Voces

Thursday 5 Dec 2024 | Actualizado a 13:23 PM

Netanyahu, el enemigo de la paz

El silencio internacional no puede continuar con el suministro de múltiples y diversos tipos de armas al Estado de Israel

Mahmoud Elalwani

/ 14 de diciembre de 2023 / 09:24

La radio israelí reveló que, tras discusiones cerradas, Netanyahu informó al Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad del Parlamento que el ejército israelí se está preparando para la posibilidad de luchar contra el personal de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania.

Netanyahu, desde que asumió las riendas del Estado ocupante en 2009 hasta ahora, no desperdicia ninguna oportunidad para subrayar su hostilidad a la paz y conspirar contra el socio de paz palestino, en una clara extensión de su política basada en frustrar todas las formas de negociación, socavar cualquier oportunidad para anular los acuerdos firmados y sabotear cualquier esfuerzo regional e internacional destinado a reactivar el proceso de paz.

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Las declaraciones de Netanyahu y su equipo, hostiles al pueblo palestino y a sus justos y legítimos derechos nacionales, su continuo ataque a la Autoridad Nacional Palestina y la piratería a los fondos del pueblo palestino, son considerados una extensión de sus campañas engañosas; sus continuas calumnias están destinadas a prolongar su permanencia en el poder prolongando la guerra contra Gaza y tratando de vender, con falsas justificaciones, la sangrienta escalada que tiene lugar en la Palestina ocupada, tratando de ganar tiempo para implementar proyectos y planes coloniales más expansionistas en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, en el camino hacia su anexión total. El programa de su gobierno se basa en perpetuar la ocupación y el sistema de apartheid, profundizar los asentamientos y destruir cualquier oportunidad de encarnar el Estado palestino de acuerdo con el principio de la solución de dos Estados. Netanyahu insiste en secuestrar a los pueblos palestino e israelí y jugar con su futuro para servir a sus propósitos políticos, reuniendo la coalición más amplia de colonos y extremistas y ampliando su base electoral a expensas de la seguridad y la estabilidad de la región y del mundo.

El gobierno israelí está intensificando deliberadamente su agresión contra el pueblo palestino en la Cisjordania ocupada, a la vez de mantener una guerra genocida contra la Franja de Gaza; está intentado demonizar al pueblo palestino, atacar su causa y sus derechos nacionales justos y legítimos tal y como se establece en las resoluciones internacionales de legitimidad. El gobierno israelí se aprovecha de la doble moral internacional y del fracaso internacional de poner fin a la agresión israelí, así como de la protección que le brindan una serie de países influyentes que le garantizan su impunidad.

La guerra destructiva emprendida por las fuerzas de ocupación contra la Franja de Gaza durante 68 días consecutivos va acompañada de continuas masacres genocidas contra civiles inocentes, incluidos miles de niños y mujeres, el bombardeo de viviendas e instalaciones residenciales en toda la Franja de Gaza, así como del uso de armas prohibidas internacionalmente, incluidas bombas que pesan una tonelada, según los medios de información israelíes.

El uso del veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para impedir que éste emita una resolución de alto el fuego que obligue a Israel a detener su agresión, es una violación flagrante de todos los valores y principios humanitarios, es una vergüenza y supone una nueva licencia para que Israel siga matando, destruyendo y desplazando al pueblo palestino de sus tierras. El uso del veto revela que la preocupación por la vida de los civiles es una hipocresía. Lo ocurrido es un insulto a los pueblos libres del mundo y una violación de los valores del derecho, la justicia, la libertad y los derechos humanos, y un desafió a la comunidad internacional.

No hay duda de que esta política convierte a los socios de Israel en partícipes del crimen de genocidio, limpieza étnica y crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén. Ha quedado en evidencia que esta política se ha convertido en un peligro para el mundo y una amenaza para la paz y la seguridad mundial.

El silencio internacional no puede continuar con el suministro de múltiples y diversos tipos de armas al Estado de Israel para su uso en la agresión contra Gaza. Es necesario continuar los esfuerzos para lograr un alto el fuego inmediato, garantizar la entrega de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y proporcionar protección internacional al pueblo palestino.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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Solidaridad con el Pueblo Palestino

/ 29 de noviembre de 2024 / 06:04

Cada año, desde 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra el 29 de noviembre como el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. ¿Por qué este día del calendario fue elegido por la ONU? Simplemente porque 30 años antes, ese mismo día, las NNUU aprobaron la resolución 181 para dividir el territorio palestino en dos estados: el Estado Palestino y el Estado de Israel. Lamentablemente, las NNUU reconocieron al Estado de Israel en el acto y, hasta el día de hoy, no reconoce al Estado de Palestina como un estado con plenos derechos como cualquier estado del mundo. El pueblo palestino desde entonces sigue sufriendo injusticias y genocidio a manos del ejército israelí y gracias a la protección de los países coloniales que le otorgan todo tipo de armas, financiación y protección legal. 

En caso de que la nacionalidad, o color del pueblo palestino sea algo extraño para algunos, mal que les pese, somos seres humanos y el mundo debe tratarnos como tales ¿Acaso hay normas y leyes internacionales para Israel y otras normas distintas para los palestinos? ¿Acaso Israel tiene la licencia y el derecho a asesinar y los palestinos el único derecho que tienen es a morir? ¿Qué más tiene que hacer Israel para que la Comunidad Internacional actúe y se ponga fin al genocidio contra el pueblo palestino? ¿Qué hace falta hacer para saber quiénes son realmente los que amenazan la paz y la seguridad en el Oriente Medio? Cuando las cosas están muy claras y nadie puede negarlas, cuando todos somos testigos del genocidio y de la destrucción del pueblo palestino, cuando ya no es un secreto sino que ocurre ante los ojos de todo el mundo, cuando se practica este genocidio desde hace más de 14 meses sin que el Consejo de Seguridad de la ONU exija un alto al fuego debido al veto de la primera potencia mundial que alimenta con más de 86 mil toneladas de bombas (ocho veces más que las bombas atómicas lanzadas contra Japón, o cuatro veces más que las bombas lanzadas contra Londres en la segunda guerra mundial) a Israel para asesinar a niños y mujeres palestinas. ¿Acaso las vidas de los palestinos no merecen ser salvadas? ¿Israel tiene la obligación de asesinar a los palestinos?

Si el alto al fuego se hubiera producido hace un año, se habrían salvado muchas vidas de inocentes. El cese del fuego no resuelve todo, pero es el primer paso para buscar una solución a un problema. Más de un año de genocidio y el Consejo de Seguridad sigue discutiendo lo que debe hacer para frenarlo. No existe ninguna justificación para usar el derecho de veto que impide poner fin a estas tragedias.

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En el futuro, algún historiador contará lo que hoy día estamos reclamando a voces con la intención de salvar vidas inocentes de este genocidio; las futuras generaciones juzgarán a los dirigentes de países que participaron en este genocidio directa o indirectamente y a las instituciones internacionales que no han cumplido con su papel para poner fin a las matanzas. Las futuras generaciones preguntarán ¿Cómo un genocidio fue transmitido en directo a través de las pantallas durante más de un año y ante los ojos de todo el mundo incluido presidentes de gobiernos y organizaciones internacionales y no se pudo frenar?

Palestina fue y sigue siendo la verdadera prueba de la eficacia y sostenibilidad del sistema internacional basado en el derecho. Ninguna afirmación, ninguna mentira equiparando a la víctima con el verdugo y a la ocupación con los ocupados puede eludir la realidad. El hecho de no comprometerse o de ignorar el sistema del que nació la cuestión palestina es un fracaso de este sistema y de su continuidad. Los pueblos y las voces libres y solidarias que se alzaron por millones en las capitales del mundo respaldan el derecho palestino y la legendaria firmeza de nuestro pueblo, y respetan los principios del derecho internacional, así como la necesidad de aplicarlos sin dobleces, con objetividad.

El pueblo palestino, junto con todos los países solidarios del mundo, no aceptará la opresión y la injusticia, y no aceptará nada que no sea vivir libre y dignamente en su Estado, con el derecho a defenderse a sí mismo, derecho a su existencia y a sus derechos nacionales. Los pueblos libres del mundo tienen el derecho de ayudarnos a alcanzar nuestra libertad e independencia para a vivir con seguridad, dignidad y paz, como el resto de los pueblos. Ninguna fuerza en la tierra lo impedirá.

Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.

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El odio de Israel hacia NNUU y sus organizaciones

Es hora de que la comunidad internacional actúe seriamente para detener la legislación israelí

Mahmoud Elalwani

/ 10 de noviembre de 2024 / 07:11

En 1947 las NNUU tomó la decisión de dividir el territorio palestino en dos estados: el 56% de la superficie para crear el estado de Israel, un 2% correspondiente a la zona de Jerusalén, bajo el patrocinio de las NNUU, y el 42% restante para el estado de Palestina. Así nació Israel, gracias a las NNUU, la misma Organización que 20 años más tarde, con la resolución 242 del Consejo de Seguridad, le otorgó a Israel el 78% del territorio palestino.

¿Cómo pagó Israel esta deuda a las NNUU? Tras la votación de la propuesta de reconocer un Estado Palestino como miembro pleno de las NNUU del Consejo de Seguridad, el ministro de asuntos exteriores israelí, Yisrael Katz, manifestó durante la sesión que, si el Consejo de Seguridad aprobaba la resolución, entonces sería “el Consejo de Terrorismo y no de Seguridad” y añadió que el secretario general de las NNUU, António Guterres, es antisemita y le declaró persona no grata en Israel, prohibiéndole la entrada al territorio israelí.

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En una medida que refleja una escalada sin precedentes en el contexto del conflicto palestino-israelí. El parlamento israelí, la “Knesset”, aprobó con un amplio apoyo de 92 votos a favor y 10 votos en contra, la decisión de clasificar a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) como organización “terrorista” prohibiendo su actividad dentro de los territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental. Destaca que no es una decisión puramente gubernamental, sino que expresa un amplio consenso dentro de Israel para poner fin a los derechos de los refugiados palestinos y borrar su derecho histórico a regresar a su patria después de la Nakbah.

El primer ministro israelí Netanyahu llamó a la ONU “Casa de Mentiras” y su embajador ante las Naciones Unidas, Danny Danon, que rompió públicamente la carta de las NNUU en el escenario de la Asamblea General de la ONU, acusó a las Naciones Unidas de alentar mentiras y antisemitismo, diciendo que la organización internacional “extiende la alfombra roja a una de las figuras más antisemitas de la historia moderna”, en referencia a la representante especial de los derechos humanos en los territorios palestinos de las Naciones Unidas, Francesca Albanese, tras haber descrito lo que estaba sucediendo en Gaza como “genocidio” y exigir que Israel rinda cuentas y que se le ponga fin para “no escapar del castigo”.

El mundo debe condenar la feroz campaña en curso de incitación contra las Naciones Unidas, sus agencias, funcionarios y empleados, incluida la relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese. El Estado israelí ocupante está violando deliberadamente la Carta de las Naciones Unidas y está actuando así ante la débil respuesta de los estados miembros de la comunidad internacional.

El proyecto de ley sobre misiones extranjeras en Jerusalén que ha aprobado recientemente el parlamento israelí, en primera lectura, es un proyecto de ley que prohíbe la presencia de misiones diplomáticas extranjeras para prestar servicios a ciudadanos palestinos en Jerusalén Oriental. Dicho proyecto de ley se considera parte integrante de la política colonial expansionista de Israel, basada en anexar Jerusalén, judaizarla, imponerle la ley israelí y decidir su futuro unilateralmente y por la fuerza de la ocupación. Esta ley es ilegal por ser una flagrante violación de las resoluciones de legitimidad internacional que estipulan que Jerusalén es parte integral del territorio palestino ocupado desde 1967 y es la capital eterna del Estado de Palestina.

Es hora de que la comunidad internacional actúe seriamente para detener la legislación israelí y las leyes que son hostiles al pueblo palestino y sus derechos porque constituyen una violación flagrante del derecho internacional y de las resoluciones internacionales sobre legitimidad.

(*) Mahmoud Elalwani es es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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El mito del proyecto del ‘Nuevo Medio Oriente’

/ 23 de octubre de 2024 / 06:10

Simón Pérez publicó en 1992, cuando era ministro de Asuntos Exteriores de Israel, un libro titulado “El Nuevo Medio Oriente” en el que hablaba de las negociaciones de paz que comenzaron en Madrid a finales de 1991 y que desembocaron en los Acuerdos de Oslo de 1993. El libro versaba sobre los horizontes que abrigaría el nuevo Oriente Medio y que conducirían hacia la paz en la región, donde Israel sería el motor, guía y líder para garantizar la seguridad, la prosperidad y la estabilidad de la región. Netanyahu publicó más tarde un libro titulado “Un lugar bajo el sol”, en el que enfatizaba en la construcción de relaciones con los países árabes bajo el control de Israel.

A medida que el genocidio en Gaza entra en su segundo año, los objetivos de Israel son más claros y queda en evidencia la mentalidad colonial impulsada por Benjamín Netanyahu, no sólo a través de sus declaraciones incendiarias, sino a través de sus acciones sobre el terreno. Entre esas acciones, destaca la presentada en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde exhibió un nuevo mapa de Oriente Medio que revelaba su intención de remodelar la región en línea con los intereses de Israel y de su plan de expansión, lo que significa crear una entidad en Medio Oriente como alternativa al mundo árabe. A través de esta estrategia, Israel pretende obtener un control total sobre la tierra histórica palestina para lograr lo que se conoce como el proyecto del “Gran Israel”, mediante el cual los territorios palestinos ocupados quedan abandonados o lo suficientemente debilitados como para imponer un control total sobre ellos. Para algunos sionistas fanáticos y extremistas como Smotrich, el ministro de Finanzas y su colega Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, el objetivo de Israel debe ampliarse a tierras más alejadas como son el Líbano, Jordania, parte de Egipto, Siria, Irak y Arabia Saudita, tal y como queda patente en las fronteras dibujadas en el mapa del Gran Israel que está presente en una de sus monedas nacionales conocido como el shekel.

La idea de un nuevo Medio Oriente no es una idea novedosa creada por Netanyahu, ya en febrero de 2004 el presidente Bush presentó el proyecto del Gran Medio Oriente y en la introducción de su iniciativa, Bush advirtió que el Medio Oriente estaba al borde de la explosión debido al deterioro económico y a la tiranía política y resaltó el peligro que esto representaría para Occidente y sus intereses en la región.

Lea también: La ONU y su resolución sobre la ocupación israelí

En junio de 2019, el expresidente Trump presentó en Bahréin un plan titulado “Acuerdo del Siglo y el Gran Oriente Medio”, este plan constaba de tres pilares: la economía, el pueblo y el gobierno y se describe a sí mismo como la apertura de un nuevo capítulo en la historia palestina que no tiene nada que ver con la historia anterior de adversidad y pérdidas. De la lectura del plan se desprende claramente que el objetivo es para perpetuar el statu quo existente, la ocupación. En su campaña electoral Trump dijo que cuando se mira el mapa del Oriente Medio se ve Israel ocupando un territorio muy pequeño y que necesita extenderse.

El apoyo estadounidense a estas políticas se manifiesta en un apoyo absoluto a la financiación militar y cobertura política, lo que da a Israel un gran espacio para moverse sin disuasión internacional.

Hoy en día se está discutiendo el mapa del nuevo Medio Oriente y su reestructuración de una forma que se adapte a la ambición estadounidense, occidental e israelí: propiciar la fragmentación y alimentar el sectarismo y la etnicidad en este vasto espacio árabe para que sea más fácil de controlar. El Nuevo Proyecto de Medio Oriente y el proyecto del Gran Israel son dos caras de la misma moneda y todo indica que la derecha religiosa sionista en Israel actualmente está planeando su control más allá de la Palestina histórica.

Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.

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La ONU y su resolución sobre la ocupación israelí

/ 2 de octubre de 2024 / 00:14

El pasado miércoles 18 de septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó abrumadoramente a favor (con una mayoría de 124 votos favorables, 43 abstenciones y con la oposición de 14 países) de la resolución que exige a Israel, la potencia ocupante, “poner fin a su presencia ilegal en el territorio palestino ocupado en un plazo de 12 meses sin demora”, así como derogar toda legislación racista, basándose en una opinión consultiva sobre los efectos legales de las políticas de Israel y su práctica en Palestina, emitida por la Corte Internacional de Justicia el 19 de julio de 2024.

La resolución es una decisión jurídica y no política que exige a Israel cumplir con todas sus obligaciones conforme al derecho internacional, incluida la de retirar todas sus fuerzas militares del territorio palestino ocupado, el cese inmediato de todas las actividades de asentamiento, la evacuación de todos los colonos del territorio palestino ocupado, el retorno de todos los palestinos desplazados durante el conflicto para regresar a sus lugares de residencia, el desmantelamiento del muro de separación de apartheid construido por Israel, la devolución de las tierras y otros bienes inmuebles confiscados, así como de todos los activos que le han sido incautados desde el inicio de su ocupación en 1967 y a no obstruir el ejercicio del pueblo palestino a su derecho a la autodeterminación, incluido su derecho a establecer un Estado independiente sobre todo el territorio palestino ocupado. La resolución también pide a todos los Estados que no reconozcan la legitimidad de la situación resultante de la presencia ilegal de Israel en el territorio palestino ocupado y que no proporcionen ninguna ayuda para mantener esta situación. El resultado de la votación es un golpe significativo que pone de manifiesto que el mundo está de un lado mientras que Israel y sus aliados están en el lado contrario.

El Secretario General de la ONU deberá presentar un informe dentro de tres meses sobre el alcance del compromiso y la implementación de lo señalado en la resolución por parte de Israel. Esta resolución, basada en el derecho internacional y en la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de las Naciones Unidas, confirma la ilegalidad de la presencia de Israel en los territorios palestinos ocupados, envía un mensaje claro de que la ocupación debe terminar lo más rápido posible y que el pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminación. Esta es la primera resolución de este tipo presentada por el Estado de Palestina desde que éste obtuvo derechos y privilegios adicionales en las Naciones Unidas en mayo de 2024. La resolución es una nueva condena a la ocupación y a sus continuas prácticas racistas contra nuestro pueblo y sus derechos nacionales; se deben tomar medidas individuales y colectivas para obligar a Israel a implementar la resolución.

El consenso internacional sobre esta resolución renueva la esperanza del pueblo palestino, sometido a una agresión y a un genocidio generalizados en Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén, para lograr sus aspiraciones de libertad e independencia y establecer su Estado palestino independiente. Esta resolución es un primer paso para poner fin a la impunidad de Israel, destacando que “Israel no puede seguir cometiendo crímenes de guerra y ocupación racista sin disuasión internacional”. La comunidad internacional ha manifestado alto y claro que es hora de poner fin a esta ocupación.

El Estado de Palestina llamó a la comunidad internacional a tomar medidas concretas para garantizar la implementación de esta resolución de la ONU con el fin de lograr una paz justa y duradera y la independencia del Estado soberano de Palestina en las fronteras del 4 de junio de 1967 con Jerusalén Este como su capital.

La resolución de la ONU abre la puerta a una mayor presión, no sólo para mejorar la posición del Estado de Palestina en la Asamblea General, sino para trabajar en paralelo para expulsar a la entidad hostil de su membresía en la organización global o suspenderla hasta su pleno cumplimiento con todas las resoluciones de legitimidad internacional relacionadas con Palestina en sus diversos aspectos.

La resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de Palestina ha marcado un momento histórico, pero no será suficiente por sí sola para lograr la justicia a menos que se transforme en medidas prácticas sobre el terreno. La comunidad internacional debe continuar ejerciendo presión sobre Israel, es necesario que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas asuman sus responsabilidades en la implementación de las resoluciones internacionales, sin selectividad ni doble moral. Los palestinos deben permanecer firmes en su lucha, beneficiándose de este impulso internacional para lograr su sueño de libertad e independencia.

Mahmoud Elalwani es Embajador del Estado de Palestina en Bolivia.

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¿Israel continúa el escenario de Gaza en Cisjordania?

/ 1 de septiembre de 2024 / 01:03

El pasado miércoles 28 de agosto, el ejército de ocupación israelí lanzó un ataque a gran escala en el norte de Cisjordania. Dicho ataque se produce once meses después de su brutal guerra contra la Franja de Gaza que ha dado como resultado más de 150.000 víctimas palestinas (entre muertos y heridos), siendo considerado el más violento en el último cuarto de siglo. Un gran número de soldados y vehículos blindados irrumpieron en los campamentos de Nour Shams en Tulkarm, en el de Jenin y en el de Al-Faraa, al sur de Tubas, en la ciudad de Naplusa y en sus campamentos, así como en varias aldeas palestinas de la región del Valle del Jordán, en Cisjordania. El número de víctimas desde el pasado 7 de octubre en Cisjordania y Jerusalén ha superado los 676 muertos, más de 4.500 heridos y más de 10.400 detenidos.

El ataque israelí estuvo acompañado de diversas declaraciones de funcionarios del gobierno de extrema derecha israelí, destacando la del canciller, Israel Katz, que dijo: “Debemos hacer una evacuación temporal de los residentes de Cisjordania”, en clara referencia a la destrucción masiva, limpieza étnica y desplazamiento forzoso que está teniendo lugar en Gaza. Este ataque forma parte de un proceso organizado y estratégico para cumplir con los planes israelíes a largo plazo de anexar ilegalmente las tierras palestinas. Los políticos israelíes amenazan con repetir el escenario de Gaza en Cisjordania. Está claro que la guerra genocida emprendida por Israel en Gaza ha intensificado las operaciones de exterminio, limpieza étnica y reemplazo en Cisjordania; la presencia de ministros extremistas sionistas en puestos de decisión política, militares y de seguridad, les ha dado fuerza dentro de la sociedad israelí, pudiendo declarar con total impunidad el deseo de aniquilar Gaza con armas nucleares y la consideración de la matanza de dos millones de habitantes sometidos a la hambruna, sed y enfermedades infecciosas como “justa y moral”.

La violencia de la ocupación es una característica inherente a ella y no necesita ninguna justificación para surtir efecto. La ocupación es una fuente inagotable de violencia, su supervivencia y continuidad depende de la resistencia y lucha en contra de quienes la sufren, frente al esfuerzo constante por reprimirla. La intensificación de la violencia en forma de agresión militar en Cisjordania tiene objetivos concretos, quizás el más importante de ellos sea llevar a cabo operaciones militares a gran escala sin que ello haya provocado una protesta internacional significativa.

El objetivo de la nueva invasión es expandir el genocidio contra el pueblo palestino en todos los territorios ocupados del Estado de Palestina y llevar a Cisjordania al borde del abismo para ampliar el alcance de la invasión a los territorios ocupados del Estado de Palestina; pretenden empujar a los ciudadanos palestinos hacia el desplazamiento forzado a Jordania y a otros países con el fin de lograr el objetivo de limpieza étnica integral, para poder ampliar y profundizar los asentamientos coloniales en tierras palestinas impidiendo el establecimiento de un Estado palestino y, como resultado final, liquidar la causa palestina.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó su profunda preocupación por los recientes acontecimientos que provocaron víctimas y daños a la infraestructura civil en la ocupada Cisjordania, en un comunicado emitido el mismo día de la invasión a Cisjordania y pidió el cese inmediato de estas operaciones. El Secretario General destacó que la violencia no terminará a menos que concluya la ocupación y haya un retorno a un proceso político significativo que conduzca a una solución de dos Estados, añadiendo que las Naciones Unidas continuarán trabajando con todas las partes para lograr este objetivo y buscarán reducir la escalada de la situación actual y mejorar la estabilidad en la región.

La invasión de Cisjordania se produce como resultado de una serie de factores, entre ellos: de la total protección y apoyo estadounidense al Estado fascista de Israel, de la incapacidad de la comunidad internacional para detener la violación y la aniquilación del pueblo palestino perpetrada por el gobierno de Netanyahu y de su fracaso en la implementación del derecho internacional y el derecho internacional humanitario, así como para imponer sanciones diplomáticas, económicas, comerciales y financieras al Estado de Israel en lugar de sus continuas denuncias sin ningún resultado.

Mahmoud Elalwani Embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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