valores está la adopción cuando alguien es wajcha o huérfano y no tiene un protector. Precisamente, no es casual que se use el término de “adóptame”, porque el Estado peruano perdió toda credibilidad y confianza de sus habitantes más discriminados.

Al llamado de “adóptame”, varios habitantes de Bolivia respondieron en las redes sociales con frases como “si somos una sola nación aymara, quechua, pero los Estados nos han dividido”. Otros en tono más risueño dijeron: “Hermanos de Puno, si no se pueden memorizar nuestro himno nacional, no pasa nada, con que sepan de Maroyu, está bien para empezar. Bienvenido”.

Desde el punto de vista de la convivencia de los pueblos de frontera, siempre hay lazos muy fuertes que unen y eso no se perdió. El antiguo Qullasuyu está vigente en términos de la existencia y la relación de las parentelas. A nivel político, Cusco y particularmente Ollantaytambo, fue el lugar donde nacieron ideas contemporáneas de los pueblos ancestrales andinos. Hay que recordar que el indianismo contemporáneo se fundó ahí, como recordaba un letrero colocado a un bus que emprendía el viaje a Lima: “Ollantaytambo, capital mundial de la indianidad” o “ciudad viviente inka”. A pesar de la separación jurídica de los Estados, el Qullasuyu aún vive y fluye.

Algunos políticos de la ultraderecha peruana acusan al expresidente Evo Morales y a la federación de campesinos de la provincia Omasuyos de promover actos de desestabilización. Un parlamentario de Fuerza Popular fujimorista, Ernesto Bustamante, con fuertes rasgos de esquizofrenia, sugirió invadir Bolivia para apropiarse de sus recursos naturales y así cobrar los supuestos daños causados al Perú. Incluso, sale a flote el tema de la Confederación Perú-Boliviana, que para la derecha peruana fue un hecho que pretendió dividir el Perú y por eso Agustín Gamarra invadió Bolivia. Aquí se discurre la historia oficial. Pero, la gran rebelión del pueblo peruano, sobre todo del Sur, está escribiendo la otra historia, la más profunda. Al parecer, están decididos a definir su destino contra el Estado y la sociedad peruana excluyentes.

Wasitampi parlañasa Pirwa jilatanakan, kullakanakan sarnaqawipata. Wali jiwayarasipki una Boluarte apnaqirinakaxa. Sarxama sasaw sapxi, uka k’ullu awilax janiw mistuñ nunkiti.

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Para que renuncie Dina y su Estado genocida

/ 22 de enero de 2023 / 02:48

El Perú profundo de indios, campesinos, cholos, negros y de sectores populares está movilizado y en plena lucha anticolonial. El genocidio de más de 50 peruanos desde diciembre de 2022 hasta el presente ha hecho el despertar del pueblo que había soportado sin grandes reacciones a las políticas neoliberales y entreguistas de los distintos gobiernos.

Gracias a algunas redes sociales, uno puede enterarse y hacer el seguimiento de las noticias que no se amplifican por los medios de comunicación conservadores. Por ejemplo, el cura de Puno, Luis Humberto Béjar, fue echado de su cargo por la Conferencia Episcopal del Perú, a la cabeza de Salvador Piñeiro. Aunque se diga “se retiró la licencia” porque Béjar dijo que renuncie Dina Boluarte. En Bolivia, el ala derechista de la Iglesia católica (extensible a muchas iglesias evangélicas), apoya para levantar firmas a favor del golpista gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Qué paradoja, pues tenemos al papa Francisco, muy solidario con las causas de los de abajo, pero sus súbditos sacerdotes y feligreses, sobre todo, las élites, son extremadamente reaccionarios.

En estos últimos días hay un rito generalizado, sobre todo, en la región andina del Perú, de “despedidas a los ciudadanos” que se llama la “marcha de los cuatro suyus” (es decir, de las cuatro grandes regiones del gran Tawantinsuyo) hacia la capital para la “toma de Lima”. Aunque en el camino, como otrora, son interceptados por los policías y militares, justificando de que existe toque de queda y, por lo tanto, no pueden pasar los “terrucos”, como son estigmatizados los ciudadanos que están en contra de Boluarte. Es otra excusa más para que el pueblo profundo no ingrese a la ciudad capital Lima. Esta es una experiencia concreta de para qué se han construido las ciudades en nuestro continente del Abya Yala.

La fundación de las ciudades en la colonia fue hecha como un fortín para unos cuantos españoles, mestizos y criollos desclasados. Para que no ingresen y menos la habiten los indios, los cholos, los campesinos y los negros. En el Perú, frente a esta política nacionalista grotesca, la wiphala, como un símbolo de los pueblos que luchan hoy contra el colonialismo, logró atravesar las fronteras, reafirmada primero en Bolivia y hoy es símbolo de emancipación también de los aymaras, quechuas y otros pueblos del Perú. ¿Será que van a prohibir su uso porque es símbolo de los aymaras, quechuas y otros pueblos de Bolivia?

En medio del llanto y la desesperación de las muertes, en gran número de jóvenes y adolescentes, hay ritos de despedida. En camiones y buses, en varios casos con rituales a la Pachamama, se augura los buenos deseos y que su lucha sea escuchada en Lima. Ver esas imágenes es recordar las travesías de los mitayos que otrora viajaban al Cerro Rico de Potosí, para trabajar en la mina y no sabían si iban a retornar a sus lugares de origen. Algo parecido sucede hoy en el sur del Perú, a pesar del tiempo transcurrido.

Pero no solo es tristeza, hay mucha música de resistencia, como medio de expresión no solo de la alegría, sino también del dolor. Las 45 bandas de Puno (además de los sikuris) se agruparon y compusieron una especie de marcha profunda titulada Dina asesina. Una parte de la letra dice: “Esta democracia ya no es democracia/ Dina asesina, el pueblo te repudia/Cuántos muertos tienes para que renuncies/ Sueldos millonarios para los golpistas/ Balas y misiles para nuestro pueblo…”. Al son de esta música y a viva voz cantada la letra, se realizan las grandes movilizaciones, incluida la travesía de los casi 1.100 km y en 15 horas de viaje desde las provincias del sur hasta Lima.

¿Que se avecina en Lima? Posiblemente, una gran ch’axwa o pelea de gran magnitud para el inicio de un gran Pachakuti, que sería más profundo que una revolución. El pueblo movilizado, organizado y con ideas claras ya no teme a nada ni a nadie. Por eso se escucha frases como: “De una vez nos sacudiremos”, haciendo alusión al gobierno sanguinario presidido por Boluarte.

Frente a esta llegada masiva, algunos medios de comunicación controlados por grandes empresarios siguen con la consigna de que los “terrucos” están llegando para destruir la capital. Otro ejemplo, una presentadora de televisión pregunta al periodista de la calle: “¿Estás seguro en la plaza Manco Capac?” , desde donde transmitía y donde llegaban los ciudadanos del interior. El periodista responde “por ahora estoy bien…”

Janiw akch’as walikiti. Jach’a Pirwa markachirinakaruw q’al jiwañan munapxi. Aymara, qhichwa jilata, kullakanakasaruxa wali jisk’achapxi una jaqi jiwayiri warmi Dina Boluarte sutini. Ch’amañchañasawa jilata kullanakasaru. ¡Jallalla ch’axwawi pirwa markana!

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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La democracia de los patrones y su magnificación…

/ 8 de enero de 2023 / 01:02

A raíz de la detención por el poder judicial del gobernador del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, el pasado 28 de diciembre de 2022, acusado de terrorismo y por promover la rebelión de las Fuerzas Armadas en el golpe de Estado de noviembre de 2019, se han originado algunas reacciones contra el Gobierno y los ciudadanos kollas.

Según el Comité pro Santa Cruz, el único culpable para la detención es el Gobierno central del Estado Plurinacional. La Policía es un flanco de agresiones violentas, como el intento de la toma física del comando de la institución o la quema de las oficinas del Tribunal de Justicia. Además de quemazones de autos y, por supuesto, agresiones físicas a periodistas y ciudadanos comunes. El caso de Jorge Tellería, trabajador de Impuestos Internos, es dramático, pues según sus declaraciones, fue secuestrado y torturado por el brazo terrorífico del Comité Cívico: la Unión Juvenil Cruceñista, entidad paramilitar y delincuencial que no ha podido ser aniquilada por organismos de seguridad del Estado.

Varios medios de comunicación (Unitel, Red Uno, Página Siete, entre otros) hacen toda una teatralización y magnificación de los hechos. Apuestan por la apología de la violencia y difunden un libreto muy similar. Los/as periodistas repiten frases como “liberen al gobernador Camacho”. Nunca dicen: ¿Por qué está preso Camacho? O expresan que hay “enfrentamiento de los jóvenes con la Policía”, cuando en las imágenes se ven ataques del grupo de choque racista contra los policías y cada noche, en fin.

La Policía, otrora aliado en el golpe de Estado de 2019, hoy es objeto de insultos y amedrentamientos. Una explicación es que hoy ya no pueden dar “apoyo” como en el golpe citado. Por lo tanto, se pretende que acepten “sumarse al pueblo del Comité Cívico” a puro terrorismo. Además, el grupo de policías de base es de origen kolla o indios en términos más directos, que son siempre despreciados por los puritanos del Comité y sus aliados.

Pero oír las declaraciones del presidente del Comité Cívico, Rómulo Calvo, el rector y el vicerrector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Santa Cruz, Vicente Cuéllar y Reinerio Vargas, respectivamente, es realmente patético y de una pobreza intelectual total. Pues expresan los grandes valores de la “democracia patronal” o gamonal para con sus kunumis o servidumbre social.

Afirmar que no saldrán productos alimenticios producidos de Santa Cruz a otros departamentos, es la actitud del patroncito mezquino, que se enojó porque no le hacen caso a sus berrinches o porque no entiende qué es vivir en un Estado de Derecho. Optar por la política del encuevamiento, es decir del narcisismo político- territorial y el autoencierro, es no entender que vives en una sociedad y bajo una forma de democracia.

¿Dónde quedó el espíritu capitalista, el “modelo económico exitoso de Santa Cruz”? En los hechos se constata que eso no es más que una retórica porque en el fondo son nomás patrones coloniales que quieren seguir gobernando bajo garrote y amenazas.

Dada la situación, ¿qué pasaría si el Gobierno central decide retirar a la Policía de la ciudad de Santa Cruz? Seguramente los del Comité y sus grupos de choque quemarían las instalaciones y eso sería como un gran triunfo. Pero ¿qué más podría suceder? Dada la agitación que se quiere profundizar, sería interesante que la Policía se instale en algún municipio del departamento de Santa Cruz que quiera recibirla con los brazos abiertos. En esta línea de solución, a futuro no se descartaría la re-fundación de la nueva ciudad de Santa Cruz, bajo otro eje social.

Pero ¿por qué el Gobierno no declara al aeropuerto de Viru Viru sin garantías? Dada la invasión que se generó el 28 de diciembre por parte de gente del Comité y sus grupos de choque. ¿Es posible hacer estos pasos? Estas salidas se desmarcan de la ley, pues el Comité Cívico hace tiempo que acciona fuera del derecho y, por lo tanto, tendría que haber alguna respuesta de esa naturaleza.

Wasitampiwa uka q’ara, misti jaqinakaxa t’unjañ munapxistu. Arsusiñasawa, kutkatañasawa wasitampi ¿ janicha ukhamaxa?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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