Prácticas monopólicas
Eliana Quiroz
Si bien nos parece normal, y quién sabe, hasta deseable que cuando compramos un nuevo celular venga con algunos servicios preestablecidos como el motor de búsqueda de Google, Google Maps o el servicio de correo electrónico de Gmail y toda su suite de servicios, esto no debería ser así porque atenta contra la libertad de elección de usuarios y usuarias, y la posibilidad de otras empresas de competir para hacer negocios en mercados de servicios digitales. Esto es parte del alegato que presentó el Departamento de Justicia de Estados Unidos contra Google en un juicio contra el poder monopólico de esa empresa y que el juzgado federal norteamericano halló procedente hace no más de una semana.
El dictamen halló a Google culpable de violar leyes de competencia por su práctica de pagar a fabricantes de celulares como es el caso de Apple y Samsung, y a compañías de telecomunicaciones como AT&T, entre otras empresas tecnológicas. Google paga más de $us 10.000 millones al año para que su servicio de búsqueda sea la opción por defecto en los dispositivos, es decir, que su software de motor de búsqueda venga de manera predeterminada en los celulares.
Como resultado de estas prácticas y otras, Google es el motor de búsqueda más utilizado globalmente y, por tanto, acapara el 90% de las búsquedas en Estados Unidos y genera más de $us 300.000 millones anuales en ingresos principalmente a través de anuncios de búsqueda. Google argumentó que es el motor de búsqueda más usado porque es el mejor y que es elegido por esa calidad, no por ser la opción por defecto en los dispositivos.
Sin embargo, el tema central no es que venga predeterminado en dispositivos, sino que esta posición aventajada le permite vender anuncios de búsqueda a diversos anunciantes interesados en que sus contenidos, productos y servicios sean los primeros que aparezcan en las respuestas a búsquedas que hacen usuarios y usuarias, generando el bloqueo para permitir ganancias a posibles rivales como Bing o DuckDuckGo.
Aunque el dictamen no es claro en las sanciones que se le impondrán a Google y esta empresa puede apelar la decisión, este es un mensaje claro para las plataformas digitales y su rol en la promoción de mercados de libre y justa competencia. Y si bien los derechos de usuarias y usuarios no son la principal preocupación de este dictamen, las posturas liberales norteamericanas llevan implícito que las personas nos beneficiamos de la libre competencia de las empresas, lo que es finalmente preocupante, ya que hemos visto lo que la libre competencia entre empresas puede dar como resultado en términos de acceso y abuso de datos personales: que todas tengan acceso prácticamente irrestricto.
ELIANA QUIROZ
es ciberactivista y burócrata. blog:
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