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Agosto: Madre Tierra

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Eliana Quiroz

Todas las actividades que ejecutamos cuando nos conectamos a internet incrementan nuestra huella de carbono. Es decir que con cada clic y servicio digital que usamos contribuimos a los efectos nocivos del cambio climático. ¿Cómo sucede esto? Hay al menos cuatro formas:

1) Internet también es una red de computadoras y otros dispositivos que se conectan entre sí para intercambiar datos, para esas actividades se requiere utilizar electricidad. La producción de electricidad implica gases de efecto invernadero.

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2) Los datos que se intercambian entre dispositivos se almacenan en centros de datos cuya constante actividad lleva al calentamiento de los equipos, que usan agua para enfriarlos. Algunos optan por utilizar aire acondicionado en vez de agua, esto no es más amigable con el calentamiento global ya que aumenta el uso de electricidad.

3) La extracción de minerales como litio, cobalto y tierras raras para componentes tecnológicos de los dispositivos requiere mucha energía que incrementan la emisión de gases de efecto invernadero.

4) Desechos electrónicos que afectan a la tierra. Celulares y otros dispositivos están formados por químicos dañinos y materiales de difícil absorción. Cuando los botamos a la basura, van a los vertederos afectando seriamente la calidad de la tierra.

El artículo The Internet’s Invisible Carbon Footprint de Xavier Harding menciona algunos datos de emisión de gases de efecto invernadero que ayudan a entender la gravedad de este tema.

Escribir y enviar un correo electrónico puede emitir 17 gramos de dióxido de carbono a la atmósfera.

Una llamada de Zoom de una hora produce entre 150 y 1.000 gramos en dióxido de carbono y también requiere de entre 2 y 12 litros de agua. Es lo que emite un auto al quemar medio litro de gasolina. Pero el crecimiento de Zoom ha sido elevado, de 2019 a 2020 pasó de 10 millones de participantes diarios a 300 millones. Hoy, en 2023, la cifra es más del doble.

Netflix puede producir alrededor de 1,1 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año, el equivalente a 240.000 automóviles de pasajeros.

Finalmente, no vamos a entrar al efecto que tienen las muy de moda Inteligencias Artificiales, solo mencionar que el GPT-3 de ChatGPT liberó la espeluznante cantidad de carbono de 500 toneladas métricas a la atmósfera.

He querido mostrar en este mes de la tierra que nuestras acciones virtuales tienen efectos negativos contra ella. Hay algunas acciones que se sugieren para reducir este impacto, pero eso será parte de una segunda columna dentro de 15 días porque el espacio quedó pequeño. Mientras tanto, les dejo con la idea que así como afectamos a la Madre Tierra en internet, también hay formas de cuidarla.