Obras sin rumbo en la Ciudad Maravilla
Tommy Pérez Alcoreza
En los últimos años, los habitantes de la ciudad de La Paz han sido testigos de una serie de proyectos y obras urbanas que, lejos de mejorar la calidad de vida y el orden urbano, reflejan una preocupante falta de planificación y visión a largo plazo por parte del gobierno local. En lugar de facilitar el tránsito y el desarrollo, algunas decisiones han causado interrupciones innecesarias, congestionamiento y una visible falta de armonía en el diseño urbano de nuestra Ciudad Maravilla.
Uno de los ejemplos más notables es el cambio de aceras en varias zonas, donde las obras se ejecutan simultáneamente en ambos lados de la calle o avenida, bloqueando el paso tanto de vehículos como de peatones. Estas intervenciones, que podrían haberse organizado en fases para minimizar el impacto, han generado un caos que afecta a quienes se desplazan a pie y a los conductores que dependen de la fluidez del tráfico diario. Esta falta de previsión termina complicando la movilidad y obliga a los transeúntes a sortear obstáculos y a circular por la calzada, poniendo en riesgo su seguridad.
A esto se suman autorizaciones de construcción en propiedades catalogadas como patrimoniales, una práctica que pone en riesgo la identidad arquitectónica y cultural de La Paz. Las decisiones de aprobar proyectos en inmuebles patrimoniales, sin considerar el impacto cultural y estético, reflejan una falta de compromiso con el legado paceño y muestran la necesidad de una regulación más estricta para proteger el patrimonio arquitectónico.
Por otro lado, la colocación de conos fijos de señalización para el tráfico vehicular, que aparecieron como una medida de control y organización, duró apenas unos meses; actualmente, muchos de estos conos están doblados, dañados o han desaparecido. Es claro que las soluciones temporales no pueden sustituir una planificación responsable y duradera en la señalización vial.
Las ciclovías improvisadas son otra preocupación. La falta de estudios previos y de infraestructura adecuada convierten a estas ciclovías en espacios peligrosos para ciclistas y peatones. Aunque fomentar el uso de bicicletas es un paso positivo hacia una ciudad más saludable, la improvisación solo añade más problemas a un sistema de movilidad que ya está sobrecargado.
Estos ejemplos son un llamado de atención a las autoridades y a la ciudadanía. La improvisación y la falta de planificación no solo afectan la calidad de vida de los paceños, sino que también comprometen recursos públicos.