Retos de la educación superior
Desde 2024, Bolivia ha ingresado como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur), marcando un hito significativo en el contexto del Bicentenario y abriendo una ventana de oportunidades para el país. Uno de los retos principales de esta integración es el avance en el reconocimiento internacional de las carreras universitarias a través del Sistema de Acreditación Regional de Carreras Universitarias (ARCU-SUR). Este sistema establece criterios comunes de calidad en los países miembros del Mercosur, promoviendo el conocimiento recíproco, la movilidad académica, la cooperación solidaria y la calidad en los procesos de formación.
La acreditación de carreras universitarias permitirá a estudiantes, docentes, investigadores y profesionales participar en el programa MARCA (Movilidad Académica Regional de Carreras Acreditadas). Esta iniciativa fomentará el intercambio de conocimientos, aprendizajes y experiencias entre distintos contextos culturales y educativos de instituciones de educación superior en los países miembros del Mercosur. Además de engrandecer su formación, esta movilidad académica ampliará los horizontes culturales y profesionales en la región.
Actualmente, Bolivia cuenta con 57 universidades clasificadas en cuatro tipos: Universidades Públicas, Privadas, Indígenas y de Régimen Especial. Hasta finales de 2024, 126 carreras universitarias de licenciatura fueron acreditadas al Mercosur. Estas acreditaciones han pasado por rigurosos procesos que incluyen convocatoria, adhesión, aprobación de postulaciones, autoevaluación, evaluación externa y dictamen final. Además, las evaluaciones son realizadas por pares internacionales y consideran cuatro dimensiones clave: contexto institucional, proyecto académico, población universitaria e infraestructura. Todo ello se realiza respetando la legislación nacional y la autonomía de las instituciones universitarias.
Ser parte del Mercosur fortalece el sistema educativo boliviano mediante la implementación de estándares de calidad regionales. Esto no solo eleva la calidad de la educación superior, sino que también facilita el reconocimiento mutuo de títulos y créditos académicos, aunque será tomada en cuenta el ejercicio de la profesión bajo criterio común. Además, se promoverá la articulación con programas regionales de cooperación en áreas como movilidad, investigación y desarrollo tecnológico. Estos avances contribuyen al crecimiento sostenible y la competitividad internacional del país.
En el contexto de la cuarta revolución industrial y la era tecnológica, la educación trasciende fronteras nacionales. Por ello, es esencial que el Ministerio de Educación, a través de la Comisión Nacional de Acreditación de Carreras Universitarias (CNACU), junto con las autoridades universitarias, emprendan acciones urgentes para maximizar los beneficios de esta integración. Esto incluye la adecuación de currículos académicos a estándares internacionales, el inicio de procesos de acreditación para programas de posgrado y la implementación de mecanismos de evaluación que garanticen la calidad de la educación superior.
Finalmente, con la mirada puesta en el Bicentenario de Bolivia, resulta crucial promover un diálogo constante entre las universidades y otros actores educativos. Este esfuerzo debe enfocarse en identificar y abordar las necesidades específicas del contexto económico y social de Latinoamérica, asegurando una educación inclusiva y de calidad que esté alineada con los desafíos del siglo XXI. De esta manera, Bolivia no solo celebrará dos siglos de independencia, sino que también se posicionará como un referente regional en educación superior, integrando los valores de excelencia, innovación y cooperación en su visión de futuro.
Reynaldo Yujra Quispe es Investigador y educador.