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Thursday 2 May 2024 | Actualizado a 15:33 PM

Subvenciones a los carburantes

/ 6 de enero de 2024 / 01:03

En un escenario económico global caracterizado por la volatilidad de los precios del petróleo, Bolivia ha adoptado una estrategia crucial al mantener la subvención a los carburantes. Este compromiso se ha vuelto aún más relevante al observar la evolución del precio del barril de petróleo a lo largo de los años.

En 2005, el precio promedio del barril de petróleo era de aproximadamente $us 57. En 2023, en un contexto cambiante, el precio del barril ha superado los $us 75. Esta variabilidad demuestra la importancia de la subvención para preservar la estabilidad económica interna de Bolivia, actuando como un amortiguador esencial para proteger a la población de las consecuencias negativas de los cambios bruscos en el mercado.

La subvención a los carburantes desempeña un papel crucial en aliviar la carga económica sobre la población, especialmente a los sectores de bajos ingresos; ésta permite mantener precios asequibles para los combustibles, lo que tiene un impacto directo en el costo de vida, garantizando la accesibilidad a servicios esenciales.

Este impacto se refleja claramente en la tasa de inflación instalada en el país, un indicador clave que evidencia la eficacia de las políticas gubernamentales. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta noviembre de 2023 la tasa de inflación acumulada alcanzó un modesto 1,48%, en marcado contraste con las cifras de 3,10% y 4,50% registradas en las naciones vecinas de Perú y Brasil, respectivamente. Pero, ¿qué significa esa cifra para los bolivianos?

La subvención a los carburantes ha respaldado la actividad económica interna al reducir los costos de producción y transporte, fomentando un entorno empresarial saludable y sostenible, que por varios años se ha visto traducido en precios más estables tanto en bienes como en servicios para la población en general.

A pesar de las preocupaciones planteadas por algunos críticos sobre el impacto de la subvención en las finanzas públicas, es esencial reconocer que los beneficios sociales y económicos a largo plazo superan estos desafíos. Un ejemplo de este equilibrio se evidencia en la situación de Bolivia, donde, según datos de la CEPAL, en 2020 el diésel se cotizaba a $us 0,542 por litro, considerablemente más bajo que en países vecinos como Perú ($us 0,888) y Brasil ($us 0,669). En 2022, cuando el precio del barril de petróleo alcanzó un promedio anual de $us 95, Bolivia mantuvo el precio del diésel en $us 0,542, mientras que en Perú aumentó a $us 1,149 y en Brasil a $us 1,258. Este enfoque estratégico no solo demuestra la capacidad de la subvención para mitigar los efectos de la volatilidad del mercado petrolero, sino que también resalta la importancia de la inversión gubernamental en el bienestar de la población y la estabilidad económica como una prioridad estratégica irrenunciable.

La subvención a los carburantes en Bolivia no solo alivia la presión financiera sobre los ciudadanos, sino que también respaldan el crecimiento económico y la estabilidad apoyando el aparato productivo y creando así un fundamento sólido para el desarrollo sostenible. En este contexto, mantener esta política se presenta como una decisión prudente y necesaria para salvaguardar el bienestar de la población.

Viviana Maldonado es economista.

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¿Cómo se encuentra la economía boliviana?

/ 29 de julio de 2023 / 02:09

En las últimas semanas, el contexto económico boliviano ha sido sometido a diversos análisis y estos han generado intensos debates. Mientras algunos medios y analistas sostienen que se está al borde de una crisis económica y que el actual modelo económico empieza a quedar obsoleto, el Gobierno afirma que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) es la mejor alternativa dadas las características del país y el contexto internacional.

La población que pretende crear juicios y opiniones en base a la información que recibe, desconoce si los análisis están sesgados por pensamientos extremos y si esta está basada en datos poco fiables. En ese sentido, los analistas tenemos la responsabilidad de responder a la necesidad de la población con información clara y veraz, dejando de lado agendas políticas o intereses particulares.

Respecto al comportamiento y evolución de algunos indicadores macroeconómicos vale la pena recordar que por varios años seguidos, comprendidos entre los años 80 y 90, Bolivia enfrentaba una alarmante inflación. En años posteriores esos niveles empezaron a disminuir y hasta 2021, solo en 2007 y 2008 se registraron niveles de inflación comparables con las anteriores décadas, e incluso los niveles de inflación registrados en esos dos años no están ni cerca de alcanzar las cifras de inflación más altas de las décadas anteriormente mencionadas.

Ahora bien, el haber mantenido cifras de inflación bajas que hoy no superan el 1% ha sido resultado de la aplicación de medidas como la diversificación productiva, el impulso al mercado interno y el establecimiento de un régimen cambiario estable. Tales medidas, que se empezaron a impulsar con la llegada del MESCP, fueron reconocidas y elogiadas por diversos organismos internacionales y afianzaron la confianza en la economía boliviana por muchos años.

Por otro lado, uno de los temas más debatidos recientemente ha sido el de la subvención a los carburantes. Hay quienes argumentan que ésta debería eliminarse por el alto coste monetario que ha representado para el Estado haber mantenido esa subvención todos estos años, pero es importante destacar que esas subvenciones han sido utilizadas para promover la producción nacional y sobre todo mantener la estabilidad de precios en un contexto internacional desafiante.

Asimismo, es importante señalar que el Gobierno ha proyectado una visión a futuro en la inversión de proyectos energéticos renovables, como las plantas de biodiésel, que contribuirán a reducir la dependencia de combustibles fósiles y promoverán una industria más sostenible y amigable con el medio ambiente.

Finalmente, en el ámbito del comercio exterior, Bolivia ha logrado registrar superávit comercial las dos últimas gestiones y el dato más reciente disponible refleja un saldo positivo en balanza comercial de $us 71 millones para abril, impulsado por el dinamismo de las exportaciones y el rumbo hacia una matriz productiva más diversificada e industrializada.

La economía boliviana con el MESCP ha experimentado un cambio significativo y este ha sido y sigue siendo un factor clave para el desarrollo económico. Su enfoque en la industrialización, la redistribución de la riqueza y la búsqueda de justicia social ha sido determinante para alcanzar una estabilidad y un progreso sostenible.

Para emitir un juicio propio es necesario remitirse a los datos y al análisis del contexto nacional e internacional y de esta forma entender el sentido de las medidas que asume el Gobierno. La confianza de los bolivianos en la economía nacional es lo que permite crear un ambiente donde las políticas que se aplican den el resultado esperado, es gracias a esa confianza en el MESCP que se ha podido alcanzar buenos indicadores macroeconómicos en los últimos años y es esa misma confianza la que se convierte en los cimientos de una nación próspera y en constante evolución.

Viviana Maldonado es economista.

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