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Saturday 18 May 2024 | Actualizado a 14:27 PM

Reconducirán su papel en el Poder Legislativo

La oposición se traza el desafío de encaminar una línea proactiva

Por La Razón

/ 20 de diciembre de 2010 / 05:00

Cambiar de una posición reactiva a una proactiva es el desafío que se traza la oposición en la  Asamblea Legislativa Plurinacional, para hacer frente al MAS. Los opositores reconocen que su gestión estuvo marcada por las discrepancias y la falta de cohesión.

La diputada del Movimiento Sin Miedo (MSM), Marcela Revollo, afirmó que la oposición no logró, en lo que va de este año, articular un frente capaz de hacer escuchar su voz en la Asamblea, por la dispersión y el extravío ideológico. «No se percibe una visión articulada. La oposición no logra implantar ni siquiera una agenda».

El 2006, el MSM y el MAS construyeron una alianza política que se rompió en abril del 2010. El 2 de abril de este año, dos días antes de las elecciones de gobernadores, asambleístas, alcaldes y concejales (4 de abril), el MSM oficializó su ruptura con el MAS.

La legisladora planteó fortalecer a la oposición para hacer efectiva su labor. La diputada de Unidad Nacional (UN) Elizabeth Reyes, también reflexionó sobre la necesidad de reconducir el rol de la minoría en el Legislativo.

«Debemos ser proactivos y no reactivos a las propuestas del MAS», sostuvo Reyes.

Según la parlamentaria de UN,  el reto para el próximo año será el de unificar a la oposición en la Asamblea, apuntando a la generación de leyes sociales y el respeto a principios constitucionales.

Mauricio Muñoz, jefe de Bancada de Convergencia Nacional (CN), por el contrario, negó una fragmentación de la oposición. Afirmó que en la Asamblea los frentes de oposición están ligados por una línea ideológica que es el respeto por la democracia.
«Nosotros no imponemos, somos demócratas», sostuvo el legislador de oposición.

Una oposición dividida
La Razón – La Paz 

El oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) sostiene  que en el país no existe una oposición política cohesionada que pueda hacer frente al proceso de cambio que lleva adelante el presidente Evo Morales.

La presidenta de la bancada del MAS en la Cámara de Diputados, Emiliana Ayza, aseguró que la oposición carece de línea ideológica, propuestas y proyectos, lo que demuestra una incapacidad de unificación política.

«Están peleados entre ellos, no les interesa trabajar», dijo.

El voto a favor del MAS, en las elecciones del 2009, posibilitó que ese frente obtenga la mayoría en Diputados y Senadores, relegando a la minoría a la labor de fiscalización.

La diputada del MAS, Betty Tejada, lamentó que sus adversarios políticos  se hayan opuesto a la aprobación de leyes. Afirmó que la oposición deber ser articuladora de propuestas.

SITUACIÓN DE LOS FRENTES POLÍTICOS CON REPRESENTACIÓN EN LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

ALIANZA SOCIAL
El partido político, fundado el 5 de noviembre del 2005 por el ex alcalde de Potosí, René Joaquino, tiene la menor representación política en la Asamblea Legislativa, con sólo dos diputados: David Cortez, por el departamento de Potosí, y Wilman Cardozo, por Tarija. Posteriormente Alianza Social atravesó una crisis, que derivó en el alejamiento de uno de los grupos, liderado  por Amílkar Barral. Joaquino participó en política desde el año 1993; ese año consiguió una concejalía y asumió como alcalde tras la destitución de Braulio Oré. En 1999 y 2004 consiguió la reelección para la silla edil. El 2009 se postuló a la presidencia del país y obtuvo el cuarto lugar. El 4 de abril del 2010 fue reelegido Alcalde y poco después fue alejado del cargo por un juicio por corrupción.

UNIDAD NACIONAL
Su líder es el empresario Samuel Doria Medina. Unidad Nacional cuenta con tres legisladores en la Asamblea Legislativa Plurinacional: Elizabeth Reyes, Jaime Navarro y Óscar Franco. Los dos primeros por el departamento de La Paz y el tercero representa a  Santa Cruz. La organización política, llevando a Doria Media como candidato presidencial, participó de las elecciones nacionales del 2005 y 2009. En los comicios del 2009 obtuvo el siete por ciento de apoyo, por debajo del MAS y de la alianza PPB-CN. También participó en las elecciones de gobernadores del 4 de abril, pero no logró ninguna representación. No obstante, fue una sorpresa en El Alto porque su candidata a alcaldesa, Soledad Chapetón, obtuvo el 30 por ciento de apoyo, aunque ello no fue suficiente para hacerse de la alcaldía. La justicia anotó los bienes de Doria Medina.

MOVIMIENTO SIN MIEDO
El líder del Movimiento Sin Miedo es el ex alcalde de La Paz, Juan del Granado. Tiene  representación política en la Asamblea Legislativa, con cuatro congresistas: Marcela Revollo, Fabián Yaksic, Javier Zavaleta y Felipe Molloja. En la bancada de los Sin miedo —se informó— existe división y diferencias. Los partidos de Del Granado y de Evo Morales se unieron para participar de las elecciones generales del 2009, pero en el curso de este año la relación se tensionó y, finalmente, se rompió. Los Sin miedo apuntan a extender y consolidar su presencia en el país en vistas a la próxima elección general (2014), para lo cual trazaron una estrategia que se asienta en defender el proceso de cambio y afianzar el proceso democrático. Los principales líderes del partido, Del Granado y el alcalde de La Paz, Luis Revilla, tienen procesos judiciales.

PPB CONVERGENCIA NACIONAL
El Plan Progreso para Bolivia (PPB) del ex prefecto de La Paz, José Luis Paredes, y Convergencia Nacional (CN), del ex prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, firmaron un alianza política el 2009 para participar en las elecciones del 6 de diciembre de ese año. La alianza obtuvo el 24 por ciento de los votos, logrando el segundo lugar en la preferencia electoral a nivel nacional. El PPB-CN se convirtió en la principal fuerza de oposición en la Asamblea Legislativa con 47 asambleístas, aunque en ninguna de las cámaras (Diputados y Senadores) tiene mayoría. Paredes y Reyes Villa tienen procesos judiciales y están fuera de Bolivia; el primero en España y el segundo en Estados Unidos. En la alianza se presentan diferencias, incluso se habla de que algunos apoyan al oficialismo.

El Gobierno  desprestigió los liderazgos

Creo que actualmente no hay liderazgos individuales, y los liderazgos regionales están amenazados; un ejemplo de ello son casos como de Jaime Barrón o René Joaquino, que han desaparecido del escenario político tras sus procesos judiciales. En la medida que los señores Mario Cossío o Ernesto Suárez pierdan el poder político van a desaparecer también del escenario. El Gobierno ha sido muy eficiente y eficaz al desprestigiar a la oposición sobre todo a los gobernadores de Tarija, Santa Cruz y Beni, ahora lo máximo que defienden estas autoridades es su derecho a gobernar, a que los votos obtenidos les permitan terminar con su mandato; de ahí a convertirse en líderes de carácter nacional que puedan competir por la Presidencia es muy difícil, porque el Gobierno ha sido muy eficiente al asociar al señor Cossío con corrupción, a Suárez con corrupción y a Rubén Costas con separatismo, los ha desacreditado socialmente. Otros líderes como Samuel Doria Medina se ven perjudicados porque sus denuncias, como el de una crisis económica, no se ven reflejadas en la realidad. Ese liderazgo no parece creíble.

Ahora, los liderazgos que surgieron del MAS no creo que generen problemas al propio MAS porque ya ha sido demostrado que todos aquellos que se han separado del MAS son irrelevantes, tienen una votación, pero no es significativa electoralmente. El liderazgo del dirigente y presidente Evo Morales es muy poderoso.

Carlos Cordero Carrafa
es analista político.

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Riesgo de convulsión

De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces

Por La Razón

/ 16 de mayo de 2024 / 06:25

En menos de una semana, el Gobierno promulgó un decreto supremo y lo abrogó debido a amenazas de movilizaciones y actividades de protesta contra la norma, que, como tantas otras, no había sido promocionada y mucho menos socializada, lo cual permitió que circule abundante desinformación que galvanizó las posiciones de rechazo. El Gobierno dio el paso atrás para evitar la “convulsión”.

Se trata del DS 5143, creado, según autoridades de gobierno, para transparentar los trámites de propiedades en las oficinas de Derechos Reales y desburocratizar el procedimiento, que actualmente puede tardar hasta dos o tres años. Según el viceministro de Defensa del Consumidor, el decreto disponía la bancarización, para pagos en línea, y la interoperabilidad, para el cruce de información entre gobiernos municipales, el Servicio General de Identificación Personal (Segip) y el Servicio de Registro Cívico (Serecí); además, se trataba de la actualización de un decreto promulgado durante el gobierno de Carlos Mesa en 2004.

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Nada de esto es lo que se discutía en las calles y centros de reunión de opositores: se especuló que el decreto serviría para posibilitar la intromisión del Estado en la administración y la tenencia de la propiedad inmueble de privados o que exigiría una nueva certificación para trámites de compra-venta. De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces y se multiplicaban las amenazas de movilizaciones.

Más tardó el Presidente en anunciar la abrogación de la norma que los líderes de las únicas dos fuerzas políticas con representación parlamentaria en salir al espacio público y celebrar la “derrota” del Gobierno. En tiempos de política de suma cero, poco o nada importa la relevancia o necesidad de políticas públicas: todo se reduce a imponer las ideas propias y evitar a cualquier costo las opuestas. Agréguese a ese estado de cosas una gestión gubernamental llena de contradicciones y se produce lo que tantas veces se ha lamentado en este mismo espacio: pérdida de confianza de la población en las instituciones gubernamentales.

La creciente conflictividad, las dirigencias opositoras claramente orientadas a la solución por el desastre y la incapacidad gubernamental para crear y sostener alianzas y consensos (excepto cuando se trata de apropiarse del partido político), son un buen caldo de cultivo para la convulsión, lo cual no significa que haya, en realidad, planes para provocarla y forzar la caída del Gobierno.

En tiempos cuando menudean los discursos desinformadores y polarizadores, además de la memoria reciente de hechos sediciosos, es tentador acusar a la oposición, o a agentes no identificados, de buscar la convulsión; sin embargo, también suele ser evidente que los conflictos pueden ser fabricados con el propósito de influir sobre el ánimo de la población. Identificar quién gana más con la polémica, el conflicto y la abrogación del mentado decreto serviría para señalar quién es el más interesado en que haya miedo por la amenaza de convulsión.

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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