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El ruido de las nueces de la privatización

En los últimos días ha tomado resonancia la publicación del libro editado por la Fundación Vicente Pazos Kanki donde presenta un análisis con relación a las empresas públicas en Bolivia, lo que ha dado lugar al debate, generando opiniones en todos los sentidos; en paralelo, ello resulta en una importante oportunidad para incorporar algunos puntos de vista a esta exposición de ideas que deben ser tomadas en cuenta para enriquecer el debate y el análisis. Para ello, considero necesario echar una mirada al pasado y contrastar las alternativas que se han operado a lo largo de la última mitad del siglo XX con el traspaso de las compañías públicas al sector privado y el costo que ha implicado, junto con los análisis que se han hecho al respecto.

El análisis en el libro presentado en la Feria del Libro en La Paz es básicamente el de dos publicaciones del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el Presupuesto General del Estado, señalando una recopilación sesgada de los datos expuestos hacia el lado estatal. Sin embargo, debe tenerse presente que el documento incorpora también una serie de juicios de valor a tiempo de exponer la información que recopila de las fuentes; esto implica un punto de vista alternativo, que tampoco se encuentra libre se sesgo.

Por otro lado, también se expone otra publicación sobre el sistema de empresas públicas boliviano, que recopila una investigación llevada adelante por la Comisión Especial Mixta de Investigación de la Privatización y Capitalización, cuyo objeto principal fue determinar cómo estaba compuesto el sistema de firmas estatales del país, y cuáles fueron las maniobras que se realizaron para sacarlas del mercado y entregarlas a manos privadas en procesos donde los actores de repetían y remitían a la clase política de la época.

Ese análisis alternativo va más allá del periodo iniciado con el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), abarca toda la era democrática contemporánea, donde resulta que, antes de la constitución de las actuales empresas públicas, Bolivia contaba con más de 200 compañías de este tipo, número muy superior a las 60 que se analizan en la publicación. Estas empresas en muchos casos ocupaban importantes lugares dentro del mercado boliviano, con un valor de marca e intangibles, como modos de producción o licencias y contratos, que no fueron valuados a tiempo de disponer su venta a privados y, en muchos casos, han dado lugar a grandes fortunas.

Otro punto que invita al análisis es la posición que toma el documento en cuanto al costo y al retorno de la inversión del Estado en las empresas; a la vuelta también resulta muy importante traer al análisis del costo de las privatizaciones llevadas adelante al final del siglo XX, donde se entregaron unidades productivas en marcha como simples activos, con precios muy por debajo de su verdadero valor, lo que privó de ingresos al gobierno y tuvo una dura consecuencia en la ciudadanía de a pie.

Si bien el aporte de la publicación y el esfuerzo editorial de esta fundación son importantes para el debate público, también resulta interesante concluir que la alternativa practicada con anterioridad por los gobiernos de la última parte del siglo XX, en ningún caso representaron soluciones satisfactorias que hayan producido un beneficio a nuestro país.

Rafael Villarroel es economista.