No mucha gente sabe cómo librar una guerra nuclear. Yo soy uno de ellos. Como joven piloto de combate de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, a fines de la década de 1970, me capacitaron para llevar a cabo ataques nucleares en un proceso riguroso diseñado para garantizar que ninguna contingencia, mecánica o ética, disuada su misión. Gran parte de mi carrera de 33 años la pasé como un guerrero nuclear.

Estados Unidos ha intentado durante décadas evitar que Corea del Norte se convierta en una amenaza nuclear, pasando de la diplomacia a la presión y a la paciencia. Ninguno de estos enfoques ha funcionado. Aquí hay algo que podría: Poner fin a la Guerra de Corea. El 27 de julio de 1953 se firmó un armisticio que detuvo el combate, pero Estados Unidos y Corea del Sur técnicamente siguen en guerra con el Norte. Esto ya no es aceptable.

Corea del Norte tiene armas nucleares. Ha realizado pruebas de misiles a un ritmo récord desde el año pasado. En enero, Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, ordenó una expansión “exponencial” del arsenal nuclear del país, y el año pasado su gobierno aprobó una ley que autoriza un ataque nuclear preventivo. En respuesta, el presidente Yoon Suk Yeol de Corea del Sur dijo que su país podría considerar desarrollar armas nucleares. En este entorno de gatillo fácil, una mala decisión o un malentendido podría matar a millones. Un acuerdo de paz permanente socavaría la imagen que hace Kim de Estados Unidos como una amenaza existencial y su justificación para construir su arsenal convencional y nuclear. También podría provocar un cortocircuito en la mentalidad de asedio que subyace a su régimen represivo. El alivio de las sanciones y el desarrollo económico podrían seguir, lo que conduciría a mejoras largamente esperadas en la calidad de vida y los derechos humanos de los 25 millones de habitantes de Corea del Norte.

Estados Unidos, Corea del Norte y Corea del Sur se han comprometido en los últimos años a buscar un acuerdo de paz duradero. Actualmente, hay un proyecto de ley en la Cámara de Representantes que pide un acuerdo de paz. La Ley de Paz en la Península de Corea requeriría que el secretario de Estado presente una “hoja de ruta clara para lograr un acuerdo de paz permanente”; ejercer una diplomacia “seria y urgente” en busca de un acuerdo vinculante; y comenzar a abordar la falta de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Corea del Norte mediante el establecimiento de oficinas de enlace en el territorio del otro. El proyecto de ley es imperfecto. Hay una necesidad urgente de progreso. Después de que fracasaron las propuestas diplomáticas de los últimos años, Kim solo se ha vuelto más beligerante y el riesgo de conflicto es más agudo. La aprobación de una Ley de Paz en la Península de Corea fortalecida es esencial para asegurar una solución duradera, pero el proyecto de ley actual no ha avanzado desde que se presentó en 2021.

Pero la parte más difícil de poner fin a la guerra podría ser construir la voluntad política en Washington. Complacer a Corea del Norte conduciría a acusaciones de que estamos recompensando el mal comportamiento y legitimando un régimen totalitario. Pero la familia Kim ha gobernado durante 75 años; es hora de aceptar que es poco probable que esto cambie pronto. En este momento, la próxima generación de hombres y mujeres al norte y al sur de la DMZ se están preparando para la guerra nuclear. Que nunca tengan que poner en práctica su entrenamiento.

Dan Leaf es teniente general y columnista de The New York Times.