El pollo, la papa, el huevo y la supuesta ‘crisis’

En las últimas semanas, algunos “analistas” se jactaban de que sus “vaticinios” supuestamente se cumplieron, afirmaron que el país está en “crisis” y prueba de ello es el incremento en el precio de la carne de pollo, pero, principalmente del huevo. En pocas palabras, asociaron directamente el aumento en el precio del huevo con la supuesta “crisis”. Recordando, algo similar sucedió hace un tiempo atrás, estos mismos “analistas” generaban pánico en la población, afirmando que “estamos en crisis” y que eso se reflejaba en el elevado precio de la papa.
Dicha lógica es carente de coherencia, puesto que el aumento en el precio de estos productos tiene una explicación específica. En su momento, el precio de la papa subió debido a los fenómenos climatológicos adversos suscitados en 2022, que afectaron la producción de papa generando un menor nivel de producción y, considerando la alta demanda de la población, el precio se elevó significativamente. Si bien, gran parte de la papa que se consume es de producción nacional, también se importa este producto de Perú, algo que ya no se pudo realizar con normalidad debido a los conflictos sociales en aquel país, lo que generó que el precio de la papa en su momento aumente todavía más.
Entonces, es incorrecto asociar el incremento en el precio de la papa a la supuesta “crisis”, cuando este fenómeno se debió a factores climatológicos y externos. Pero ahora no hablan de que el precio de la papa disminuyó considerablemente, uno puede ir al mercado y conseguir una arroba en Bs 60 o incluso Bs 40 (dependiendo el tamaño).
En lo que refiere a la carne de pollo y el huevo, el incremento en el precio de estos productos responde principalmente al brote de la gripe aviar o influenza aviar. Si bien ésta apareció hace varios años atrás, los focos de influenza crecieron sustancialmente en países de la región durante los últimos meses. El 17 de enero, la Organización Panamericana de la Salud alertó sobre la creciente detección de focos de influenza aviar en aves de 10 países de la Región de las Américas.
El 27 de enero, en Bolivia se declaró estado de emergencia nacional zoosanitaria luego de haberse confirmado la presencia de un caso de gripe aviar en una granja de Cochabamba, por lo que se optó por sacrificar aves para evitar la propagación de esta influenza. En total, se identificaron 33 brotes, de los cuales 19 fueron en granjas comerciales, de las cuales 18 corresponden a aves ponedoras (de huevo) y solo una de producción de carne de pollo; por ello, la producción de huevo fue la más afectada.
Otro factor que influye en el aumento del precio de estos dos últimos productos es el contrabando. Durante las últimas semanas se realizaron operativos de control y se detuvo varios camiones que transportaban una importante cantidad de huevo y carne de pollo hacia Perú. Por ello, el Gobierno intensificó los operativos de control en las localidades fronterizas con aquel país para evitar el contrabando, el cual fue generando desabastecimiento en el mercado interno.
En resumen, los incrementos que se observaron en los precios de estos productos se explican por factores externos como los fenómenos climatológicos, dificultades en la importación (en el caso de la papa en su momento), la gripe aviar y el contrabando (en el caso del huevo y la carne de pollo). Entonces, el aumento en el precio de estos productos no refleja la situación del país, no refleja si existe crisis o no.
Los economistas Carmen Reinhart (execonomista en jefe del Banco Mundial) y Kenneth Rogoff (execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional), profesores en Harvard, en su investigación This Time is Different: A Panoramic View of Eight Centuries of Financial Crises, señalan que existe crisis cuando: la inflación anual supera el 20%; la depreciación es mayor al 15%; cuando un gran número de instituciones financieras tienen dificultades para cumplir con sus obligaciones de deuda o no las pagan; y cuando existe incumplimiento en el pago de la deuda y se entra en default o renegociación.
Considerando aquello, se puede afirmar que Bolivia no está en crisis. La inflación está controlada y se constituye como una de las más bajas en el mundo, el tipo de cambio es estable, el sistema financiero demostró ser sólido y solvente (pese a la intervención al banco Fassil) y la deuda aún se encuentra dentro de los umbrales máximos recomendados por organismos internacionales.
(*) Ángel Surco Chuquimia es economista