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Sunday 16 Feb 2025 | Actualizado a 01:15 AM

Alto al Genocidio en la Tierra Santa

/ 20 de diciembre de 2024 / 00:05

A la llegada de las Navidades, estas fechas santas llenas de Paz, Justicia y Amor, según el mensaje que trajo nuestro Señor hace más de dos mil años, desde la Tierra Santa, la Tierra Palestina, la continuación del genocidio contra la población civil palestina, después de 440 días, ha causado en Gaza 45.097 víctimas, 107.244 heridos, 6.250 prisioneros y dos millones de desplazados; en Cisjordania 807 víctimas, 11.900 heridos y 6.250 prisioneros y en el Líbano, 4.047 víctimas, 16.638 heridos y 1,2 millones de desplazados, violando todas las normas del derecho internacional y cruzando todas las líneas rojas. Destaca la necesidad ineludible de poner fin a la impunidad de Israel.

Amnistía Internacional, en un informe anunciado desde Londres el pasado jueves 5 de diciembre de 2024, acusó a Israel de cometer genocidio en la Franja de Gaza. Según la evaluación de Amnistía Internacional, genocidio son “los actos cometidos con la intención de destruir, en su totalidad o en parte, un grupo nacional, étnico o racial-religioso”.

Al presentar dicho informe, la Secretaria General de Amnistía Internacional Agnès Callamard, afirmó que sus motivos no eran “motivos políticos” sino el resultado de un trabajo profesional continuo a través del que AI constató que el ejército de Israel cometió tres de los cinco actos prohibidos por la Convención sobre Prevención del Delito de Genocidio dictada en 1948: Homicidio, causar daños físicos o psíquicos graves e imponer condiciones de vida deliberadamente encaminadas a la destrucción física de un grupo humano protegido. Añadiendo que Israel ha tratado a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano que no merece derechos humanos ni dignidad, demostrando así su intención de causar su destrucción física.

El exministro de defensa israelí y jefe del Estado Mayor, Moshe Yaalon, afirmó al periódico “The Washington Post” que Israel había cometido crímenes de guerra durante la guerra de Gaza, destacando que el ejército ya no es ético. Estos términos fueron confirmados por el periódico israelí Haaretz, basándose en numerosas pruebas de una entrevista que realizó.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en una publicación en la plataforma X en medio de la continuidad de la guerra israelí de aniquilación en la Franja durante más de 14 meses, manifestó: “Esta pesadilla debe terminar, no podemos seguir haciendo la vista gorda ante lo que está sucediendo en la Franja de Gaza”. Y añadió: “la catástrofe en Gaza no es más que un colapso total de nuestra humanidad”.

Como es habitual, Israel rechazó las posturas y decisiones tomadas por Amnistía Internacional y anunció que no está de acuerdo con la conclusión de estar cometiendo genocidio contra los palestinos en Gaza. Una vez más Israel responde atacando a todas las organizaciones internacionales que han declarado en su contra, como a la Corte Penal Internacional, a la Corte Internacional de Justicia, a las Naciones Unidas, a su Secretario General y a sus órganos y agencias, especialmente la UNRWA, considerada la columna vertebral de la respuesta humanitaria a la catastrófica situación en Gaza y salvavidas para los refugiados de Palestina que también se refirió a los ataques de Israel a las fuerzas de mantenimiento de la paz. Las Naciones Unidas han destacado que Israel viola todas las órdenes provisionales emitidas por dichas organizaciones.

El pasado martes, 17 de diciembre, la Asamblea General votó, con una abrumadora mayoría, de 172 votos a favor, una resolución que afirma el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, como un derecho básico e inalienable y un pilar de la Carta de las Naciones Unidas. La resolución también incluyó en su texto la opinión consultiva emitida por la Corte Internacional de Justicia sobre la necesidad de poner fin a la ocupación ilegal de la tierra del Estado de Palestina.

 La Asamblea puso énfasis en que la realización por parte del pueblo palestino de sus derechos inalienables, incluida la autodeterminación, el retorno de los refugiados y el logro de la independencia de un Estado palestino soberano en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital, es la única manera de transformar la región y de alcanzar una paz en el Oriente Medio que pueda contribuir a transformar nuestro mundo.

Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.

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El plan Trump-Netanyahu es un tema de existencia, no de fronteras

Mahmoud Elalwani

/ 15 de febrero de 2025 / 06:00

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con “abrir las puertas del infierno” en Gaza; dijo: “Ustedes y ellos descubrirán lo que quiero decir”, añadiendo que está “comprometido a comprar y ser dueño de Gaza”, y recalcando que podría entregar partes de la Franja a otros países del Medio Oriente para reconstruirla, pero en ningún momento se refirió al regreso de los palestinos a sus antiguas tierras.

Durante la reunión con el rey de Jordania, el pasado 11 de febrero, Trump declaró que la anexión israelí de Cisjordania es una buena idea, en consonancia con el apoyo directo a la decisión del gobierno de Netanyahu, y su plan de apoderarse de Gaza controlando y tomando posesión de un maravilloso pedazo de tierra con vistas al Mediterráneo ha provocado reacciones airadas. Trump trata a Gaza como hombre de negocios y agente inmobiliario, no como un jefe de Estado con planes estratégicos y visión de futuro. Trump ha presentado un plan que contempla desplazar a sus 2,3 millones de habitantes asediados y bajo las bombas durante 16 meses a Egipto, Jordania e incluso a Indonesia y Albania. El plan de Trump ha sido descrito como fantasioso, racista, un regreso a la era del colonialismo imperial y el fin de la era de libertades y democracia, ha provocado reacciones fuertemente críticas por parte del mundo, incluidos sus aliados occidentales.

Es imposible separar las declaraciones de Trump sobre la Franja de Gaza de la política estadounidense en general. Durante la era de Biden, éste guardó silencio sobre los crímenes de la ocupación y se negó incluso a reconocer que lo que está sucediendo en Gaza es un crimen de guerra, un genocidio y una limpieza étnica. El desacuerdo entre los dos presidentes radica únicamente en el método de implementación de las políticas maliciosas, que en el caso de Trump además son descaradas. Trump pretende registrar un logro histórico para el pueblo judío, tendiendo a fortalecer sus relaciones financieras y económicas con Israel y con los judíos estadounidenses.

Las dimensiones de la Promesa Balfour de “establecer una patria para los judíos” se enlazan con el Proyecto de Trump de borrar la existencia de una patria para los que no son judíos y, consecuentemente, conduce a implementar un proceso de “transferencia de un pueblo y una entidad” a otros países, convirtiendo al pueblo palestino en un pueblo que sobra.

No hay que subestimar la orden dada por el ministro de Defensa israelí a su ejército para que prepare un plan para la salida voluntaria de los palestinos de la Franja de Gaza, de acuerdo con el sospechoso plan de Trump. Es un mensaje real lleno de peligros. El plan puede parecer muy serio porque ésta es la primera vez que Israel anuncia un plan real para expulsar a los palestinos de las áreas que ocupa, considerando que la expulsión va a formar parte de la política que va a llevar el gobierno israelí a partir de ahora. El peligro de esta medida israelí radica en que obligará al ejército a fomentar la emigración voluntaria sin opción de vuelta de los habitantes de Gaza, utilizando la inanición de la población o la reanudación de la guerra para forzarles a ello.

Todas las declaraciones de Trump e Israel sobre la expulsión de los palestinos de la Franja de Gaza, a pesar de su gravedad, son un intento de distraer la atención y cambiar las prioridades de interés local e internacional de Israel de sus crímenes y de las condenas internacionales a las que está expuesto, así como de la crisis existencial que enfrenta como estado y gobierno ocupante. El gobierno israelí y su primer ministro Netanyahu están tratando de encubrir los crímenes de genocidio, desplazamiento y anexión que han cometido contra el pueblo palestino, en particular los crímenes de limpieza étnica, la destrucción completa de la Franja de Gaza y el comienzo de la implementación de una versión de destrucción en la Cisjordania ocupada, mientras continúan promoviendo consignas y posiciones que están separadas de la realidad política y lejos de las exigencias de las soluciones políticas al conflicto. El gobierno israelí ha abrazado la idea del desplazamiento y busca implementarla por la fuerza de la ocupación, sin tener en cuenta la seguridad y la estabilidad de los países de la región y del mundo.

Los derechos del pueblo palestino, y sus tierras de Cisjordania, incluida Jerusalén y la Franja de Gaza, no se venden ni se truecan ni se regatean, ni se intercambian; cualquier idea de ese tipo tiene como objetivo prolongar el conflicto y mantener a Netanyahu en el poder en Israel a expensas del pueblo palestino, de su sufrimiento y de la estabilidad de la región.

La comunidad internacional debe enfrentar esta política colonial racista, no debe contentarse con declaraciones de rechazo y advertencia, debe trabajar para activar el Consejo de Seguridad de la ONU para que pueda desempeñar su papel natural en la implementación de las resoluciones de la ONU sobre la cuestión Palestina y debe afrontar sus tareas en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional.

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El pueblo palestino no abandonará su patria

El desplazamiento es una solución a expensas del pueblo palestino, de sus derechos, de su historia y de su futuro

Mahmoud Elalwani

/ 2 de febrero de 2025 / 06:00

El pasado sábado 25 de enero, en el comienzo de su segundo mandato, el presidente estadounidense Donald Trump declaró que un millón y medio de gazaties debían desplazarse hacia Egipto y Jordania por la falta de lugares adecuados para vivir en la Franja de Gaza y como resultado del genocidio de Israel. Esta declaración sobre la limpieza de Gaza de sus habitantes, coincidió con las instrucciones que dio al Pentágono de liberar un envío de bombas de dos mil libras a Israel y vino acompañado de otra decisión peligrosa, la de mantener la ayuda exterior a Israel y suspenderla al resto del mundo y la de cancelar las sanciones impuestas a los colonos que cometan crímenes contra la población civil en Cisjordania y Jerusalén.

Consulte: El engaño de la victoria israelí

Esta propuesta estadounidense difiere de lo que Trump propuso en su primer mandato y como parte del denominado Acuerdo del Siglo, que consistía en transferir la responsabilidad de la Franja a cambio de amplios privilegios económicos, incluido el establecimiento de una gran zona industrial con financiación de los países del Golfo, en la frontera egipcia entre el Sinaí y Gaza, dándose prioridad a los residentes de la Franja para trabajar allí, siempre que hubiera alojamiento para los trabajadores.

La intención explícita de desplazar a los residentes de la Franja de Gaza fuera de Palestina responde a la implementación de la visión que fue anunciada previamente por la ocupación israelí: desplazar a la población de la Franja de Gaza, establecer nuevos aeropuertos, puertos, carreteras, centros turísticos, empresas y residentes, dejar la zona libre de residentes palestinos, implementar la David Land Road y el Bengorion Water Canal como alternativa al canal de Suez por el que pasa el 30% del volumen del comercio mundial, así como la incautación de petróleo, de yacimientos de gas natural frente a las costas de Gaza, cuyo valor se ha estimado que tiene una enorme riqueza y una capacidad de producción para veinte años de consumo.

La declaración de Trump sobre el desplazamiento de palestinos fuera de la Franja de Gaza, fue muy bien recibida por los fascistas israelíes ya que el ministro de Finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, se comprometió a trabajar arduamente con el Primer Ministro y con los miembros del Gabinete con el objetivo de preparar un plan práctico para implementar la propuesta del presidente Trump lo más rápido posible. Por otro lado, con la decisión del Ministro del Ejército de Ocupación de liberar a los colonos detenidos, se está alentando a cometer más crímenes en esta guerra silenciosa que está llevando a cabo el gobierno de ocupación israelí. Se trata de escalar el problema y crear un clima de violencia y tensión en toda la zona. Estas declaraciones sobre el desplazamiento de los residentes de Gaza no son un “desliz”, tratan el tema del desplazamiento como si fuera una obra caritativa y reflejan una tendencia más amplia en el contexto de una política reflexiva, según han declarado altos funcionarios israelíes.

Cualquier plan para trasladar por la fuerza a población civil bajo ocupación constituye una clara violación del Cuarto Convenio de Ginebra que prohíbe claramente el traslado forzoso de poblaciones bajo ocupación. Dichos planes también representan crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y son incompatibles con los derechos naturales e internacionalmente garantizados. El desplazamiento forzado de palestinos no sólo constituye un crimen internacional, sino que es parte de una estrategia dirigida a fortalecer los crímenes de traslado forzoso y de expulsión sistemática que Israel ha practicado contra el pueblo palestino. El pueblo palestino tiene todo el derecho a sobrevivir en su patria. 

El pueblo palestino con su firmeza y sacrificio se ha mantenido firme ante los intentos israelíes de desplazarlo y desarraigarlo de su tierra a pesar de la ayuda armamentística prestada por sus aliados. Nuestro pueblo es quien decide su destino y su autodeterminación y debe estar aferrándose a su patria con más decisión que nunca. Nuestro mensaje a todos los israelíes y a sus aliados es que nuestro pueblo palestino hizo un juramento y se comprometió a no abandonar sus tierras, incluso si los matan de hambre o les cortan el agua, los alimentos, la electricidad y los medicamentos, los palestinos permanecerán allí para siempre.

Estas declaraciones de desplazamiento son el llamado que culmina la guerra de exterminio y golpea profundamente el concepto de identidad palestina poniendo fin a todas sus luchas y a la solución de los dos Estados, acabando con el futuro proyecto del Estado palestino independiente, en una flagrante violación de la justicia, del derecho internacional y su legalidad, fortaleciendo las posiciones de la ocupación y reforzándolas. El desplazamiento es una solución a expensas del pueblo palestino, de sus derechos, de su historia y de su futuro.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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El engaño de la victoria israelí

La guerra de exterminio a la que están sometidos los palestinos es una encarnación de las ambiciones históricas israelíes

Mahmoud Elalwani

/ 5 de enero de 2025 / 06:00

El periódico Financial Times publicó el pasado 27 de diciembre un editorial en el que afirmaba que Israel no logrará su seguridad sin la paz justa con los palestinos, añadiendo que quizás Israel ha logrado sus objetivos militares pero que no alcanzará la seguridad sin dicha paz. El periódico señaló que el Primer Ministro israelí se jactó de rechazar el plan estadounidense propuesto en septiembre para detener la guerra horas después de haber sido lanzado éste; una guerra que se alarga desde hace más de 454  días, causando 45.581 víctimas, de las cuales 17.818 son niños, 108.438 heridos, más de 11.200 desaparecidos y dos millones de desplazados en Gaza y que en Cisjordania ha causado 835 víctimas, 6.450 heridos y 13.500 detenidos, además del asedio impuesto por Israel en Gaza, la restricción del acceso a la ayuda humanitaria, al agua y alimentos, y la destrucción de estructuras civiles, convirtiendo a la mayor parte de la Franja en una zona inhabitable.

Lea: Alto al Genocidio en la Tierra Santa

Netanyahu había ordenado el asesinato del secretario general de Hezbolah, Hassan Nasralah, y el de Hamás, Ismael Hanieh. No obstante, los logros de Israel en el campo de batalla han tenido un precio muy alto y seguirán empeorando en los próximos años, aunque Netanyahu presuma de haber derrotado a sus enemigos. El periódico añadió: “el éxito militar de Israel permanecerá manchado para siempre por el sufrimiento indescriptible que causó como resultado de su campaña militar a los residentes de Palestina y del Líbano”. Israel se enfrenta a crecientes acusaciones de cometer genocidio en Gaza, incluido un caso presentado ante la Corte Internacional de Justicia y en informes detallados de Amnistía Internacional y Human Rights Watch. El periódico dice que la guerra y el asedio a Gaza por parte de Israel no sólo son una mancha para Israel, sino también para sus aliados cuya respuesta permitió a Netanyahu actuar de manera inhumana.

Netanyahu presume de estar cambiando el equilibrio de poder en la región para los años venideros y añade que el nivel de superioridad militar israelí sobre sus oponentes ha quedado claro desde el fallo de inteligencia del 7 de octubre de 2023. En su orden de arresto contra Netanyahu, la Corte Penal Internacional dijo que había “motivos razonables” para creer que tiene responsabilidad penal por “el crimen de hambre como medio de guerra y otros actos inhumanos”. El periódico comenta que no hay escapatoria para Netanyahu y sus aliados de extrema derecha que parecen decididos a ocupar más territorio en diferentes frentes y a mantener a Israel en un estado de conflicto perpetuo.

La guerra de exterminio a la que están sometidos los palestinos es una encarnación de las ambiciones históricas israelíes de expandir la influencia del Estado fascista basado en una ideología sionista y cuyo objetivo es controlar los territorios palestinos y lograr un estado fundamentalista religioso. Esta visión no es nueva, sino que se extiende durante décadas. Desde el establecimiento del Estado de Israel, líderes israelíes como David Ben-Gurion e incluso Netanyahu han adoptado políticas similares, buscando ampliar las fronteras del estado a expensas de las tierras palestinas.

El estado de ocupación israelí está aprovechando el fracaso internacional y está explotando la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para asumir sus responsabilidades legales; mientras Israel continúa arrasando la Franja de Gaza, intensificando sus masacres, destruyendo sus hospitales, lanzando bombardeos masivos contra los hogares y cometiendo genocidio contra los civiles palestinos para convertirla en una tierra inhabitable. La connivencia de la comunidad internacional con las escenas de genocidio y desplazamiento de la población civil, constituye una complicidad pública con este enorme número de violaciones del derecho internacional llevadas a cabo sin control ni rendición de cuentas.

Las instituciones de legitimidad internacional pierden su credibilidad, su legitimidad se erosiona mientras dure el genocidio, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU sea incapaz de detenerlo y mientras no se escuchen los llamamientos de las autoridades pertinentes, organizaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la UNRWA.

El Consejo de Seguridad debe implementar su Resolución 2735 que estipula: un alto el fuego, la entrada de ayuda a la Franja de Gaza, la retirada israelí de la Franja de Gaza, permite al Estado de Palestina asumir todas sus responsabilidades en la Franja de Gaza, así como en Cisjordania y también establece detener los ataques del ejército y colonos israelíes en Cisjordania, incluida Jerusalén. En última instancia, la seguridad de Israel sólo puede garantizarse mediante la paz justa con todos los países de la región.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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Solidaridad con el Pueblo Palestino

/ 29 de noviembre de 2024 / 06:04

Cada año, desde 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra el 29 de noviembre como el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. ¿Por qué este día del calendario fue elegido por la ONU? Simplemente porque 30 años antes, ese mismo día, las NNUU aprobaron la resolución 181 para dividir el territorio palestino en dos estados: el Estado Palestino y el Estado de Israel. Lamentablemente, las NNUU reconocieron al Estado de Israel en el acto y, hasta el día de hoy, no reconoce al Estado de Palestina como un estado con plenos derechos como cualquier estado del mundo. El pueblo palestino desde entonces sigue sufriendo injusticias y genocidio a manos del ejército israelí y gracias a la protección de los países coloniales que le otorgan todo tipo de armas, financiación y protección legal. 

En caso de que la nacionalidad, o color del pueblo palestino sea algo extraño para algunos, mal que les pese, somos seres humanos y el mundo debe tratarnos como tales ¿Acaso hay normas y leyes internacionales para Israel y otras normas distintas para los palestinos? ¿Acaso Israel tiene la licencia y el derecho a asesinar y los palestinos el único derecho que tienen es a morir? ¿Qué más tiene que hacer Israel para que la Comunidad Internacional actúe y se ponga fin al genocidio contra el pueblo palestino? ¿Qué hace falta hacer para saber quiénes son realmente los que amenazan la paz y la seguridad en el Oriente Medio? Cuando las cosas están muy claras y nadie puede negarlas, cuando todos somos testigos del genocidio y de la destrucción del pueblo palestino, cuando ya no es un secreto sino que ocurre ante los ojos de todo el mundo, cuando se practica este genocidio desde hace más de 14 meses sin que el Consejo de Seguridad de la ONU exija un alto al fuego debido al veto de la primera potencia mundial que alimenta con más de 86 mil toneladas de bombas (ocho veces más que las bombas atómicas lanzadas contra Japón, o cuatro veces más que las bombas lanzadas contra Londres en la segunda guerra mundial) a Israel para asesinar a niños y mujeres palestinas. ¿Acaso las vidas de los palestinos no merecen ser salvadas? ¿Israel tiene la obligación de asesinar a los palestinos?

Si el alto al fuego se hubiera producido hace un año, se habrían salvado muchas vidas de inocentes. El cese del fuego no resuelve todo, pero es el primer paso para buscar una solución a un problema. Más de un año de genocidio y el Consejo de Seguridad sigue discutiendo lo que debe hacer para frenarlo. No existe ninguna justificación para usar el derecho de veto que impide poner fin a estas tragedias.

Lea también: El odio de Israel hacia NNUU y sus organizaciones

En el futuro, algún historiador contará lo que hoy día estamos reclamando a voces con la intención de salvar vidas inocentes de este genocidio; las futuras generaciones juzgarán a los dirigentes de países que participaron en este genocidio directa o indirectamente y a las instituciones internacionales que no han cumplido con su papel para poner fin a las matanzas. Las futuras generaciones preguntarán ¿Cómo un genocidio fue transmitido en directo a través de las pantallas durante más de un año y ante los ojos de todo el mundo incluido presidentes de gobiernos y organizaciones internacionales y no se pudo frenar?

Palestina fue y sigue siendo la verdadera prueba de la eficacia y sostenibilidad del sistema internacional basado en el derecho. Ninguna afirmación, ninguna mentira equiparando a la víctima con el verdugo y a la ocupación con los ocupados puede eludir la realidad. El hecho de no comprometerse o de ignorar el sistema del que nació la cuestión palestina es un fracaso de este sistema y de su continuidad. Los pueblos y las voces libres y solidarias que se alzaron por millones en las capitales del mundo respaldan el derecho palestino y la legendaria firmeza de nuestro pueblo, y respetan los principios del derecho internacional, así como la necesidad de aplicarlos sin dobleces, con objetividad.

El pueblo palestino, junto con todos los países solidarios del mundo, no aceptará la opresión y la injusticia, y no aceptará nada que no sea vivir libre y dignamente en su Estado, con el derecho a defenderse a sí mismo, derecho a su existencia y a sus derechos nacionales. Los pueblos libres del mundo tienen el derecho de ayudarnos a alcanzar nuestra libertad e independencia para a vivir con seguridad, dignidad y paz, como el resto de los pueblos. Ninguna fuerza en la tierra lo impedirá.

Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.

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El odio de Israel hacia NNUU y sus organizaciones

Es hora de que la comunidad internacional actúe seriamente para detener la legislación israelí

Mahmoud Elalwani

/ 10 de noviembre de 2024 / 07:11

En 1947 las NNUU tomó la decisión de dividir el territorio palestino en dos estados: el 56% de la superficie para crear el estado de Israel, un 2% correspondiente a la zona de Jerusalén, bajo el patrocinio de las NNUU, y el 42% restante para el estado de Palestina. Así nació Israel, gracias a las NNUU, la misma Organización que 20 años más tarde, con la resolución 242 del Consejo de Seguridad, le otorgó a Israel el 78% del territorio palestino.

¿Cómo pagó Israel esta deuda a las NNUU? Tras la votación de la propuesta de reconocer un Estado Palestino como miembro pleno de las NNUU del Consejo de Seguridad, el ministro de asuntos exteriores israelí, Yisrael Katz, manifestó durante la sesión que, si el Consejo de Seguridad aprobaba la resolución, entonces sería “el Consejo de Terrorismo y no de Seguridad” y añadió que el secretario general de las NNUU, António Guterres, es antisemita y le declaró persona no grata en Israel, prohibiéndole la entrada al territorio israelí.

Lea: El mito del proyecto del ‘Nuevo Medio Oriente’

En una medida que refleja una escalada sin precedentes en el contexto del conflicto palestino-israelí. El parlamento israelí, la “Knesset”, aprobó con un amplio apoyo de 92 votos a favor y 10 votos en contra, la decisión de clasificar a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) como organización “terrorista” prohibiendo su actividad dentro de los territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental. Destaca que no es una decisión puramente gubernamental, sino que expresa un amplio consenso dentro de Israel para poner fin a los derechos de los refugiados palestinos y borrar su derecho histórico a regresar a su patria después de la Nakbah.

El primer ministro israelí Netanyahu llamó a la ONU “Casa de Mentiras” y su embajador ante las Naciones Unidas, Danny Danon, que rompió públicamente la carta de las NNUU en el escenario de la Asamblea General de la ONU, acusó a las Naciones Unidas de alentar mentiras y antisemitismo, diciendo que la organización internacional “extiende la alfombra roja a una de las figuras más antisemitas de la historia moderna”, en referencia a la representante especial de los derechos humanos en los territorios palestinos de las Naciones Unidas, Francesca Albanese, tras haber descrito lo que estaba sucediendo en Gaza como “genocidio” y exigir que Israel rinda cuentas y que se le ponga fin para “no escapar del castigo”.

El mundo debe condenar la feroz campaña en curso de incitación contra las Naciones Unidas, sus agencias, funcionarios y empleados, incluida la relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese. El Estado israelí ocupante está violando deliberadamente la Carta de las Naciones Unidas y está actuando así ante la débil respuesta de los estados miembros de la comunidad internacional.

El proyecto de ley sobre misiones extranjeras en Jerusalén que ha aprobado recientemente el parlamento israelí, en primera lectura, es un proyecto de ley que prohíbe la presencia de misiones diplomáticas extranjeras para prestar servicios a ciudadanos palestinos en Jerusalén Oriental. Dicho proyecto de ley se considera parte integrante de la política colonial expansionista de Israel, basada en anexar Jerusalén, judaizarla, imponerle la ley israelí y decidir su futuro unilateralmente y por la fuerza de la ocupación. Esta ley es ilegal por ser una flagrante violación de las resoluciones de legitimidad internacional que estipulan que Jerusalén es parte integral del territorio palestino ocupado desde 1967 y es la capital eterna del Estado de Palestina.

Es hora de que la comunidad internacional actúe seriamente para detener la legislación israelí y las leyes que son hostiles al pueblo palestino y sus derechos porque constituyen una violación flagrante del derecho internacional y de las resoluciones internacionales sobre legitimidad.

(*) Mahmoud Elalwani es es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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