La Trampa de la Migra (II)
El problema está en los países donde las remesas recibidas tienen alta incidencia en el PIB
Gabriel Loza
Continuando con el artículo de Trump y la inmigración en La Razón (la-razon.com) del 24 de julio, sobre la trascendencia del discurso de Trump contra la inmigración, no solo en las elecciones de Estados Unidos, sino en Europa y en especial en América Latina y el Caribe, donde el alcance del problema no se limita a una relación del Sur contra el Norte, sino que tiene una trascendencia intra-sur y que además no solo está relacionado con las diferencias internacionales de salarios, sino que también tiene causas más profundas como la pobreza, la crisis climatológica y los efectos de las guerras (llamados daños colaterales) no solo con el beneplácito de las potencias (como el propio EEUU), sino también de las guerras civiles y desplazamientos internos.
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A nivel del FMI, hay solo una partida o cuenta dentro de las transacciones internacionales de la balanza de pagos relacionada con el movimiento del factor trabajo, como son las remesas al y del exterior, en cambio la mayor parte de las cuentas se refieren al factor capital tanto como servicios (interés y remisión de utilidades) como a la entrada y salida de capitales (inversión directa, inversión de cartera, préstamos, etc.) que están en la Cuenta Financiera de la Balanza de Pagos. El FMI, a partir de fines de los 80 y principios de los 90, impulsó la liberalización de la cuenta capital para los países en desarrollo y emergentes, hasta que se dio el frenazo súbito de capitales a principios de los 90, dando como resultado la crisis de México con su Efecto Tequila y la crisis asiática, para adoptar un enfoque un poco más moderado y gradual. En cambio, el FMI nunca se pronunció sobre el movimiento de trabajadores a nivel internacional. El tema relacionado con el empleo lo trata la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un campo más normativo.
Remesas remitidas o enviadas. El Banco Mundial (2024), con base al FMI, realiza el análisis de las tendencias de los flujos de entrada y salida de remesas y pone énfasis en los países de bajo y mediano ingresos. Para 2023, los flujos de remesas enviados oficialmente hacia países de ingresos bajo y mediano se moderaron y alcanzaron una cifra estimada de $us 656.000 millones, según su última reseña sobre migración y desarrollo. Su participación en el total de remesas enviadas aumentó de un 58,8% en 2000 a un 76,5% en 2023, es decir, cerca de la mitad a más de tres cuartas de las remesas mundiales.
En los datos resalta la India como el país con mayor participación en las remesas mundiales enviadas, con un 18,2% del total, pero con una incidencia en el PIB de 3,3%, mientras que el malo de la película, México, participa con el 10% del total de remesas y una incidencia del 3,7% en el PIB.
El problema está en los países donde las remesas recibidas tienen alta incidencia en el PIB. Si el anti-inmigrantismo de EEUU se traslada a los países de Centroamérica y el Caribe, tendría graves consecuencias económicas como los casos de Honduras (25,7%), El Salvador (24,1%), Haití (19,7%) y Guatemala (19,6%), que están dentro de los 15 principales países del mundo recipientes de remesas con alta incidencia en el PIB, puesto que la expulsión de inmigrantes no legales y la actitud hacia los inmigrantes documentados pueden incidir en la reducción de los montos de remisión de parte de sus ingresos a sus países.
Los flujos de entrada de divisas procedentes de las remesas para la región tienen tanta importancia que si los comparamos con los flujos de entrada de inversión directa extranjera (FDI por sus siglas en inglés), se encuentra que lograron superarlos en 2020 y 2021, igualarlos en 2023 y posiblemente de nuevo aventajarlos en 2024.
Los flujos de entradas por remesas desde el exterior, si se comparan con los flujos provenientes de la asistencia oficial para el desarrollo (ODA por sus siglas en inglés), muestran un comportamiento muy diferenciado no solo en niveles, con una proporción 16 a 1, sino por su tendencia creciente, mientras que los flujos de asistencia oficial son poco significativos y con un comportamiento estancado.
Así, tan importantes son los flujos de remesas que los flujos de inversión directa extranjera y mucho más que la pregonada ODA sería mejor el libre movimiento internacional de trabajadores, bandera que los anarcocapitalistas no la enarbolarían, y en lugar de guerras, más apoyo oficial para los inmigrantes.
(*) Gabriel Loza Tellería es economista, cuentapropista y bolivarista