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Fariseos

TRIBUNA Luis Callapino López

Resultó inédito que las unidades educativas de convenio acaten y apoyen el paro movilizado de 24 horas con bloqueos de carreteras y cierre de fronteras a nivel nacional, desarrollado el pasado 24 de marzo, en cumplimiento al Instructivo 08/2023, emanado por la dirección ejecutiva nacional de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia (CTEUB).

En otros tiempos era usual que las unidades educativas de convenio desacaten las convocatorias a paros, huelgas y/o marchas convocadas por la CTEUB, las federaciones departamentales de maestros y la propia Central Obrera Boliviana (COB), en razón de la subordinación intrínseca sometida desde los altos mandos jerárquicos eclesiales.

Para nadie debería resultar desconocido que en estas unidades educativas del sector urbano, las células sindicales de maestros fueron prácticamente anuladas en su accionar, debido a las características del clero religioso; vale decir, la réplica del voto de obediencia, asumida por los curas y las monjas.

No obstante, pareciera que estos antecedentes fueron dejados de lado astutamente, para sumarse al rechazo hipócrita del currículo actualizado, bajo la verdadera bandera de lucha promovida por algunos jerarcas del clero, en razón a la observación de algunos contenidos contrarios a su doctrina; vale decir, la educación sexual integral.

Consiguientemente, es un secreto a voces que las unidades educativas de convenio fueron las primeras en implementar el currículo actualizado, a partir de la evaluación diagnóstica, extremos que pueden ser fácilmente corroborados en los planes anuales trimestralizados y de desarrollo curricular (clases), exigidos sin ninguna contemplación por los directores, denominados lugartenientes de los curas y las monjas, además de los delegados episcopales de educación.

Al respecto, el artículo 87 de la Constitución Política del Estado (CPE), en su parte pertinente dispone que se reconoce y respeta el funcionamiento de unidades educativas de convenio con fines de servicio social, con acceso libre y sin fines de lucro, debiéndose regir por las mismas normas, políticas, planes y programas del sistema educativo.

Estos extremos hacen presumir la doble moral de los delegados episcopales de educación (aduladores de los autoridades distritales y departamentales) y los directores de unidades educativas de convenio que acatan paros, huelgas y otras movilizaciones de acuerdo con su conveniencia o por mandato superior, siendo ellos mismos los primeros conculcadores de derechos sindicales de los maestros.

Luis Callapino López es magíster en Políticas de Formación Docente.