Voces

Wednesday 18 Sep 2024 | Actualizado a 13:40 PM

Venezuela: receta boliviana

Yuri Torrez

/ 12 de agosto de 2024 / 07:13

Desde la noche del domingo 28 de julio, tras las elecciones en Venezuela, el relato del fraude, como ocurrió en Bolivia en 2019, se instaló en los espacios mediáticos y en las redes sociales opositoras al gobierno de Nicolás Maduro. Como si fuera parte de un mismo guión, el discurso del fraude urdido por la derecha venezolana se expandió velozmente y, paralelamente, se convocó a la movilización de la gente. A partir de allí se generó un clima de inestabilidad política que, luego, como sucedió en Bolivia, desembocó en un clima de violencia in extremis.

A partir de esos hechos de violencia, el reelecto presidente venezolano denunció un golpe de Estado en su contra. En rigor, la ruptura constitucional en Bolivia comenzó con la denuncia de un candidato opositor contra el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) sobre que existió un “fraude descomunal” cuando se cortó la transmisión de resultados electorales preliminares y, acto seguido, ese candidato perdedor convocó a la muchedumbre a salir a la calle a “defender el voto”, lo que culminó con la quema de las instalaciones de Tribunales Departamentales Electorales. Posteriormente, 21 días de movilizaciones opositoras después, se asestó un golpe a la democracia boliviana.

En Venezuela, el discurso de fraude proliferado por el candidato Edmundo González Urrutia   —ficha de la opositora María Corina Machado— se irrigó por las redes sociales. Otro rasgo en común con Bolivia, las fake news fueron ingredientes indispensables para comprender el papel de la desinformación como un mecanismo propagandístico en aras de la manipulación. O sea, la misma receta aplicada en otros países cuando las derechas se sentían perdedoras en una contienda electoral: apelan al relato del fraude electoral, mecanismo para legitimar acciones desestabilizadoras contra la democracia.

Obviamente, los procesos desestabilizadores a las democracias, previo un periodo conspirativo, tienen que circular por el espacio digital, no solamente para la difusión de noticias falsas, sino también para los ataques cibernéticos; por ejemplo, eso sucedió con el monitoreo de difusión de resultados electorales del Consejo Nacional Electoral (CNE). Algo parecido acaeció en Bolivia con la paralización del TREP (Trasmisión Rápida de Resultados Electorales Preliminares); antes del conteo final fue el pretexto, como ocurre hoy en Venezuela, para una cruzada desestabilizadora que culminó con un golpe de Estado.

Las democracias latinoamericanas donde existen gobiernos progresistas están en vilo. La estrategia de las derechas perdedoras es generar un ambiente propicio para asestar golpes a la democracia, sea por la vía del lawfare (guerra jurídica) o por la vía de la guerra digital con la intervención de granjas de trolls (soldados de la desinformación) al servicio de los afanes desestabilizadores que buscan invertir la verdad, posicionar una mentira que sirva para la movilización política con el propósito de derrocar a un gobierno democráticamente elegido.

Los golpes de Estado de hoy, a diferencia de antes, son más complejos ya que ese axioma goebbeliana: “mentir, mentir que algo queda”, se sofisticó con el uso de las herramientas digitales que se convirtieron en medios eficaces para la mentira. Quizás, para despejar estas dudas los gobiernos progresistas de Brasil, México y Colombia pidieron la revisión de las actas electorales para conocer públicamente los datos desglosados de las mesas de votación de los comicios presidenciales. O sea: recurrir a los datos verdaderos para cotejar con las mentiras vertidas por la oposición derechista venezolana.

Yuri Tórrez
es sociólogo

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La prensa asesinada en Palestina

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:56

El terrorismo mediático del “lobby sionista” hace que los medios hegemónicos no cubran las masacres y los asesinatos a periodistas palestinos, evidenciando la impunidad que tiene Israel, en callar la realidad del pueblo palestino; ya que hasta el presente son más de 170 periodistas palestinos asesinados en la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre del 2023, cuando se llevó a cabo la Tormenta Al Aqsa, fecha en que recrudeció la aniquilación, el genocidio en Palestina.

Este poder mediático no sólo está silenciando las voces de los que se encuentran en el lugar de los hechos, sino también censurando a los medios de comunicación alternativa como la reciente decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de cerrar la red panárabe Al Mayadeen en Cisjordania, calificándola como una organización terrorista.

A eso se suma, la nueva ola de acusaciones de EEUU a la cadena de televisión internacional de noticias RT (Russia Today), de tener, supuestamente, vínculos con los servicios de inteligencia rusos, y de querer imponerle nuevas sanciones, hasta llegar a su bloqueo indefinido; mismas que fueron desmentidas por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, quién ha denunciado que los periodistas rusos son objeto de “un auténtico ataque informativo terrorista de EEUU”; pues se trata de un “ataque a la libertad de expresión”, “un ataque a la profesión periodística” y “un ataque a la dignidad humana”.

Para nadie es desconocido que la mayoría de los mass media se encuentran bajo el control del poder económico, ligados a las multinacionales, a las jerarquías de poder, por ende, no sólo vemos la ausencia de la libertad de prensa, sino también el control del “lobby sionista”.

Todo ello, ya lo hemos manifestado en el libro: “Palestina entre piedras y misiles”, donde se demuestra que la mayoría de los medios del mundo se encuentran bajo la influencia de las políticas de Estados Unidos, y del “Lobby judío”, los que controlan y definen el rango noticioso que ocurre en el mundo; y esto lo vemos a diario en el discurso de complicidad en auspiciar el genocidio en Palestina, los que continúan llamando terroristas a los palestinos y al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (Hamás), en la mayoría de los titulares de medios hegemónicos como la BBC, la ABC, France Presse, Associated Press o AP, CNN, The New York Times, Infobae, El Clarín, Unitel, entre muchos otros, son los que pertenecen a los holdings mediáticos, los gigantes emporios.

Este es el amordazamiento de los pueblos libres del mundo; pues ya lo hemos visto con las censuras de otros medios alternativos como lo son HispanTV, Al Manar, Press TV, SANA (Agencia Árabe Siria), Al Jazeera entre otros, los cuales al igual que Al Mayadeen, muestran al mundo las masacres israelíes y el trabajo de la Resistencia en Gaza, Cisjordania y Jerusalén, lo cual preocupa y molesta a toda la entidad agresora.

Israel en su fracaso de querer eliminar a los movimientos de resistencia Palestina, no solo utiliza el hambre como arma de guerra dejando en la inanición a los niños en Gaza, en Cisjordania, también el asesinato, ya que al presente en estos 11 meses ya son más de 42.000 palestinos muertos, la mayoría de ellos niños y mujeres, y ahora está utilizando el arma más poderosa que existe, los medios de comunicación de masas, censurándolos, controlando los contenidos, asesinando a las(os) periodistas palestinos, y a los que se encuentran informando desde el lugar.

Hoy más que nunca los medios alternativos independientes, las redes sociales, los medios digitales y los periodistas que se encuentran informando el genocidio en Palestina cumplen un rol muy importante en mostrar al mundo la verdadera realidad, no por nada la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) concedió su Premio Mundial de la Libertad de Prensa a todos los periodistas palestinos involucrados en la cobertura de la masacre israelí en Gaza, en ese entendido, la humanidad tiene una enorme deuda con los periodistas palestinos por su valentía y compromiso con la libertad de expresión.

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La paz de AMLO, la ira de Evo

Javier Bustillos Zamorano

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:51

El expresidente Evo Morales y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador son dos dirigentes de izquierda que lograron cambiar los regímenes políticos de sus países, en beneficio de millones de sus compatriotas. Ambos dieron prioridad a los pobres y desprotegidos y pusieron freno a los poderosos. Son aliados y se respetan. Fue decisión personal de Andrés Manuel el rescate de Morales, luego del golpe de Estado de 2019, y cuando Evo estuvo en México en junio de este año, le agradeció de nuevo y ponderó el liderazgo de AMLO en Latinoamérica. Ambos pasarán a la historia de sus naciones, pero de una forma muy distinta, pues, así como los une su ideología, los separan sus convicciones y sus conceptos del poder y la política.

Ambos sustentaron sus gobiernos en la revocación de mandato y referéndums, como método de participación ciudadana en sus labores gubernamentales. Pero Evo no respetó el del 21 de febrero de 2016, cuando un 51,3 por ciento de los bolivianos le dijo no a su intento de reelección. AMLO sostiene que no hay nada con más autoridad que la voz del pueblo; que el pueblo pone y el pueblo quita, y que tiene, en todo momento, el derecho de cambiar la forma de su gobierno.

AMLO no cree en la reelección, cree más en la formación de nuevos líderes que continúen con el proyecto de nación. Promueve el relevo generacional. No cree en los dirigentes insustituibles. Cuando en sus giras la gente le pedía a gritos que extendiera su mandato, él firmó un documento notariado en el que se comprometió a no buscar la reelección.

En mayo de este año, Morales dijo que será candidato de nuevo por las buenas o por las malas, que para eso son las movilizaciones. AMLO dice que no hay que tener apego al poder ni al dinero: “el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás. El poder es humildad y el poder es… el poder de decir adiós en su momento… uno de los principales errores de los dirigentes es no saber retirarse a tiempo”, escribió.

A López Obrador le robaron dos veces la presidencia, uno con fraude en 2006 y otro con compra masiva de votos en 2012, y en ninguno de estos casos llevó a cabo movilizaciones violentas que pusiera en riesgo a sus seguidores. Su arribo al poder en 2018 se llevó a cabo sin romper un solo vidrio, no obstante las circunstancias adversas. No bloqueó carreteras ni azuzó a sus seguidores a actuar con violencia. No incentivó paros ni huelgas, no perjudicó la economía del país ni los derechos de terceros.

“La no violencia es eficaz en el ejercicio de la política. Un dirigente con autoridad moral debe estar dispuesto a enfrentar los mismos riesgos que corre su gente; es aquel que puede poner en riesgo su vida, pero sabe que no tiene derecho a poner en riesgo la vida de los demás”, aconsejó.

Evo Morales es un líder indiscutible, pero le han hecho creer que es dueño del movimiento de transformación. Uno de sus exministros, Carlos Romero, llegó al extremo de decir que su poder es sobrenatural y que su liderazgo es mesiánico…

AMLO sostiene que “los dirigentes no somos lo más importante en un proceso de transformación, es el pueblo, el motor del cambio. Entonces, no hay derecho a que nadie quiera apropiarse de lo que es de todos, no me pertenece lo que yo contribuí para la transformación, y no le pertenece a nadie”.

Evo permitió que sus aduladores construyeran un museo en su honor y rindieran culto a su personalidad; AMLO rechazó indignado el ofrecimiento de inscribir su nombre con letras de oro en el muro de honor del congreso de su país. » No quiero que le pongan mi nombre a ninguna calle, a ningún parque, que no me hagan ningún monumento, que no le pongan mi nombre a ningún ejido, a nada… tengo palabra y lo más importante en mi vida es mi honestidad; no soy un ambicioso vulgar”, advirtió.

Hoy, AMLO empezará a recoger sus cosas del Palacio Nacional, pues el 1 de octubre se irá a una finca que tiene en Chiapas, luego de entregar la banda presidencial a su sucesora Claudia Sheinbaum. Ha pedido que no lo busquen ni para pedirle consejos, ya hizo lo que le tocó hacer. Se va satisfecho, en paz y feliz, mientras aquí, Evo, continúa sus embates para volver a ser candidato, inclemente y lleno de ira.

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Incendios forestales

Leydi Choque

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:47

Día a día se va difundiendo información de cómo avanzan los incendios forestales en Bolivia, y es día a día que el dolor invade a los bolivianos, puesto que mediante las diferentes plataformas de redes sociales, cada persona se pronuncia según su sentir, y en la mayoría de los casos es un sentir de dolor, porque estamos perdiendo extensiones inmensas de áreas verdes, estamos viendo morir a miles de animales, una destrucción terrible de ecosistemas enteros, y sabiendo que todos los bolivianos estamos respirando un aire de mala calidad que nos afecta a la salud.

Todo este suceso, se pudo haber prevenido si el gobierno de Evo Morales no hubiera aprobado normativas, entre leyes y decretos supremos, que facilitan la deforestación y conceden vía libre para realizar quemas indiscriminadas que ocasionan incendios intencionales, porque no son accidentales. Estas leyes y decretos que la población ha bautizado como ‘leyes malditas’, han abierto las puertas para invadir y destruir de manera devastadora, cruel, sin conciencia. Y ahora estamos viviendo las consecuencias de tener un gobierno permisivo, que veló antes que nada por los intereses políticos partidarios antes que velar por el futuro de Bolivia.

En la presente actualidad seguimos gobernados por el Movimiento Al Socialismo, pero con distinto actor político que es Luis Arce, quien no realizó ninguna acción para abrogar y derogar todas las leyes incendiarias. Así mismo, tampoco se preocupó en controlar y dar cumplimiento a las normativas que van en defensa de la madre tierra, y esa falta de vigilancia nos está costando carísimo hoy en día. El presidente Luis Arce será recordado como el ecocida de la Amazonía, porque su accionar ante tremendo problema fue muy lento.

Es indispensable que el gobierno se enfoque verdaderamente en esta problemática, dando soluciones con acciones urgentes y con la mayor seriedad para adoptar medidas preventivas necesarias para evitar desastres ambientales. Necesitamos acciones inmediatas del gobierno, de la población, de todos, porque a todos nos afecta esta aniquilación de la flora y de la fauna.

Bolivia vive actualmente una de las peores crisis ambientales por incendios, y una de las mayores afectaciones de contaminación por humo a toda la población boliviana. Hagamos acciones en conjunto, porque este suceso es una lucha nacional que venimos arrastrando año tras año, cual si fuera un círculo repetitivo que se ha normalizado, y todas las acciones solo han sido paliativas. Dejemos de ser humanos depredadores, de contaminar, de ser indiferentes ante esta realidad tan dolorosa. Exijamos todos los días la abrogación y derogación de las leyes malditas porque es nuestro derecho, y no dejemos de luchar hasta fortalecer las normativas en favor de la madre tierra, porque defender a la madre tierra es defender la vida.

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¿Quién le teme a la RAE?

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:38

“Su cuenta ya está ‘aperturada’”. Cada vez que iba al banco y escuchaba que me hablaban de “aperturar” o “recepcionar” algo, sentía que la sangre me hervía desde el pecho, se iba hasta mi espalda y subía cual volcán hasta el principio de la columna, haciendo que mi cabeza hierva. ¿Qué acaso no existen los verbos abrir y recibir? ¿No se les hace suficiente el idioma como para venir a deformarlo?, pensaba furibundo. Como editor y periodista de más años de los que me gusta admitir, el buen manejo del lenguaje siempre ha sido un importante objetivo, una misión, sobre todo después de encontrar tantos errores en textos periodísticos, justamente, con la consciencia de que “los niños aprenden de los diarios”.

Pero hace años que pienso distinto. Si bien soy un apasionado de la gramática, con especial interés en la ortografía, la sintaxis y la semántica, hoy me da mucha vergüenza esa superioridad moral que muchos tenemos cuando dictaminamos que unos hablan bien y los otros no; esas caras que hacemos cuando alguien dice haiga, almóndiga o subir arriba. Ese sentirnos especiales, mejores, porque sabemos cuándo se pone “v” de vaca o “b” de burro. El atribuirnos la potestad de decir que todos son ignorantes y compartir publicaciones en redes sociales que anuncian que la Real Academia de la Lengua (RAE) aprueba o desaprueba algo, como si su propia convicción no fuese suficiente y necesitasen ayuda de alguien superior.

Entonces es que recuerdo que la RAE no se inventó el idioma y se ocupa de registrar, proponer, articular… “Velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”, dice en su página web. El lenguaje se hace en la calle, en el día a día. Y por eso cambia. Lo entendí cuando aparecieron las críticas a quienes escribían todos y todas “porque la RAE dice…”; a quienes han incluido la “e” en palabras como amigues, chiques y compañeres… a quienes el idioma como estaba hasta ese momento no les era suficiente para sentirse incluides.

Y sí, escribí incluides. Y lo voy a seguir haciendo porque he comprendido que no se trata, como reclaman muchos movimientos antiderechos, de una imposición. Es simplemente una decisión personal. ¿Quién soy yo para imponer nada? Si la RAE jamás pudo hacernos decir “balompié” en lugar de fútbol, ¿por qué alguien podría obligarnos a usar la “e” de una forma diferente a la que la hemos usado siempre?

Recientemente edité el cuarto volumen de crónicas de Manuel Monroy Chazarreta, Subibaja, un texto que pasó por muchas manos editoriales previas que todo el tiempo buscaban “arreglar” su forma de escribir, de expresarse, de jugar con el lenguaje; cuando se trata más bien de un valioso documento que recoge la forma de hablar de muchos bolivianos en la calle, en las redes sociales y la expresiones tan únicas del autor mismo. El día es que dejemos de escondernos detrás de las polleras de la RAE para “hablar/escribir bien” y comprendamos mejor nuestros procesos lingüísticos, quizá empecemos a entender de lo que se trata la descolonización.

Admito que cuando voy al banco me sigue picando algo en el pecho cada vez que dicen aperturar; eso está ligado a mi ser. Pero al final de este texto lo pongo sin comillas. No creo que yo pueda usar esa expresión nunca, pero admito que no porque no me guste, los bancarios están mal.

No te tengo miedo, RAE.

LA RAZÓN da la bienvenida a nuestro nuevo columnista Miguel Vargas Saldías. Tenemos la certeza de que sus opiniones enriquecerán la pluralidad de visiones que habitan estas páginas. Sus textos se publicarán cada 15 días. Esta casa periodística sigue creciendo.

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Las bicicletas del Negro

Susana Bejarano

/ 17 de septiembre de 2024 / 12:13

La Alcaldía de La Paz anunció el año pasado que implementaría ciclovías en el macrodistrito Sur de la ciudad, específicamente en el barrio Calacoto, desde la calle 8 hasta la 21. Un año después, las obras han iniciado.

Tania Rodríguez, directora de Planificación y Movilidad, declaró entonces lo siguiente: “Los datos en nuestra ciudad sobre las personas que usan las bicicletas como medio de transporte es mínimo. Estamos hablando de un 0,4% con relación a todos los viajes que se realizan en la ciudad en otros medios de transporte. La bicicleta no tiene un uso muy frecuente o masivo”. Por tanto, dijo, “la idea es promover el uso de la bicicleta, integrado con otros modos de transporte como el Pumakatari, que cuenta con racks para el traslado de bicicletas, así como la empresa Mi Teleférico, que permite el traslado de este medio de transporte en sus cabinas”.

Dijo “estar convencida” de que sería una buena alternativa. Pero las cosas, más allá de los convencimientos, cuando afectan a la comunidad deben basarse en evidencias científicas. La directora no presentó un estudio de factibilidad. De acuerdo con la funcionaria, menos del 0,4% de la población se transporta en bicicleta. ¿Entonces?

Es cierto que tener ciclovías es una política amigable para con la salud y el medio ambiente. La cosa es dónde y cómo se hacen.

Pensemos en términos prácticos. ¿Quién hará uso de las ciclovias? ¿Solamente las personas que viven en Calacoto y tienen bicicletas? ¿La Alcaldía dotará, en cada parada del Teleférico y el Puma Katari, bicicletas de uso público? ¿O se pretende que la gente que vive lejos de la zona en cuestión cargue su propia bicicleta hasta encontrar la ciclovía? No lo sabemos. No han presentado ningún plan, le están metiendo no más.

Vamos a suponer que los ciudadanos quieren llegar hasta Calacoto en sus propias bicicletas, sin usar minibuses, que no las permiten, y enfrentando el obstáculo de que el Teleférico y el Pumakatari no cubren toda la ciudad. Puede suponerse, entonces, que muchos llegarán en sus autos propios. ¿Se están construyendo parqueos públicos para que los dejen allí? 

En pocos días más, las ciclovías del Negro les quitarán parqueos a los comercios, a los hoteles, a los cafés; achicarán unas calles que están saturadas a todas horas del día con un tráfico caótico. Cruzarán frente a ferreterías y oficinas de flotas donde se descargan bultos, también frente a colegios cuyos estudiantes son dejados y recogidos por sus padres en auto. ¿Se imaginan?

El propio alcalde Iván Arias colgó un video donde un barbero expresa: “mi negocio está en la calle 21 hace años y jamás vi a nadie andando en bicicleta por acá”. Pronostico que tampoco verá a muchos de aquí en adelante. Quizá solo a unos cuantos adultos pedaleando, porque niños ni pensarlo, a través del tráfico feroz que se quiere sea desafiado por tan frágiles vehículos. ¿Merece causar tanto estrés a la ciudad como el que sin duda causará, en un tiempo de crisis económica y sentimientos de preocupación e incertidumbre? Todo esto es muy desatinado y resulta difícil de entender.

¿O quizá es que los munícipes paceños se han vuelto ambientalistas fanáticos? Pero eso es difícil de creer, cuando hasta hace unos años se exigía espacio para la acera y espacios verdes y hoy se aprueban sin mayores dificultades proyectos de construcción de puro hormigón. O cuando sabemos que las obras que entrega el Alcalde no involucran ni una maceta. O cuando vemos los parques cerrados y sin mantenimiento y no existen proyectos para crear más. A ningún propietario se le exige que plante un árbol en su acera, etc.

Temo que en La Paz se repita la experiencia de Tarija, donde un par de alcaldes despistados creó ciclovías en el centro, las cuales estresaron a la ciudad durante muchos años. Al final, el actual Alcalde tuvo que sincerar lo que sucedía, las retiró y trasladó a otro sitio, porque afectaban a los comercios, a los peatones, a los transportistas y, lo peor de todo, habían generado un rechazo casi generalizado a una política que bien concebida podía haber sido muy buena. Hacer obras para que luego se las retire es una pena. Del costo de esto mejor ni hablar.

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