¿Volvemos al patrón oro?
Los BRICS podrán adoptar una moneda con el nombre propuesto por Keynes: Bancor
Luis Ballivián Cuenca
El afianzamiento de los BRICS y la predisposición de Rusia, China y Arabia Saudita de interrumpir el uso del dólar estadounidense, nos lleva a considerar el retorno del patrón oro. Fue un sistema monetario del siglo XIX, en el cual el valor de la moneda de un país era convertible en gramos de oro. Fijaba el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro. Terminó con la Primera Guerra Mundial, puesto que los gobiernos beligerantes necesitaron imprimir dinero fiduciario para financiar el esfuerzo bélico sin tener que respaldar ese dinero en metal precioso. Posteriormente, durante los acuerdos de Bretton Woods, se decidió adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional bajo la condición de que la Reserva Federal sostuviera el patrón oro, pero a partir de 1971 el dólar se convierte de facto, en moneda fíat sin valor intrínseco, con valor legal propio.
Consulte: Bolivia hacia los BRICS
El abandono total del patrón oro ha supuesto un crecimiento de la oferta monetaria mundial, superior al crecimiento de bienes y servicios producidos. En el marxismo, el patrón oro fue visto con simpatía, como la máxima expresión de estabilidad en precios y salarios. Trotski argumentó que la estabilidad de precios mejoraría la eficiencia de la planificación económica. Durante la Conferencia de Bretton Woods, John Keynes propuso instaurar una divisa internacional, el Bancor. Tras la Segunda Guerra Mundial, varias de las economías del mundo comenzaron a desarrollarse, con Estados Unidos a la cabeza, bajo condiciones de estabilidad y un elevado crecimiento económico. La elevada demanda y oferta de bienes de consumo en Estados Unidos y Europa Occidental hizo crecer el capitalismo a gran escala, con mejoras en el nivel de vida de sus poblaciones como nunca antes se había conocido. Estados Unidos se consolidó como la principal potencia económica mundial, etapa conocida como la «edad de oro».
No obstante, en 1971, como consecuencia del déficit comercial y el gasto bélico en la Guerra de Vietnam, el entonces presidente estadounidense Richard Nixon impuso un shock económico en el cual se suspendió definitivamente la convertibilidad directa del dólar respecto al oro, lo cual permitiría al gobierno de EEUU emitir dinero sin respaldo en oro para así financiar su endeudamiento interno y externo. Esto significó que Estados Unidos abandonara de modo permanente el patrón oro, por lo que desde entonces el valor de la divisa estadounidense se sostendría exclusivamente en una imposición, bajo la forma de una moneda fíat (o dinero por decreto).
Sin embargo, el rol crucial de Estados Unidos en la economía capitalista, como principal comprador de materia prima y bienes de consumo en todo el mundo, hacía que el resto de países se vieran forzados, de un modo u otro, a seguir utilizando el dólar como moneda de referencia aunque éste no tuviera respaldo en oro. La crisis del petróleo de 1973 causó severa recesión que detuvo el crecimiento económico de países capitalistas, pero no perjudicó su poderío en industria y comercio, al punto que la crisis de la deuda latinoamericana a inicios de la década de 1980 terminó reforzando la hegemonía del dólar como moneda de referencia para el resto de economías del planeta. Esta hegemonía del dólar quedó más acentuada a inicios de la década de 1990 con el colapso de la URSS que impulsó a optar por el capitalismo como base de un sistema económico. Los BRICS podrán adoptar una moneda con el nombre propuesto por Keynes: Bancor, con respaldo del oro, respaldada por ingentes cantidades de reservas en oro que poseen actuales y futuros BRICS.
(*) Luis Ballivián es economista