Quiero compartir mi visión sobre el futuro de las empresas públicas, un tema de gran relevancia para el crecimiento y el desarrollo de nuestro país. Nuestras empresas han jugado un papel fundamental en la economía y en la vida de los bolivianos. La nacionalización de las empresas en sectores estratégicos ha sido clave para gestionar nuestros recursos naturales, brindar servicios esenciales, generación de empleos, fortalecer la matriz productiva, estabilización de precios y generación de ingresos.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo vigente se basa en redistribuir y utilizar los excedentes generados para ampliar la base productiva, donde el Estado juega un rol fundamental para corregir las fallas del mercado, y aquí juegan un papel importante pero silencioso nuestras empresas públicas.

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Su propósito es romper la histórica dependencia de la exportación de materias primas y fomentar la diversificación de la economía, la industrialización y la generación de empleo. Además de promover la redistribución de la riqueza en la sociedad.

Sin embargo, estos objetivos no están exentos de desafíos. La diversificación y la modernización son claves para el futuro de las empresas públicas, para no depender de un solo sector, como ocurrió en el pasado con el gas y el petróleo. Aquí, cabe destacar los esfuerzos en la creación de la Industria Boliviana Química (IBQ) dedicada a la producción y la comercialización de productos que además servirán de insumo en el proceso productivo de otras industrias, como ser farmacéutica, petrolera, minera, de limpieza, litio, plásticos, entre otros, generando importantes sinergias tanto en las compañías públicas como privadas, pero además se traza el objetivo de realizar investigación y desarrollo tecnológico.

La agricultura es otro pilar importante en el desarrollo económico de Bolivia. La industrialización de recursos naturales y la implementación de tecnologías avanzadas son cruciales para aumentar la producción agrícola, tanto para el mercado interno como para la exportación. La creación de la Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria B-AGRO tiene como objetivo fortalecer la soberanía alimentaria y dinamizar el mercado, asegurando el abastecimiento de ganado para su trasformación y otros productos con valor agregado para su comercialización, esfuerzo dirigido a corregir distracciones maliciosas del mercado cárnico y garantizar la seguridad en la provisión de alimentos hacia el norte, sur, oriente y occidente, evitando de esta manera la dependencia de los mercados internos.

Un tercer aspecto es la generación de energía limpia y renovable. En los últimos años, las empresas públicas del sector eléctrico a la cabeza de ENDE han invertido en la producción de más de 100 megavatios de energía alternativa y limpia, incluyendo parques eólicos, fotovoltaicos y una planta geotérmica. Este esfuerzo es esencial para un desarrollo sostenible y garantizar un suministro de energía estable en el país.

A pesar de estos logros, el futuro de las empresas públicas enfrenta desafíos significativos. La eficiencia en la gestión empresarial, la reducción de la burocracia y la lucha contra la corrupción son tareas ineludibles para garantizar la sostenibilidad financiera y ambiental. Además, estas compañías deben adaptarse a un mercado global cada vez más competitivo y a un contexto político en constante evolución. La colaboración entre diferentes niveles de gobierno y actores de la sociedad civil es esencial para el éxito de las políticas públicas y el logro de una Bolivia más productiva.

(*) Álvaro G. Gutiérrez es administrador de empresas con maestría en gestión y políticas públicas