Voces

Friday 13 Sep 2024 | Actualizado a 02:37 AM

¿Volvemos al patrón oro?

Los BRICS podrán adoptar una moneda con el nombre propuesto por Keynes: Bancor

Luis Ballivián Cuenca

/ 7 de agosto de 2024 / 10:40

El afianzamiento de los BRICS y la predisposición de Rusia, China y Arabia Saudita de interrumpir el uso del dólar estadounidense, nos lleva a considerar el retorno del patrón oro. Fue un sistema monetario del siglo XIX, en el cual el valor de la moneda de un país era convertible en gramos de oro. Fijaba el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro. Terminó con la Primera Guerra Mundial, puesto que los gobiernos beligerantes necesitaron imprimir dinero fiduciario para financiar el esfuerzo bélico sin tener que respaldar ese dinero en metal precioso. Posteriormente, durante los acuerdos de Bretton Woods, se decidió adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional bajo la condición de que la Reserva Federal sostuviera el patrón oro, pero a partir de 1971 el dólar se convierte de facto, en moneda fíat sin valor intrínseco, con valor legal propio.

Consulte: Bolivia hacia los BRICS

El abandono total del patrón oro ha supuesto un crecimiento de la oferta monetaria mundial, superior al crecimiento de bienes y servicios producidos. En el marxismo, el patrón oro fue visto con simpatía, como la máxima expresión de estabilidad en precios y salarios. Trotski argumentó que la estabilidad de precios mejoraría la eficiencia de la planificación económica. Durante la Conferencia de Bretton Woods, John Keynes propuso instaurar una divisa internacional, el Bancor. Tras la Segunda Guerra Mundial, varias de las economías del mundo comenzaron a desarrollarse, con Estados Unidos a la cabeza, bajo condiciones de estabilidad y un elevado crecimiento económico. La elevada demanda y oferta de bienes de consumo en Estados Unidos y Europa Occidental hizo crecer el capitalismo a gran escala, con mejoras en el nivel de vida de sus poblaciones como nunca antes se había conocido. Estados Unidos se consolidó como la principal potencia económica mundial, etapa conocida como la «edad de oro».

No obstante, en 1971, como consecuencia del déficit comercial y el gasto bélico en la Guerra de Vietnam, el entonces presidente estadounidense Richard Nixon impuso un shock económico en el cual se suspendió definitivamente la convertibilidad directa del dólar respecto al oro, lo cual permitiría al gobierno de EEUU emitir dinero sin respaldo en oro para así financiar su endeudamiento interno y externo. Esto significó que Estados Unidos abandonara de modo permanente el patrón oro, por lo que desde entonces el valor de la divisa estadounidense se sostendría exclusivamente en una imposición, bajo la forma de una moneda fíat (o dinero por decreto).

Sin embargo, el rol crucial de Estados Unidos en la economía capitalista, como principal comprador de materia prima y bienes de consumo en todo el mundo, hacía que el resto de países se vieran forzados, de un modo u otro, a seguir utilizando el dólar como moneda de referencia aunque éste no tuviera respaldo en oro. La crisis del petróleo de 1973 causó severa recesión que detuvo el crecimiento económico de países capitalistas, pero no perjudicó su poderío en industria y comercio, al punto que la crisis de la deuda latinoamericana a inicios de la década de 1980 terminó reforzando la hegemonía del dólar como moneda de referencia para el resto de economías del planeta. Esta hegemonía del dólar quedó más acentuada a inicios de la década de 1990 con el colapso de la URSS que impulsó a optar por el capitalismo como base de un sistema económico. Los BRICS podrán adoptar una moneda con el nombre propuesto por Keynes: Bancor, con respaldo del oro, respaldada por ingentes cantidades de reservas en oro que poseen actuales y futuros BRICS.

(*) Luis Ballivián es economista

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Alianzas estratégicas e inversiones

Los mercados internacionales se encuentran abiertos y con interesantes perspectivas para manufacturas.

/ 20 de abril de 2018 / 04:03

El Centro de Comercio Internacional de la ONU agrupa argumentos para la existencia de la inversión extranjera directa (IED) bajo tres objetivos básicos: poder participar en nuevos mercados, el aumento de la eficiencia productiva y la explotación de activos estratégicos. Mientras que la CEPAL interpreta la preocupación de las economías desarrolladas por la localización nacional de la producción y la reestructuración del universo empresarial hacia mercados más concentrados en actividades con un alto componente tecnológico.

Los mercados internacionales se encuentran abiertos y con interesantes perspectivas para productos industrializados con tecnología de punta. Por ejemplo, la ampliación del crédito para vivienda en China contribuyó a estimular los mercados del hierro y del cobre en el mundo, cuyos precios se incrementaron entre 2016 y 2017. A su vez, las construcciones de puentes, carreteras elevadas, edificios, casas sociales y otras infraestructuras son realizadas con acero. Lo impresionante en la utilización del hierro es el factor tiempo en la conclusión de los proyecto (vgr. viaductos de dos kilómetros de largo suelen ser terminados en 22 meses).

El uso de baterías (litio) es expectante, considerando el informe de la CEPAL respecto a las características futuras que tendrá la industria automotriz. Con el volumen expectante en reservas del litio en el país, se identifican ingresos anuales superiores al 20% de exportaciones actuales. Asimismo, la industrialización de minerales (metálicos) podría quintuplicar el valor exportable, en asociaciones estratégicas con tecnología de punta. La producción de oro metálico conlleva el incremento de las exportaciones, del IED y de las reservas internacionales en este metal. La plata, el estaño, plomo y bismuto, minerales metálicos que también se beneficiarían con la inversión extranjera directa, presentan proyecciones altísimas, en contraposición de los minerales concentrados.

Respecto a la comercialización de éstos y otros productos exportables, Puerto Busch podría contribuir a aliviar y expandir las vías de exportación por el océano Atlántico, además de constituir en el primer puerto soberano del país. La IED se complementaría con la administración del puerto y con la participación accionaria en navieras, transporte y logística.

Nuestra almendra, que beneficia al mundo entero, podría adquirir mayores beneficios con su industrialización en harina de castaña, utilizando para tal efecto sistemas tecnológicos provistos por la inversión externa. Este proceso aumentaría su valor exportable anual en 50%.

Las expectativas racionales de futuros inversionistas se basarán en la comprensión de la política económica nacional, apreciando la efectividad del Plan Nacional de Desarrollo y del Modelo Económico, Social, Comunitario, Productivo. Como contraparte logística, el Ministerio de Planificación del Desarrollo deberá fortalecer estas expectativas racionales con “libros abiertos” de contenido legal, procedimental y estructural; e información técnica, financiera, económica. Al ya haberse invertido en los proyectos mencionados, los inversores privados extranjeros alimentarán sus expectativas racionales.

La inversión privada nacional y extranjera se halla protegida por la Constitución Política del Estado, por la Ley de Promoción de Inversiones, la Ley de la Empresa Pública, la Ley de Conciliaciones y Arbitraje y, muy especialmente, por el Decreto Supremo 3469 sobre contratos de alianzas estratégicas de inversión conjunta.

Comparte y opina: