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Goni(smo) residual 2025

SAUDADE

Tras casi dos décadas de silencio desde su fuga en helicóptero en octubre de 2003, un nonagenario Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL) reapareció con una curiosa propuesta. Se trata de un proyecto de “Constitución de Todos”. Nada menos. Es el último “legado”, si acaso, de un hombre que, en sus palabras, “entró a la política como un empresario minero y la dejó como un político fracasado”. Goni habla hoy desde la nostalgia, el extravío y su condición de prófugo de la Justicia.

La propuesta de GSL, en el papel, parece sincera. Hay una suerte de exposición personal de motivos (“una larga y amarga travesía”) y un texto completo con cuatro partes, 19 títulos y 194 artículos. No está mal. El problema es que su Constitución es arcaica y de poquísimos. Es evidente que el expresidente no entendió nada y/o se quedó dormido. Por ello ofrece mirar el futuro anclado en el retrovisor. Lo suyo, pues, es una Constitución del siglo XX. Restituir es la consigna.

Veamos algunas propuestas para “volver al futuro”. ¿Cómo? Volviendo al pasado (ufa). Para empezar, el primer artículo, que define en esencia la visión de país y el modelo de Estado, es una mala copia no de la Constitución de 2009, ni siquiera de las reformas de 1994 o de 2004, sino de la Constitución ¡de 1938! República unitaria, independiente y con gobierno democrático representativo. No es broma. Ni hablemos, Kozolchyk nos libre, de plurinacionalidad o autonomías.

De ahí deriva lo demás. La soberanía solo puede ser delegada. La uniformidad desplaza al pluralismo. El pueblo no elige presidente de la República, ni gobernadores, ni alcaldes. El presidente, nombrado por el Congreso, designa a las cabezas de los otros poderes del Estado. Se borra el Tribunal Constitucional. Adiós al pluralismo jurídico. Quedan suprimidos, por supuesto, los derechos colectivos. ¿Equidad de género? Bah. Se elimina la democracia directa y participativa. Y así.

El proyecto de los amigos de Goni, que también incluye cosas interesantes y recoge añejos debates como el parlamentarismo, generó reacciones previsibles. El oficialismo lo descalificó con virulencia: “asesino, retrógrada, neoliberal”. La oposición política mostró conmiseración (“no merece comentario”) e indiferencia (ni un mensajito del exsocio, ahora tuitero mayor). Y los retoños de la democracia pactada mal elogiaron: “montón de ideas buenas” (sic), “abre el camino”.

La buena noticia es que el partido del expresidente analizará el proyecto. Hay esperanza. Quizás les ayude a superar el 0,69% de votos que obtuvieron en su última participación en elecciones. O no. La “Constitución de Todos”, como el MNR y el propio GSL, son hoy apenas residuos disfrazados de separata.

FadoCracia hipócrita

1. Barcos de varios países, aviones, robots, helicópteros. Hubo grandísima movilización en la búsqueda/rescate del Titán. “Una lamentable tragedia que deja muchas preguntas”. 2. El descenso del sumergible en las profundidades del Atlántico Norte terminó en desdicha. Cinco tripulantes querían ver los restos del Titanic. Les tocó “implosión catastrófica”. 3. La cobertura informativa del hecho fue inmensa: todos nos enteramos. De la angustia se pasó a la congoja. Los cinco pasajeros habían muerto. “Probablemente fue un final misericordioso”. 4. Ahora vienen meses/años de investigación para examinar las piezas encontradas, las causas, el momento de la implosión. Hay debates sobre el tema. 5. Pocos días antes, en el mar Egeo, un barco se hundió y murieron ahogadas alrededor de 500 personas. 6. El operativo de rescate fue tardío y minúsculo. La noticia pasó casi desapercibida. Nadie declaró tragedia. 7. Los ahogados eran “invasores”. No hay drama. Es solo el mar Mediterráneo exhibido, una vez más, hasta la próxima, como insignificante cementerio de migrantes.

José Luis Exeni Rodríguez es politólogo