Ciudad enfocada en el futuro
Patricia Vargas
Desde el inicio del siglo XXI, la mayoría de las ciudades vivieron importantes transformaciones, en las que la arquitectura se hizo presente con nuevas funciones de futuro, que demandan las sedes de gobierno. Para ello, se ampliaron las funciones de algunas edificaciones históricas, las cuales elevaron su valor gracias a que fueron reconcebidas con nuevos conceptos de arquitectura, basados en diseños atractivos y arriesgados, sobre todo en los interiores.
De esa manera se evitó la demolición de importantes inmuebles del pasado, pues se los redefinió dentro de conceptos arquitectónicos creativos, que fueron acompañados con modernos reacondicionamientos técnico-tecnológicos que les otorgaron una importante refuncionalidad.
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Hoy, aquellas edificaciones prometen nuevos y estéticos interiores, aptos para las diferentes actividades del Poder Ejecutivo y la población. Un ejemplo de aquello es el edificio del Reichstag, una obra del renombrado arquitecto Norman Foster, ubicada en la capital de Alemania. El interior de esta construcción histórica está acondicionado y pensado con una estética del presente. Y lo más importante: toda ella se encuentra apoyada por la tecnología de los nuevos tiempos. De esta manera, no solo es el reflejo de la creatividad, sino que representa un bello lugar pensado para la recreación de la ciudadanía.
Sin duda, un singular ejemplo de cómo puede ser aprovechado el valor histórico y político de ciertas edificaciones para ser transformadas en una obra integral de la que la población disfrute al máximo. De ese modo, la visión contemporánea de los centros políticos ha tenido como resultado intervenciones urbanas por demás creativas, las cuales colaboran hoy en que el habitante tenga ansias de visitarlas.
Volviendo a la obra de Foster, es necesario detallar que su singularidad radica en que presenta una cúpula de vidrio con un bello mirador hacia la metrópoli. Una intervención relevante que fue ejecutada con una mirada al presente y al futuro, en el marco de conceptos vanguardistas de diseño arquitectónico.
En el caso de La Paz, el centro urbano cuenta con importantes edificaciones que precisan su intervención con arquitectura relevante. Esto le permitirá enfrentar su porvenir con un enfoque renovado, como es el de comprender que el centro urbano no debe limitarse únicamente a su conservación, sino a su proyección al futuro. Lo que significa que debe evitar ser acorralada en el pasado e ir tras intervenciones que colaboren en aprovechar y resaltar los valores que posee en varios niveles.
Desde cualquier ángulo, toda urbe se encuentra en la necesidad de afrontar su porvenir con intervenciones urbanas que recuperen espacios para resignificarlos, a través de obras arquitectónicas relevantes.
Aunque es comprensible que a veces hay una nostalgia desmedida por el pasado, también es importante asimilar que, en determinado momento, ésta puede representar un obstáculo para el desarrollo de una ciudad, y mucho más una como La Paz. En realidad, lo que estratégicamente se debe buscar es que una ciudad convierta a la arquitectura en cómplice de su desarrollo. Esto porque negar su evolución sería condenarla a vivir en el pasado.
En ese orden de ideas, sobresale que la ciudad de La Paz requiere un centro urbano que transmita nuevos aires; pero no solo porque es el centro político del país, sino porque no le queda otro camino que ir con los nuevos tiempos.
(*) Patricia Vargas es arquitecta