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Sequía: busquemos soluciones conjuntas

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Rolando Kempff Bacigalupo

Temperaturas que batieron muchos récords, sequías que afectan a miles de personas y preocupan a los gobiernos de varios países por los riesgos de una baja producción de alimentos y la falta de agua para el consumo, son solo algunos de los problemas provocados por el cambio climático.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) está encaminando acciones conjuntamente con los gobiernos y organismos internacionales para crear consciencia de la importancia de este recurso valioso y finito.

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Hace algunas semanas, se realizó el Diálogo de Roma sobre el Agua de 2023, en el cual la FAO se comprometió a realizar tareas aplicando la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ofreciendo la plataforma necesaria para mantener debates intersectoriales.

El lunes 16, se celebró la Ceremonia Mundial Conmemorativa del Día de la Alimentación 2023, evento en el cual las autoridades asistentes de todo el mundo afirmaron que el nexo entre el agua, los alimentos, la energía y el cambio climático es fundamental para mejorar la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios. El agua es fundamental para la agricultura, que consume el 72 % de las extracciones mundiales de agua dulce. El agua no solo es crucial para la producción de alimentos, sino que también es esencial para su elaboración, preparación y transporte.

El rápido crecimiento demográfico, la industrialización, la urbanización, el desarrollo económico y la crisis climática han disminuido los recursos hídricos de todo el mundo. Sin embargo, actualmente las inundaciones y sequías aumentaron, afectan[1]do aún más los sistemas agroalimentarios.

Desde hace algunos meses, producto[1]res agropecuarios de varias regiones del país solicitan la intervención de sus autoridades para encarar los problemas de la sequía.

Anteriormente, José Luis Farah, presidente de la Confederación Nacional de Agricultura de Bolivia (Confeagro), fue claro al remarcar que la situación actual de sequía, que afecta a todo el territorio nacional, amenaza con tener efectos negativos en la campaña de verano 2023/2024, donde se cultivan más de tres millones de hectáreas en el país.

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología recientemente informó sobre el calor extremo que varias regiones en el país atraviesan, cuando se batieron récords de altas temperaturas. La Paz bordeó los 30 grados, y en el oriente y el sur del país se han pasado los 40 ºC.

La sequía que afecta al mundo entero también llegó a preocupar en forma conjunta a los gobiernos de Bolivia y Perú, por el descenso de las aguas del lago Titicaca.

La falta de lluvia y las altas temperaturas que se registran provocaron la reducción del nivel del lago Titicaca por debajo de su mínimo histórico, que desde abril ha descendido más de medio metro.

En este escenario preocupante, el presidente Luis Arce expresó que “en la próxima reunión del Consejo de Autonomías, donde asisten gobernadores, alcaldes, el tema central va a ser agua en Bolivia; es la preocupación que tenemos y vamos a tomar una política de Estado para resolver y enfrentar esta crisis climática que está azotando a todo el mundo y a Bolivia en el tema del agua; ahí avanzamos, esa es la visión del Gobierno nacional”.

El Gobierno, los empresarios y la sociedad debemos coordinar soluciones ante la crisis climática que representa uno de los desafíos que enfrenta la población mundial. La transformación en estilos de vida, evolución en sistemas económicos y la cooperación global son necesarios para proteger nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras

(*) Rolando Kempff Bacigalupo es licenciado en economía de la UMSA, académico de Número de la ABCE y presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP)