Icono del sitio La Razón

‘Concejales: Bancada 046’

dockweiler.jpg

César Dockweiler, economista, especialista en Gestión Pública y Desarrollo

El ciudadano común muchas veces desconoce los entretelones de las elecciones para elegir la nueva directiva del Concejo Municipal. Sin embargo, las luchas internas de los concejales en busca de sus intereses personales, han dejado en evidencia la falta de compromiso con la ciudad y la ciudadanía. Los concejales con el afán de lograr sus oscuros intereses, fueron capaces de cruzar «ríos de sangre».

Las sesiones del Concejo Municipal de La Paz han sido escenario de participaciones bochornosas de algunos concejales que olvidan su rol de autoridades electas para protagonizar actos más propios de una comedia dramática. A través de una verborrea de improperios, peleas y discusiones desordenadas, han mostrado un pobre desempeño en la función pública.

En días previos a la elección de la nueva directiva del Concejo Municipal, estos mismos concejales son capaces de dejar a un lado sus diferencias para alcanzar una pacificación temporal “negociada”. Sin embargo, esta actitud responde a negociados previos donde se buscan intereses personales, sean económicos o políticos: «me hago el loco si me apoyas” o “retiro mi denuncia si me das tu voto».

Estas circunstancias han llevado a la negación de principios éticos y morales, donde se negocian votos a cambio de beneficios personales, espacios laborales, posiciones en la directiva o las presidencias de las comisiones. Incluso, algunos concejales han expuesto sus ambiciones personales de poder para recibir el respaldo de quienes componen la alianza oficialista de Somos Pueblo.

En el ruedo de las negociaciones se incorporan los intereses de sectores inmobiliarios que conformaron un bloque de concejales afines que, de manera extraoficial, podríamos denominar la “bancada 046”, en honor a una norma que puso en evidencia sus intenciones, donde no existe distinción de partido político ni ideología, pero sí el interés económico. Todo este accionar responde a un plan maquiavélico que busca asegurar sus intereses y resultados, y para ello han pactado compromisos a cambio de favores, beneficios personales u otras dádivas.

Además, se incorpora el ingrediente del nuevo proyecto político que viene impulsando la corriente de los supuestos “renovadores” del MAS, quienes han declarado abiertamente su interés de construir un frente amplio sin considerar antecedentes ni ideología, para conformar una “juntucha” con personas que principalmente no tienen principios ni ideales.

En definitiva, la situación en el Concejo Municipal de La Paz es lamentable y, en gran medida, con las pocas excepciones que existen, sus miembros no piensan en los intereses de La Paz, sino en sus propios beneficios. Es doloroso que la ciudad esté en manos de gente que no la ama y que, en lugar de trabajar por el bienestar de todos, buscan solo beneficios personales.

Entre negociados y negociantes, la única perdedora es la ciudad.