Diálogo verdadero
En su discurso, al cumplirse el cuarto año de su mandato, el presidente Luis Arce C. ha llamado a todos los bolivianos y bolivianas a la Unidad y la Paz, la situación que vive el país amerita tal propósito. La preocupación de la ciudadanía, ante el alza de la canasta familiar, la carencia de carburantes para el transporte y las actividades productivas, el desabastecimiento de productos nacionales que son desviados al contrabando, la carencia de dólares que provoca su alza en el mercado paralelo y el encarecimiento de los múltiples productos que debemos importar crece cada día. La incertidumbre política, cuando un tribunal descalificado llama a suspender las elecciones judiciales, el retorno de bandas paramilitares y los discursos de la seguridad nacional que deliran con la potestad del Estado para usar la violencia ante las protestas sociales, nos muestran un panorama que debe ser superado.
La construcción de la sociedad deviene de nuestra vocación de vivir colectivamente, el desarrollo de la civilización y nuestra propia experiencia han dado como resultado la democracia como forma de convivencia, la democracia entendida como igualdad ciudadana, pero también económica y con garantía de los derechos sociales. En este contexto surgen normas e instituciones que regulan y garantizan estos derechos, en nuestro caso la Constitución Política del Estado Plurinacional, aprobada por mayoría absoluta; cualquier acción que la vulnere o la acomode a un interés particular, justifica la protesta o la rebelión legítima.
Nuestro mayor problema al encaminar la construcción de nuestra democracia plurinacional es la pervivencia de muchas normas, costumbres y hasta leyes de la vieja democracia liberal y que, por nuestra modorra, no hemos podido transformarlas para lograr una democracia participativa, deliberativa y directa. Nos cuesta entender que la primera asociación del hombre, para solucionar nuestros problemas inmediatos, son los sindicatos, las juntas de vecinos y padres de familia, los gremios y las asociaciones de empresarios o profesionales, cuyas necesidades buscan articularse en un derrotero común; actualmente no hay el mecanismo para este propósito. En algún momento la Central Obrera Boliviana logró este rol articulador.
Mientras tanto se impone el cumplimiento de las normas. Algunos de los postulados sobre los cuales se debe dar el diálogo para salvar la convivencia pacífica son:
DISTRIBUTIVO. Distribución equitativa de la riqueza del país, evitando la desigualdad, la exclusión social y económica. No es posible que una pequeña minoría, exportando el trabajo de los bolivianos y los recursos de la tierra, adquiera millones de dólares y no los traiga al país, mientras acá nos falta divisas para la compra de medicamentos, combustibles y otros productos que no producimos.
INDEPENDENCIA DE CLASE. Es un principio sindical que busca que ni patrones, partidos, ni gobierno impongan su voluntad a las organizaciones sociales; son ellas en un amplio debate y en función de sus intereses que deciden su conducta; la prórroga de dirigentes con resoluciones ministeriales o la presencia de fuerzas policiales en eventos sindicales, violan este principio.
INDEPENDENCIA DE PODERES. La actual estructura estatal establece cuatro poderes separados e independientes, que deben coordinar, pero sin que ninguno se sobreponga al otro. Este principio se rompe cuando un fallo judicial coarta el derecho a la censura de la Asamblea a los ministros o cuando dispone la suspensión de elecciones u observa procedimientos legislativos; por su parte, el poder ejecutivo desoye la resolución que desautoriza la prórroga de los supremos judiciales, aprobada por la Asamblea Legislativa o el poder electoral decide sobre la legalidad de las organizaciones sociales; esta independencia se rompe cuando el poder ejecutivo acorta el mandato de una vocal electoral, sin juzgamiento previo.
Si no se reitera la vigencia de estos postulados como una voluntad democrática, es muy difícil el diálogo, como mecanismo que garantice la paz.
José Pimentel Castillo fue dirigente sindical minero.