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Reflexiones sobre la deuda externa

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Miguel Clares

En los últimos días, la deuda pública externa de Bolivia ha sido objeto de especulaciones infundadas, generando desinformación en la población. Sin embargo, es crucial señalar que el crecimiento económico del país ha superado ampliamente el endeudamiento público externo, lo que garantiza la capacidad de pago de la deuda y fortalece la confianza en la economía nacional.

Un análisis riguroso del ratio de deuda pública externa en relación al tamaño de la economía revela que Bolivia se encuentra por debajo de los niveles promedio registrados entre 1985 y 2005, cuando la deuda representaba en promedio el 67% del Producto Interno Bruto (PIB). En contraste, en 2022 la deuda pública externa de Bolivia representó el 30% del PIB, e incluso a mayo de 2023 alcanzó el 29,2% del PIB, lo cual demuestra una mejora significativa en la sostenibilidad de la deuda.

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Estas cifras se ajustan a las buenas prácticas internacionales. El Marco de Sostenibilidad de la Deuda del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional recomienda que la deuda pública externa en términos del PIB no supere el 40%. De manera similar, la Comunidad Andina establece un límite recomendado del 50% del PIB, y el Tratado de Maastricht de la Unión Europea sugiere un umbral de referencia del 60% del PIB. Por lo tanto, Bolivia ha logrado mantenerse por debajo de estos límites de endeudamiento, posicionando su deuda pública externa como saludable y manejable.

La relación entre el crecimiento económico y la dinámica de la deuda pública es un aspecto que se debe considerar. En los últimos años, el PIB de Bolivia ha experimentado un crecimiento promedio del 4,5%, superando las tasas de interés promedio de la deuda contraída. Esto refleja la solvencia de la deuda y la capacidad del país para hacer frente a sus obligaciones de crédito de manera responsable.

Además, los pagos de intereses por la deuda pública son un indicador clave de una gestión prudente. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los pagos de intereses no deben exceder el 3% del PIB para evitar cargas excesivas. En el caso de Bolivia, estos pagos representan aproximadamente el 1% del PIB, evidenciando una administración responsable y saludable de la deuda.

La solidez en la gestión de la deuda pública externa desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad financiera y el fortalecimiento de la confianza en la economía nacional. Un enfoque de endeudamiento sostenible, respaldado por un sólido crecimiento económico y pagos de intereses manejables, constituye la base necesaria para hacer frente a los desafíos económicos y sociales que se presentan.

Asimismo, es fundamental utilizar los recursos adquiridos de manera eficiente y direccionarlos hacia inversiones productivas y programas que impulsen el desarrollo socioeconómico. De esta manera, se genera un retorno positivo para el país y su población, maximizando el impacto de la deuda pública en beneficio de toda la nación.

En consecuencia, es fundamental reconocer los logros y la solidez de la gestión de la deuda pública externa por parte del actual Gobierno. La deuda pública externa saludable, respaldada por un crecimiento económico sólido y una administración responsable, es un factor clave para fortalecer la estabilidad financiera y fomentar un desarrollo socioeconómico sostenible en beneficio de toda la población boliviana.

(*) Miguel Clares es economista