Voces

Thursday 6 Feb 2025 | Actualizado a 09:52 AM

Re-conocimiento de la vida integral en las urbes

Esteban Ticona Alejo

/ 9 de junio de 2024 / 00:07

El pasado domingo se realizó una marcha de protesta ciudadana en pleno centro de la ciudad de La Paz, pidiendo frenar el trato inhumano y cruel contra los animales, y en especial a los perritos. El detonante fue la crueldad extrema que efectuaron algunos militares bolivianos en la ciudad de Santa Cruz, baleando a un can indefenso. Resalto los efectos del proceso de concientización de esta forma de protesta y desde las calles. Valoro el crecimiento de estas manifestaciones públicas que van generando un perfil muy interesante, apostar por otra forma de convivencia entre personas, animales y seres espirituales.

Pero también nos duele tanto que nuestros hermanos/as oriundos del Norte de Potosí duerman en la calle (avenida Perú), cerca de la terminal de buses de la ciudad de La Paz. Empieza el crudo invierno y cómo permitir que nuestros conciudadanos estén a expuestos a tan bajas temperaturas. Hace años que nuestros compatriotas visitan nuestra ciudad y tienen todo el derecho, pero no encuentran atención básica sobre dónde hospedarse. Todos los niveles de gobierno tienen la obligación de brindar protección y seguridad. Como se apoderó la insensibilidad de los (y de sus) representantes políticos en la Asamblea plurinacional y del Norte de Potosí, que saben que están ahí pero no les importa.

Pero sobre los animales, aún se escuchan voces negativas sobre estas manifestaciones. He oído decir “que cada vez hay más animalistas”, e incluso “peligrosamente los jóvenes están más preocupados en animales que en seres humanos”. Sin embargo, los que dicen este último eslogan, tampoco son solidarios con los humanos, por ejemplo, con los norte potosinos en la ciudad. Incluso preguntaría a “los folkloristas”, gente que baile danzas y música norte potosinas en diferentes fiestas y que se sienten orgullosos de hacerlo, ¿dónde está la solidaridad con los portadores indios/as de esas legendarias danzas, que hoy son vulnerados en sus derechos básicos de hospedarse dignamente?

También cuando se realizan manifestaciones en torno al medio ambiente se dice que es protesta de los “medioambientalistas”, en fin. Es decir, existe una mirada totalmente parcelada de las protestas sociales contemporáneas.

Lamentablemente, la forma de conocimiento que se brinda en los espacios de educación, como las escuelas, los institutos e incluso las universidades (hay algunas excepciones y creo muy pocas), es totalmente fragmentario sobre la experiencia integral de la vida. Es un conocimiento que oculta y no encara a la realidad parcelada. En esta división de conocimientos se construye al ser humano como el centro de las actividades de la vida, el ser humano está por encima de todos, a los otros seres. Incluso los “mejores humanistas” accionan bajo esta premisa. ¿Pero cuál es la realidad en las ciudades? ¿Cómo se vive en las ciudades como La Paz?

Las disciplinas sociales, humanísticas, las biológicas y similares no contemplan la forma de vida integral que se comparte hoy en nuestras ciudades. Hay que recordar que las disciplinas o las profesiones que hoy se enseñan en los espacios de formación, incluidas las universidades, fueron fundadas para apoyar al sistema capitalista imperante. ¿Qué hacer frente a este humanismo ciego y construido sobre otros seres?

Las marchas tienen un germen profundo para construir la vida integral, no solo de cuestionar el mero humanismo de los humanos, sino de hacernos pensar que inexorablemente tenemos que pensar y convivir entre seres humanos, animales y seres espirituales. ¿Qué disciplinas deberían guiar esta otra forma de conocimiento?

En estos últimos años han aparecido varias reflexiones escritas en torno a este gran problema. Todavía hay un eje que son las sociedades occidentales u europeas. ¿Pero qué propuestas desde nuestros países? Se tiene que empezar desde el gran hábito de las sociedades ancestrales. Por ejemplo, la relación de los humanos con la Pachamama o la Madre Tierra con otros seres vivos, incluida la espiritual, es una base contundente. En las sociedades andinas, sobre todo en la aymara, se enseña que janiwa aniturux t’aqhisiyañati: “no hay que hacer sufrir al perrito”, qué gran enseñanza, tendría que ser útil para todos los integrantes de la sociedad. Ma pitawa jiwasanakan sarnaqawinakasaru kuttañani. Jichha sarawixa janiw waliki.

 Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Las Fuerzas Armadas desarmadas de valor y ética

Esteban Ticona Alejo

/ 26 de enero de 2025 / 06:00

La recurrencia en varias acciones es un serio indicio de que algo ocurre en alguna institución de la sociedad. Mejor dicho, si las salidas son negativas en gran medida, quiere decir que la institución está en una crisis aguda o casi existencial. Las Fuerzas Armadas de Bolivia, en los últimos años, pareciera que aventuran a la profunda displicencia. Por ejemplo, en la lucha contra el contrabando, casi persistentemente son emboscados y hasta pierden vidas. Si estás en una guerra, no se puede cometer tantos errores en las intervenciones, porque se supone que las acciones son planificadas y con toda la logística de guerra. ¿O los contrabandistas están mejor organizados, equipados que las Fuerzas Armadas?

Pero también se oye denuncias que algún militar fue descubierto robando como un simple ladrón o que otro militar de la Fuerza Aérea fue descubierto pilotando una avioneta y transportando drogas. ¿Cómo se puede caer tan bajo? ¿Cuál es el tratamiento frente a estos casos? Sabemos que algunos de estos procesos se los juzga por la vía militar, ¿será que se sanciona?

Por si fuera poco, hace un par de años, intentando imitar al Rambo estadounidense, en la línea del show y del espectáculo, algunos instructores efectuaron u obligaron a algunos jóvenes cadetes a realizar el salto mortal sin preparación adecuada. Las consecuencias fueron fatales, como graves lesiones, que aún no se sabe si llevarán una vida normal los alumnos afectados del Colegio militar.

Ni que decir de los conscriptos que prestan su servicio militar obligatorio, donde los abusos y formas violencias, como golpizas e incluso la muerte, son inalterables. ¿Cuánto es el número de estos casos por año? Aunque, paradójicamente, pese a las prácticas tan crueles e inhumanas institucionalizadas, los/as jóvenes siguen apostando para ser reclutados en alguna guarnición militar del país. ¿Cómo denominar este anhelo de la juventud, sabiendo que pueden ser castigados, incluso perdiendo la vida?

Pero la reciente violación de algunos oficiales a una militar en el departamento de Pando nos deja nuevamente sin palabras y con mucha rabia. Se denunció que incluso se habría filmado esas horrendas acciones. ¿Quiénes son estos militares? En el fondo, son violadores perversos, que se incrustaron en la Fuerzas Armadas para delinquir y no cumplir con las funciones específicas como está dicho en la Constitución Política del Estado Plurinacional.

En todos estos datos, el tratamiento informativo por los diferentes medios de comunicación es totalmente reprochable. A nombre de los derechos humanos, se borra el rostro, solo se dice el nombre o las iniciales de los malhechores. ¿Por qué no mostrar y decir sus nombres si son personas mayores?

A esta pequeña muestra, agregamos a oficiales de alto rango involucrados en acciones políticas de sedición como el golpe de Estado de 2019, junto con Jeanine Áñez, Luis Fernando Camacho y otros. También en el intento del golpe de Estado de mediados del año 2024. Las ambiciones de poder también se manifiestan en las Fuerzas Armadas. Poder conectado a recibir dádivas o sobornos, como fue manifestado públicamente por la familia Camacho en 2019.

Urge investigar y estudiar las acciones de las Fuerzas Armadas. Desde las labores menudas hasta las últimas operaciones nombradas, porque la recurrencia ya no se puede interpretar como “casos aislados”. Pero también el Estado tiene que asumir su responsabilidad. Por ejemplo, modificar el ingreso para ser militar. A estas alturas ya no basta saber sus aptitudes intelectuales ni físicas, sino sus anhelos psicológicos conectados a la perversidad, incluso al entorno familiar. Por la década de los años 70 y 80 del siglo XX, casi todos los militares soñaban producir los golpes de Estado para ser presidente y ministros. Creo que ese pensamiento no ha desaparecido, está latente y se rearticula según las circunstancias políticas y sociales. Militar jaqinakaxa, ipi jaqinakawa. muwaña, jiwayaña uka amtawinipxiwa. Wakisispawa chhaqtayaña uka irqawi ¿janicha?

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Zapatistas de Chiapas: 31 años de resistencia y rebeldía

Esteban Ticona Alejo

/ 12 de enero de 2025 / 06:00

Los últimos días del mes diciembre de 2024, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de México recordó el 30 aniversario del inicio del levantamiento, del 1 de enero de 1994. La prensa solidaria internacional destacó la fuerza organizativa que recibió a más de mil personas de México y del mundo, como también a la representación de bases de apoyo en el denominado Encuentro Internacional de Resistencia y Rebeldía. Además, para quienes no pudieron llegar a San Cristóbal de las Casas en Chiapas, a la discusión de las distintas mesas, se transmitió en vivo vía streaming. En Bolivia, muy pocos medios de comunicación brindaron alguna cobertura al encuentro.

El EZLN en los últimos años fue organizando eventos parecidos al del 2024, pero el reciente es nuevo en el tratamiento de temas como la autocrítica y la perspectiva del EZLN. Fue tan gratificante ver y escuchar a los/as zapatistas con frases como “que no quieren enseñar sino contar, no quieren mostrar un camino sino compartir y cómo se preparan para el día después”. Y para ello han estudiado su pasado y viajado. No es que los zapatistas estaban atrincherados sólo en su territorio autónomo. Contaron algo de su viaje a Europa del año 2021, que fue otro momento de profunda observación y reflexión de los problemas del mundo.

No sólo están siguiendo el mundo y sus problemas sino también el México actual y profundo. Por ejemplo, criticaron el “Programa Sembrando Vida” porque alimentaría la división y el enfrentamiento dentro de las comunidades. Pero también cuestionaron la propuesta de la “Cuarta trasformación” llevada a cabo por la actual presidenta Claudia Sheinbaum, porque sería una especie de reorganización capitalista de México.

Lo más sobresaliente del Encuentro fue la profunda autocrítica de cómo estaba organizado el EZLN, bajo una lógica piramidal y eso era continuar reproduciendo la visión capitalista. Incluso, expusieron, el cómo se fueron elitizando y cómo cada vez había poca comunicación con las bases. Todas estas preocupaciones les llevaron a sepultar la forma organizativa piramidal. Pero ¿cuál es la organización con la que la han sustituido? El Común o la Comunidad, con fuerte base ancestral. Le llaman la genealogía de lo común, que es una propuesta colaborativa, colectiva frente al método capitalista, que es la propiedad privada.

Lo Común o a la Comunidad, también es una propuesta a los pueblos indígenas y campesinos, “retrocediendo el reloj de la historia”. Es una especie de retorno a los tiempos en que las comunidades ancestrales que se reunían para deliberar, se informaban y tomaban decisiones colectivas. ¿Cómo se denomina en las lenguas de los pueblos indígenas de Chiapas lo común o la comunidad? En la región andina se llama el Thakhi en aymara y el Ñan en quechua, que quiere decir simplemente El camino

El capitán insurgente Marcos (antes llamado subcomandante Marcos y Galeano, respectivamente) destacó diciendo que “cuando los compas hablan del común no dicen hay que hacer esto, ellos están diciendo nosotros estamos haciendo esto”. Otras preocupaciones que afloraron en esta especie de informe y relanzamiento del EZLN fueron la educación y la salud. Se habló de hospitales, al parecer mediante una relación intercultural de la medicina occidental y la ancestral.

En el tema de la educación, se recalcó que aún existen problemas que se reproducen, por ejemplo, el alcoholismo. Mostrar a la comunidad rebelde y en resistencia, pero a la vez presentar una comunidad no idealizada y con problemas es una de las más esclarecedoras apuestas a futuro. ¡Honor y gloria para la comandante Ramona! ¡Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ukhama sutiniwa. Jilat, kullakanakan sarnaqawipa kha Chiyapa, México tuqina. Amtawayapxiwa 31 mara unxtasiwita. Jiwasanakan suma jathasaruwa kutt’añasa sasaw sawayapxi. Jallalla EZLN!

Es aymara boliviano y es sociólogo y antropólogo.

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La época de navidad convertida en la expresión más capitalista y del espectáculo perverso

Esteban Ticona Alejo

/ 29 de diciembre de 2024 / 00:17

La navidad cristiana occidental ha sido sustituida por el espíritu capitalista del comercio irracional. En estos días salir a las calles, sobre todo a los mercados es toparse con varias situaciones socioeconómicas. Por ejemplo, cerca de los supermercados, ver entrar y salir a gente que adquiere muchos regalos, es digna de hacer una etnografía del derroche. En la avenida Arce de la ciudad de La Paz, vimos a gente de las comunidades andinas con productos naturales, como qañawa, tarwi, etc. pero fueron totalmente ignorados o despreciados.

En el famoso mercado Uyustus y sus alrededores, en esta época tomadas por los vendedores, los compradores hacen gala de estacionar sus autos lujosos. Esta relación de carros caros y compradores empedernidos, es la que nos permite ver la diferenciación socioeconómica, unos que tienen más dinero y compran por montones y, gente que expone y no encuentra clientelas, como los comunarios citados. Casi todos los medios de comunicación hacen gala de que la navidad occidental es la única expresión cultural que existe en el mundo, lo cual es una total mentira.

Hablando de autos, sobre todo alrededores de los establecimientos educativos fiscales y en barrios muy populares, es muy llamativo. Pareciera que casi todos los padres de familia cuentan con un auto para llevar a sus hijos a la escuela. Posiblemente una respuesta muy fácil sería que son autos “chutos” o comprados a precios bajos; pero tener un carro y su mantenimiento no es para el pobre, entonces ¿será que realmente hay crisis económica, como se dice y se publicita?

En medio de esta sociedad del espectáculo y a través del embudo de las redes sociales, vemos escenas o teatralizaciones como el partido de fútbol de San Antonio de Bulo Bulo y Bolívar del multimillonario Marcelo Claure, quien sueña ser presidente de Bolivia.

San Antonio aún hace gala del antifútbol, es decir del “fútbol q’alluta” o de los maleantes, como se dice desde los barrios más futboleros andinos. En el partido final se vio al entrenador Thiago Leitao, que fue abucheado en las tribunas por ser el abanderado de esta forma de entretenimiento cuasi delincuencial.

Hay otros dos hechos realmente cuestionables. La negación del saludo del gerente de marketing de la Federación Boliviana de Fútbol – FBF, José Claure, al jugador “Pato” Rodríguez, en la premiación al campeón Bolívar. Este señor no sabe del comportamiento básico y de la cordialidad humana, como es saludar. Vaya el estilo de marketing que lleva adelante. ¿Esta actitud merecerá alguna sanción o al menos las palabras de disculpa de altos dirigentes de la FBF?

En el partido final de fútbol por el ascenso indirecto, entre Roya Pari y Real Oruro, se tuvo otro vergonzoso desenlace. El director técnico mexicano, David De la Torre, insultó con palabras soeces al árbitro e incitó a sus jugadores a abandonar la cancha, por no estar de acuerdo en el cobro de un penal. Este tipo de partidos están a su suerte. ¿La FBF porque no utilizó el VAR para evitar mayores conjeturas? ¿Será que se aplicará el reglamento de la FBF, que indica que un equipo que abandona el campo de juego pierde los puntos frente a su oponente?

Finalmente, el matrimonio del cantante de música folclórica, los Kjarkas, Elmer Hermosa y Jennifer Zambrano, generó muchas reacciones, unos a favor y otros en contra. Se elaboró muchos memes de burla y sarcasmo por la diferencia de edad de la pareja. En una sociedad con prácticas de colonialismo interno, donde se fijan fronteras de clase y hasta raciales, aún la edad es un problema en una relación de pareja.

Aunque el acto del enlace merecería un análisis cultural, por toda la coreografía presentada y los actores de ese espectáculo. Pero hay que dejar a la flamante pareja que disfruten de su amor, irreverente a las marcas sociales.  Jichhurunakanxa wali amuykipañatakiwa. Qulqi, qulqi, uka amuyukixya khasantataxstanwa, janicha? Uka yanqha amuyunakxa apaqañasaw sarnaqasitanakxa.

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Boicot político y la ‘canasta familiar’

Esteban Ticona Alejo

/ 15 de diciembre de 2024 / 06:00

En las sociedades contemporáneas o capitalistas, los alimentos de la “canasta familiar” son una construcción desde los mercados o, mejor dicho, desde algunos productores millonarios, expresados en la cadena de mercados. El término de “canasta familiar” es una expresión de esa mirada hegemónica y malsana de algunos alimentos en cadena.

Es lamentable que, en un país como Bolivia, con una gran riqueza de productos nutritivos ancestrales y campesinos existentes en las regiones andina, amazónica, oriental y chaqueña, estemos adscritos a este término de “canasta”, muy limitado y a unos cuantos productos, como azúcar, arroz, harina, pan, aceite… Precisamente, este último producto escasea en el mercado, aunque siguen escondiendo otros como el arroz. En fin.

¿Cómo enfrentamos esta monopolización de algunos productos? ¿Cuánto de beneficio nos trae para la salud el consumo de aceite diario? ¿Alguna vez nos preguntamos quiénes son los dueños de las aceiteras del país? En un medio televisivo, un joven padre de familia de tres hijos declaraba haciendo larga fila: “Usamos todos los días aceite”. Queda claro, la profunda dependencia de esta familia y la generación del aceite y, creo, con pocas posibilidades de sustituir por otros productos.

La reciente denuncia de la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, de la existencia de un boicot político contra el gobierno de Luis Arce, con la escasez de algunos productos, no está acompañada de cómo enfrentamos esta insuficiencia. Si seguimos adscritos a la política del mercado acaudalado de pocos alimentos, seguiremos dependiendo y continuaremos peleándonos por un producto como el aceite.

Frente a la ineficiencia o cuasi ausencia del control de precios de parte de la Alcaldía de La Paz, algunas autoridades nacionales intentan suplir este capricho del gobierno municipal, pero no darán abasto con un control riguroso, porque el boicot está muy bien organizado, incluso usando a los sectores populares y de bajos ingresos.

No basta con detener a los inescrupulosos agiotistas de los productos alimenticios, incluso con requisas físicas de algunas empresas. Precisamos trabajar a mediano y largo plazo, y eso pasa en construir otra canasta familiar en lo posible con muchos productos ancestrales y campesinos de las regiones indicadas. La escasez siempre ha generado nueva gastronomía. Hay muchos ejemplos, una de ellas es el plato paceño, sin carne. Hace falta la acción contundente de las autoridades nacionales, regionales y departamentales, como en aéreas de la salud e incluso por los medios de comunicación, que no hacen más que magnificar la escasez y el libreto de estar mal alimentados monopólicamente.

Insisto, el silencio de las universidades públicas, sobre todo de los espacios de salud, nutrición y alimentación. Algunos canales de comunicación, como el Universitario de la UMSA, podrían contribuir en esta línea. Cuando asumió la rectora, María Eugenia García, declaró que habría cambios. Es decir, pasar de un canal repetitivo e imitativo de las otras cadenas, a un medio de educación e información. Pero hoy solo hay cambios de personas y no de contenidos, porque se sigue actuando con la lógica del espectáculo.

¿Las carreras de salud y nutrición, siguen formando estudiantes bajo la lógica de consumir productos enlatados? Al parecer, el mutismo nos lleva a interpretar que no tienen nada que ofrecer y compartir con la sociedad que les paga.

Hace unos días, quedé pasmado de uno de los puntos de la declaración pública de la Confederación Universitaria de Docentes de Bolivia. Textualmente dicen: “Rechazar la intervención del Estado a empresas agroproductivas… y poniendo en riesgo la producción que garantiza la seguridad alimentaria de las familias bolivianas”. ¿Los agroindustriales nos dan seguridad alimentaria? Vaya justificación a productores capitalistas, que precisamente hoy boicotean con el aceite, el arroz… mediante varias formas de acaparamiento. Wasitampiwa imantapxi juyra manq’añanaka uka jach’a qamiri jaqinakaxa. Jiwasanakaxa jiwas juyranakasampiwa sartañasa, ¿janicha?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Apostemos por los alimentos naturales y nutritivos

Hoy más que nunca precisamos cambiar los hábitos (...), precisamos retornar a la sana alimentación

Esteban Ticona Alejo

/ 24 de noviembre de 2024 / 06:01

Existen varias causas del por qué algunos alimentos considerados de la “canasta familiar” escasean (y todavía están disminuidos en su producción u ocultos para su acceso) en los mercados del país y particularmente en la ciudad de La Paz. Nos llama la atención la escasez del arroz, de la carne de pollo, de la carne de res o vacuno e incluso levemente el pan. Las sociedades contemporáneas, en gran medida, son construcciones de una lógica de alimentación promovida desde el mercado capitalista de alimentos. Y la idea de la “canasta familiar” actual también tiene que ver con ese interés millonario.

Lea: Santos Marka T’ula, Manuela Guarachi y familia

Nos llamó poderosamente la atención las enormes filas para adquirir el arroz y similar actitud para conseguir la carne de pollo en los puestos de venta. Haciendo un deslinde y sin entrar en la vorágine de los compradores, nos preguntamos ¿por qué tanta aglomeración para comprar arroz? ¿Acaso se consume todos los días arroz y arroz? Algo similar tendríamos la interrogante con la carne de pollo. ¿Se come todos los días pollo y pollo…? Y otros alimentos que nos han impuesto como prioridades. Está claro, en la realidad, sobre todo con el arroz, el pollo, las carnes y otros productos alimenticios, hay una forma de especulación o se aprovecha alguna escasez inflando los precios. Se ha denunciado que las arrobas que se venden en las tiendas de la empresa estatal de alimentos Emapa posteriormente se revenden a precios exorbitantes.

Hace pocos días oí a algunos empresarios que, si no abastecían de diésel a los agroindustriales de Santa Cruz, iba a haber escasez de alimentos el próximo año, como la soya y otros productos producidos por los capitalistas del alimento. Aún nos hacen creer que Santa Cruz alimenta a Bolivia y sabemos que esa es una gran mentira.

En esta etapa de especulación con algunos alimentos urge a varias entidades, como el Ministerio de Salud y las universidades ligadas a carreras como nutrición, lanzar campañas masivas alternativas de consumo. El ministerio citado no tiene ningún rol en tiempos difíciles y de escasez, mientras que las universidades están atrapadas en auto festejos y no están en condiciones de proponer a la sociedad boliviana algo específico sobre la que analizamos.

Es lamentable que los medios de comunicación masiva solo se atengan a agrandar la especulación con frases como “no hay alimentos” o “no hay, desapareció, etc.”. Pero ningún medio de la crónica se atreve a enseñar y educar que siempre existirá otra forma de alimentarse y quizás más nutritivo del enlatado “canasta familiar”.

Muy tenuemente, por algunas redes sociales, varias “pensiones” y lugares de expendio de alimentos, sobre todo de mujeres, ofrecen comida alternativa (y con productos alternativos e inclusive sin la carne) a la tradicional, que lamentablemente está casada con carnes. ¿Nos hemos vuelto una sociedad de carnívoros tan dependientes de algunos productos? Hoy más que nunca precisamos cambiar los hábitos alimenticios de la canasta familiar, mejor dicho, precisamos retornar a la sana alimentación ancestral andina, amazónica y chaqueña. Jichhuranakanxa aycha, aycha sakixaya ayquskstanxa manq’añanatakixa. Nayra pachanxa janiw ancha aychax manq’atakanti. Kuttañasawa jiwas suma juyra manqañasaru, wali suma jakañataki, ¿janicha?

(*) Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo

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