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Monday 27 Nov 2023 | Actualizado a 09:08 AM

La guerra de EEUU que aún no termina

Bajo la bandera de antiterrorismo, EEUU ha propagado sus invasiones en las dos últimas décadas

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 22 de septiembre de 2023 / 09:41

Después de más de dos décadas del 11 de septiembre, cuando se suscitaron los atentados que lograron derrumbar las dos torres gemelas, además de la destrucción del complejo del World Trade Center en Nueva York, así como los daños en el Pentágono y una zona rural de Pensilvania, donde se recuerda la masacre que dejó la pérdida de más de 3.500 vidas, la guerra contra el terrorismo sigue viva, y continúa acechando.

No cabe duda que a pesar de estar fuera de Irak y Afganistán, EEUU ha normalizado un enfoque militarizado de la seguridad en todo el mundo, pues muchas de las tensiones y el malestar político actuales pueden atribuirse directamente a las fuerzas puestas en movimiento durante la guerra global liderada por la OTAN, una política exterior y de seguridad unilateral en la diplomacia estadounidense de la no necesidad de pedir autorización del Consejo de Seguridad para las operaciones militares en terceros países.

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Bajo la bandera de antiterrorismo, EEUU ha propagado sus invasiones en las dos últimas décadas, en 2001 invadió Afganistán; en 2003, Irak; Libia en 2011; Pakistán, Somalia, Yemen, en 2015, Siria, dejando más de 4,6 millones de muertos, cifras que todavía continúan creciendo por los conflictos que aún persisten; por ejemplo la guerra entre Ucrania y Rusia no es una cuestión bilateral, ya que EEUU patrocina, promueve y apoya a que este conflicto no se solucione, con el envío de armamento sofisticado y equipos a Kiev, así como los $us 1.000 millones que enviará, los que podrían solucionar la  pobreza, la miseria y la hambruna de los países más pobres del mundo.

Asimismo, EEUU lidera el ranking de «iniciar guerras» y no piensa parar, conclusión a la que ha llegado el reciente informe titulado Desastres humanitarios severos causados por guerras agresivas de Estados Unidos contra países extranjeros, de la Sociedad China de Estudios de Derechos Humanos (CSHRS), donde se señala que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha promovido conflictos armados y bombardeado países más que ninguna otra nación, siendo el único país que ha lanzado bombas atómicas en una guerra como la del 6 de agosto de 1945, cuando Washington lanzó la primera sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, matando a más de 70.000 personas al instante, y una segunda bomba siguió tres días después sobre Nagasaki quitando la vida a 40.000 personas.

El egoísmo y la hipocresía de Estados Unidos también han sido completamente expuestos a través de sus intervenciones por los recursos naturales de otros países, y esa ambición continúa, ya que actualmente Estados Unidos roba el 80% de la producción petrolera de Siria, país que enfrenta una difícil situación humanitaria ocasionada por la guerra, el bloqueo en medio de una escasez de derivados de petróleo debido a la ocupación por parte de EEUU en zonas que contienen más del 90% de los yacimientos de hidrocarburos, sumado a ello los constantes bombardeos que recibe del régimen israelí.

Su política intervencionista lo lleva a usar todo tipo de justificaciones: la Doctrina Monroe, la guerra fría, la guerra contra las drogas y desde el 11-S estadounidense, la guerra contra el terror; pero la violación del derecho a la autodeterminación y soberanía de otros países por Washington ha sido esencialmente porque de alguna manera se atrevieron a ofrecer un ejemplo progresista no aprobado por ellos, ejemplo vivo de ello el golpe al presidente Salvador Allende en Chile, del que recientemente se cumplieron 50 años, desde aquel 11 de septiembre de 1973, cuando el gobierno de EEUU, por conducto del entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, ayudó a derrocar al mandatario socialista por considerar que el pueblo que lo eligió democráticamente fue irresponsable, golpe que fue liderado por el general Augusto Pinochet, que dio inicio a una  dictadura de 17 años que dejó más de 40.000 víctimas, entre ellos más de 3.200 ejecutados.

Esa es sin lugar a dudas la política exterior de la Casa Blanca durante décadas y en todas partes del mundo; en Vietnam, Cuba, Guatemala, Grecia, Nicaragua (N. Chomsky), que bajo sus principios de lucha contra el terrorismo y seguridad, hoy tiene desplegadas más de 800 bases militares, las cuales están listas para aplastar a cualquier Estado que desoiga e incumpla sus políticas nacionales de seguridad.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es periodista, profesora e Investigadora

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‘Limpieza étnica’ en Gaza

El ejército israelí comete genocidio y crímenes contra la humanidad en Gaza, al apuntar sistemáticamente contra los civiles

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 17 de noviembre de 2023 / 08:59

Ya son más de 40 días desde que Israel lleva adelante un genocidio perpetrado hacia la Franja de Gaza, bajo las narices de la comunidad internacional, pues la tensión es mucho más grave que nunca desde la Segunda Guerra Mundial, porque las potencias occidentales han optado por sacrificar a la población de Gaza, dejándola a su suerte, ya que lo que hoy está en juego ya no es la cuestión palestina, sino la supremacía de Occidente.

No obstante, de existir pausas humanitarias presentadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Francia y Reino Unido vetaron varias veces la propuesta de alto el fuego humanitario de la misma institución, la que fracasó en sus supuestos intentos de frenar el exterminio de la población que hoy se lleva adelante en la Franja de Gaza.

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Y esto ya lo adelantó Eli Cohen, ministro de Relaciones Exteriores de Israel: “Hamás no solo ya no estará en Gaza, sino que el territorio de Gaza también disminuirá”, de ahí que esta ejecución continúa, con el desplazamiento forzado de la población gazatí y con el asesinato, mientras se escriben estas líneas, de 12.000 palestinos, entre ellos más de 5.000 niños y 4.145 mujeres, además de más de 40.000 heridos.

Al mismo tiempo, este exterminio de Gaza se comprueba con el ataque directo contra los hospitales, ya se había conocido el 12 de noviembre que todos los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Al-Shifa, el mayor de Gaza, habían muerto por falta de electricidad y oxígeno, y el 15 de noviembre, el ejército sionista ha irrumpido y atacado nuevamente este hospital, que alberga cientos de pacientes, heridos y desplazados, después de días de mantener el complejo bajo bombardeos y asedio, incursión que ha dejado decenas de muertos y cientos de heridos.

El ejército israelí comete genocidio y crímenes contra la humanidad en Gaza, al apuntar sistemáticamente contra los civiles, más aún, viola la Convención de Ginebra, la que establece la protección a la que tienen derecho los hospitales civiles: “no cesará a menos que se utilicen para cometer, fuera de sus funciones humanitarias, actos perjudiciales para el enemigo”.

Las potencias occidentales han abandonado a los civiles palestinos a su suerte, sin agua, sin luz, sin comida, sin ayuda humanitaria, porque hasta ahora no dejan ingresar parte de la ayuda que se mandó de países como Venezuela, Bolivia, Cuba, Colombia, Rusia, Irán, entre muchos otros, ya que Israel señaló que no permitirá entrada de ayuda humanitaria a Gaza hasta que Hamás libere a rehenes.

El doble rasero de Occidente. Mientras los pueblos gritan en las calles de todo el mundo exigiendo un alto el fuego, la Unión Europea, la OTAN , la ONU, la comunidad internacional y la  Casa Blanca, entre otros, continúan guardando silencio apoyando la impunidad de Israel, pues esta es la política de “limpieza” étnica de Netanyahu y el Likud que está inscrita en el acta de nacimiento del Estado de Israel, como lo señala Noam Chomsky, la doctrina militar de atacar civiles indefensos figura en una frase del Diario de la Guerra de Independencia de David Ben Gurión (fundador del Estado israelí), del 1 de enero de 1948: “No hay duda de si una reacción es necesaria o no. La cuestión es solo el momento y el lugar. Volar una casa no es suficiente. Lo que se necesita son reacciones crueles y enérgicas. Necesitamos precisión en tiempo, lugar y víctimas. Si conocemos a la familia (debemos) golpear sin piedad, mujeres y niños incluidos. De lo contrario, la reacción es ineficaz. En el lugar de la acción no es necesario distinguir entre culpables e inocentes”.

En ese sentido, no se debe normalizar el genocidio, ya son dos países que rompieron lazos con el ente ocupacionista, Bolivia y Belice, mientras Colombia y Honduras llamaron a consultas a su embajador en territorios palestinos ocupados. Asimismo, el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) retiró a su embajador de territorio israelí, al tiempo que condenó el genocidio contra el pueblo palestino. Hoy, más que nunca se hace necesario no solo manifestar la condena por la limpieza étnica que se lleva adelante en Palestina, sino que de una vez por todas cese la impunidad contra Israel.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es periodista, docente universitaria e investigadora

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El Che vive en la resistencia palestina

A 56 años de su partida física, su imagen continúa siendo un paradigma de lucha inmortal

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 25 de octubre de 2023 / 09:33

El 9 de octubre de 1967, un día después de su captura, se consumó el asesinato por órdenes de la CIA, en una modesta escuela del pueblo de La Higuera en Bolivia, del símbolo universal de la resistencia contra toda forma de injusticia, tiranía y opresión, Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che, el médico, el escritor, el diplomático, el guerrillero, ícono revolucionario, la cara más visible de la lucha antiimperialista.

Hoy, a 56 años de su partida física, su imagen continúa siendo un paradigma de lucha inmortal, cuya influencia traspasó América Latina, llegando a África, Palestina, Asia, y en Irán y los países del Eje de la Resistencia —Siria, Irak, Yemen, Líbano, Afganistán— es un símbolo de rebelión contra el colonialismo, el capitalismo, el apartheid, la resistencia de los pueblos frente a las injerencias del imperialismo, el sionismo y sus huestes.

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Un punto de inflexión, cuya ascendencia ha sido reflejada por grandes líderes intelectuales de quienes sus aportes fueron elementos importantes en la lucha y el triunfo de la Revolución Islámica de Irán, por ejemplo, entre ellos el sociólogo Ali Shariati, quien tradujo al persa obras de Jean Paul Sartre y de Frantz Fanon; igual el libro La Guerra de Guerrillas de Ernesto Guevara; también esta influencia la vemos cuando el ayatola Mahmud Taleghani dijo que donde quiera que exista una lucha contra el colonialismo y la explotación, allí también estamos, y Fidel Castro señaló que si es esto islam, entonces todos somos musulmanes.

Sin lugar a dudas que las cordiales relaciones entre la Revolución Islámica —la que derrotó a la monarquía de los Pahlavi, gendarmes de EEUU, Inglaterra y Francia— y la Revolución Cubana —que derribó al régimen de Fulgencio Batista, servil a EEUU— hicieron del Che un modelo revolucionario, cuyo legado vive en todas las luchas de resistencia; desde Argelia, el Congo, Níger, hasta la República Árabe Saharaui, y todo tipo de injerencia de la “bestialidad del imperialismo” en América Latina y el Caribe.

Su rostro pintado nos mira fijamente desde el Muro de la Vergüenza, el que comenzó a construirse en 2002, en Cisjordania-Palestina, por el régimen sionista israelí, el que segrega, divide y separa a los campesinos de sus tierras y sus lugares de trabajo, separando a más familias, quienes arriesgan sus vidas para acceder a derechos básicos como centros de salud y educativos.

Su imagen nos sonríe estampada en la polera del niño, del joven palestino que hoy sigue arrojando piedras, o del menor que está siendo detenido por los soldados israelíes, o que perdió la vida en estos momentos cuando se lleva adelante el genocidio hacia la Franja de Gaza por parte de Israel, el decimoctavo ejército más poderoso del mundo, y todo el respaldo de EEUU, las naciones europeas y sus lacayos; pues Netanyahu promete convertir Gaza en una ciudad «en ruinas», siendo ya la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, que desde 2007 sigue bloqueada por todos lados, donde ya fueron asesinados centenares de palestinos, incluidos niños y recién nacidos, al momento de escribir estas líneas.

El Che está en todas partes, en la resistencia palestina, aquella que sigue de pie por más de 75 años resistiendo el colonialismo, el apartheid, la limpieza étnica, la expansión de asentamientos ilegales, el robo de tierras que Israel continúa llevando a cabo desde 1948, los crímenes de guerra y todo vejamen que comete a la luz de la comunidad internacional desoyendo toda ley y convención, ya que goza de una eterna impunidad avalada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y toda entidad servil a la hipocresía del gobierno de Estados Unidos, que hasta ahora no ha cortado el suministro de armas, y no ha congelado los miles de millones de dólares que se le entrega como “asistencia militar” al régimen sionista.

El Che se encuentra en cada uno de los combatientes palestinos del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), las Brigadas Al-Qassam y la Yihad Islámica Palestina, que con su movimiento histórico y de sorpresa lanzado desde el 7 de octubre de 2023 pusieron de relieve el inminente colapso de Israel y destruyeron el mito de invencibilidad del régimen.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es periodista, docente universitaria, e investigadora

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Movimientos sociales y la avanzada de la derecha

Si bien dentro el Movimiento Al Socialismo (MAS) existe una crisis interna, no se la puede calificar de ‘guerra’

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 4 de septiembre de 2023 / 08:04

Sin lugar a dudas aquel perogrullo de “divide y vencerás”, el axioma favorito para conquistar por la fuerza los recursos, que después de la Segunda Guerra Mundial EEUU influía en los países europeos para invadir naciones, hoy está más vigente que nunca, y no es tomado muy en serio  por los líderes latinoamericanos, con excepción de Cuba, Venezuela o Nicaragua, ya que lo que está atravesando Bolivia es una muestra contundente de los verdaderos planes del imperio y sus huestes, de ver fragmentada la gran revolución democrática y cultural que surgió del pueblo, aquella que nace de las organizaciones y movimientos sociales, indígenas y campesinos.

Una vez más el imperio contraataca con la ayuda de la guerra mediática, tras los titulares de los medios hegemónicos de ultraderecha neoliberales como el del periódico El País, The New York Times, u otros medios o redes sociales, al calificar de una “guerra abierta” entre el expresidente Evo Morales y el mandatario en ejercicio Luis Arce Catacora, o de señalar que “continúa sin tregua la guerra”, después de lo acontecido en el congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), el 20 de agosto, tras la división de esta organización con dos alas y dos dirigencias, y los siguientes hechos que se están suscitando mientras se escriben estas líneas.

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Muchos autores, entre ellos Herbert Schiller, señalan que los mass media son instrumentos de la expansión imperialista, ya que están al servicio de los gobernantes, el poder político y el económico, pues las redes de intereses económicos determinan el funcionamiento de estos.

Y al mismo tiempo Noam Chomsky también nos habla del control de los medios de comunicación por los líderes, señalando que la manipulación mediática surge del interés de los grupos dominantes por conformar una conciencia colectiva, pues todo ello se ve reflejado en el control ejercido por las macroempresas de comunicación, que procuran mayor poderío sobre las masas, que necesitan ser cegadas y distraídas de la realidad.

Y al parecer no se equivocan, ya que si bien dentro el Movimiento Al Socialismo (MAS) existe una crisis interna, no se la puede calificar de “guerra”, utilizando para ello adjetivos calificativos que mellan la integridad de la hegemonía de los pueblos indígena originario campesinos, pues no se debe olvidar que el Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) emergió de la lucha, la resistencia y la consigna del pueblo, a través de la “revolución democrática cultural”, el “proceso de cambio”, que llevó a la creación y la refundación del país con la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. 

Y precisamente es esta lucha y construcción de nuevos paradigmas que en más de 17 años se han logrado y construido, al plantear la plurinacionalidad como instrumento revolucionario de transformación, al convertirse Bolivia no solo en un ejemplo, sino un referente para la conformación de una América Latina Plurinacional, y para todo país que lucha contra todo tipo de injerencias; es lo que debe primar y dejar de seguir el guión imperialista que sigue la derecha fascista para “balcanizar” Bolivia, ya que ese es su gran objetivo, y al parecer lo está consiguiendo con estas fricciones y luchas de poder entre las ya tildadas fracciones de “arcistas”, “evistas”.

Fomentar divisiones en Latinoamérica solo favorece a Estados Unidos, y de cara a las elecciones de 2025 no se puede estar cegado en estos momentos, pues se debe aprender de las experiencias pasadas, no solo de Bolivia, sino del resto del mundo cuando “balcanizaron” varios países, administrándolos directamente o bajo el celofán de una administración fiduciaria en favor del nuevo orden mundial, ya que no debemos olvidar que el plan más continuo de la América anglosajona es el de dividirnos como fragmentos económicos, sociales, políticos, estratégicos y culturales reservados para su dominación. Para ejercer a plenitud su hegemonía sobre el mundo, Estados Unidos necesita adueñarse casi en exclusiva de nuestros recursos naturales, nuestra fuerza laboral, nuestros Estados, ejércitos y creación cultural, en ese sentido el gobierno de los movimientos sociales no debe dejar bajo la sombra de la Doctrina Monroe su destino manifiesto.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es periodista e investigadora

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¿BRICS, nuevo estabilizador económico del mundo?

El deseo de Bolivia de adherirse a los BRICS es una estrategia importante

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 17 de agosto de 2023 / 08:38

Sin lugar a dudas que el tránsito hacia un mundo multipolar en el que cobraron protagonismo las antes llamadas potencias emergentes del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), hoy cobra mayor relevancia en miras de articular y construir una nueva fuerza de poder político y económico con el objetivo de brindar atención a las necesidades de los pueblos con una visión de equidad, de equilibrio y sin el sometimiento de la hegemonía mundial.

En esa línea, la XV cumbre que tendrá lugar del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo,  —ciudad que alberga la casa del gran luchador contra el apartheid Nelson Mandela—, cuyo tema central será la “asociación para un crecimiento mutuo acelerado sostenible y multilateralismo inclusivo”, donde se debatirá la expansión del bloque de la región, recobra importancia en la fortaleza intrínseca de los BRICS como nuevo actor de trascendencia en la política mundial de las últimas décadas; pues cada vez más países están mostrando interés en unirse al grupo, dejando atrás al injerencista, belicoso y desprestigiado G7. 

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Bolivia es uno de los 25 países que ha solicitado unirse a los BRICS, confirmándolo el 12 de junio; así como también la participación del presidente Luis Arce Catacora en la cumbre, con una visión de socialización de las experiencias y logros del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo, el que está presente desde la administración del expresidente Evo Morales (2006-2019), además de poder abrir campos a nuevos capitales e inversiones desde una perspectiva del multipolarismo económico y financiero que se está gestando.

El deseo de Bolivia de adherirse a los BRICS es una estrategia importante, ya que lo que propone el bloque es una nueva forma de relacionamiento desde un enfoque multipolar, apartándose de toda línea injerencista, aquella que cultiva el capitalismo, que solo trae hambre, destrucción y muerte a su paso tras sus intervenciones y golpes de Estado.

En ese sentido, Bolivia, que ha construido nuevos paradigmas geopolíticos abriéndose a nuevos socios mundiales partiendo del principio básico de la no intervención, continúa siendo un referente para todo país que lucha contra el sometimiento del yugo extranjero; por ende, su adhesión al grupo blindará a este país en defensa de sus recursos naturales, rechazando todas las acciones del imperialismo que imponen sanciones económicas a los países que no se someten a sus ideologías.

Tal es el caso de Venezuela, que resiste el bloqueo impuesto por EEUU y sus socios europeos, país que también pidió formalmente adherirse al bloque, al igual que lo hizo Argentina, junto con Irán, Indonesia, Turquía, Egipto, Argelia, Baréin, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, y otros, los cuales ya no quieren depender del dólar y del comercio controlado por EEUU, y por ello comenzaron a realizar sus transacciones en otras monedas, a la par del respaldo a la creación de una moneda en común en el grupo, siendo la punta de lanza para protegerse del orden internacional dominante ejercido por décadas a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o la multinacional de guerra: la OTAN.

Al mismo tiempo crece la necesidad de unirse al Nuevo Banco de Desarrollo BRICS (NBD), que ya en julio de 2015 en Moscú, en la Asamblea inaugural, dio comienzo al trabajo real sobre financiación de proyectos de infraestructura y de desarrollo sostenible, ya que financiará y ayudará a salvar países en vías de desarrollo, “y no para ayudar a hundir países, que es lo que hace muchas veces el FMI”, como lo señala Lula da Silva, porque «la prosperidad común de los pueblos del mundo requiere el desarrollo común de todos los países».

Ante la crecida de ayuda armamentística y apoyo financiero a Ucrania, de EEUU y países de Europa, que ya ha superado los más de $us 113.000 millones a Kiev desde el inicio de la operación especial rusa, de acuerdo con expertos, dejando que la inflación crezca en el país del sueño americano y en Occidente, sin prestar atención a las demandas de los pueblos, los BRICS se posicionan como el grupo estabilizador del mundo.

En ese contexto, la cumbre de los BRICS y su consolidación supondrá  “un cambio tectónico” en el orden mundial para que se pueda resarcir —al menos en una ínfima parte— todos los golpes, sanciones, bloqueos, violaciones económicas y financieras de las “potencias” (G7), que disponiendo de su brazo de hierro en la OTAN y el Consejo de Seguridad, sumados a sus billones de dólares y euros, hoy están en declive frente a un nuevo orden mundial; pero no el de ellos, sino el de los pueblos libres del mundo.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro  es periodista e investigadora

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Bolivia, ¿parte del ‘Eje del Mal’?

Mientras exista conciencia de la barbaridad criminal de los enemigos de los pueblos libres del mundo, la resistencia de las naciones seguirá incólume

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 1 de agosto de 2023 / 07:35

En una visión multilateralista enmarcada al progreso y la independencia de los pueblos de la Patria Grande, hacia la lucha por un frente común, el que deplora toda injerencia de la hegemonía estadounidense europea, que solo piensa en la explotación de los recursos naturales a costa de la muerte, el dolor y la miseria, es que hoy recobra vigor la lucha de los pueblos con una visión antiimperialista que vela por el derecho de todos los actores internacionales.

En esa línea, recientemente el 20 de julio de 2023, el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Islámica de Irán firmaron un pacto en materia de defensa y seguridad —que podría ser un modelo a seguir para Latinoamérica—, rubricado por el ministro de defensa de Bolivia, Edmundo Novillo y su homólogo, Mohamad Reza Qarai, durante su encuentro en Teherán.

Acuerdo que ha levantado críticas de la oposición boliviana, y también de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), entidad que vincula a Irán con la agrupación Hezbollah con los hechos a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), perpetrados el 18 de julio de 1994, acusaciones que hasta el día de hoy no fueron probadas; nuevamente nos encontramos con una campaña mediática de Iranofobia, la obsesión por culpar al país de los Ayatolas, como lo han testificado los cables emitidos por la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y  los que fueron filtrados por WikiLeaks.

Las artimañas del lobby sionista e imperialista, en su complot a la República que lleva 45 años de resistencia a las sanciones y bloqueos que Washington le impone, quieren posicionar a Bolivia en la lista negra de naciones vinculadas al crimen internacional tras el acuerdo firmado, cuando en los hechos el país persa colabora y alivia las sanciones y los golpes híbridos que EEUU y Europa propinan contra Venezuela, Cuba o Nicaragua, enviando ayuda como la llegada de tanqueros de gasolina a la Venezuela bloqueada, la instauración de hospitales en Bolivia, la asistencia en materia petrolera, energética, agraria y ganadera a Nicaragua, o a Cuba en materia pesquera, biotecnológica y de recursos hídricos; países a los que denominan el “Eje del Mal”, dictaduras o terroristas, justamente por no someterse a sus posturas totalitarias y belicistas.

La consolidación de los lazos bilaterales entre Bolivia e Irán viene desde hace más de 16 años, y por tal motivo la ultraderecha junto con el lobby sionista, la Casa Blanca y sus socios nuevamente contraatacan, pues saben que el país persa es una potencia regional en la lucha contra el terrorismo en Asia Occidental, siendo un pilar fundamental en todo el “Eje de la Resistencia”, que no da golpes de Estado, que no interviene, sino apoya a los países que son sancionados y bloqueados.

Todo lo contrario al prontuario histórico que nos muestra la prevalencia de los intereses imperiales de EEUU en Latinoamérica y el mundo, pues son los episodios más siniestros y vergonzosos en la historia de una nación que solo deja caos por su paso; así, por ejemplo, su ayuda golpista en Panamá en 1989; Afganistán, en 2001; su invasión a Irak en 2005; el derrocamiento en Haití en 2004; el golpe fallido contra Venezuela; el apoyo al golpe de Estado en Bolivia, y el más actual en Perú.

El régimen israelí bajo la capa de EEUU, desde hace más de una década viene asesinando a científicos iraníes; los agentes de la Mossad fueron los ejecutores de varios asesinatos, entre ellos Mohsen Fajrzade, uno de los científicos nucleares más importantes que tenía Irán, siendo jefe de la Organización de Investigación e innovación del Ministerio de Defensa, al igual que viene matando a los miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, como al general Qasem Soleimani; además de ello ha llevado a cabo diferentes sabotajes, complots, ataques al Centro de Investigación Espacial de Irán y otras instalaciones nucleares, los cuales fueron frustrados.

Mientras exista conciencia de la barbaridad criminal de los enemigos de los pueblos libres del mundo, la resistencia de las naciones seguirá incólume; así como Bolivia lo hace al ejercer su soberanía cristalizando pactos y alianzas con cualquier sujeto internacional y que por este hecho quizás sea catalogada como un “país miembro del Eje del Mal”: ¿Será justo hacerlo en aras del Derecho Internacional y los principios de la Carta de Naciones Unidas?

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es periodista e investigadora

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