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Thursday 16 May 2024 | Actualizado a 22:51 PM

Saavedra preside la Dirección que desarrollará la estrategia marítima

Ex ministro de Defensa asume el desafío de perfilar estrategia de salida al Pacífico, con soberanía. La Asamblea ratificó el Pacto de Bogotá, que habilita el acudir a tribunales

Por La Razón

/ 6 de abril de 2011 / 05:00

En un sorpresivo acto en el Palacio Quemado, en el que estuvieron ministros de Estado, legisladores, Alto Mando Militar y Policial, y representantes de diferentes sectores sociales, se leyó la resolución ministerial que da nacimiento a la Dirección, bajo la estructura de la Cancillería.

«Hemos decidido dar un paso para no seguir perdiendo el tiempo», afirmó Morales en alusión a los 132 años en los que Bolivia buscó la solución al diferendo vía diálogo. «Por eso la decisión de apelar a tribunales internacionales, con el único propósito de que se haga justicia», añadió.

La Dirección se encargará de perfilar la estrategia e identificar la instancia internacional a la que se recurrirá para resolver el diferendo boliviano-chileno emergente de la guerra de 1879. «No es ninguna provocación, es más bien una reivindicación del pueblo boliviano», afirmó.

Saavedra explicó que el discurso presidencial del 23 de marzo, Día del Mar, marcó una inflexión en la política marítima y anunció que se emplearán «las formas jurídicas más avanzadas, conforme al desarrollo del derecho internacional» para cumplir el mandato que asumió.

Hasta antes de la designación de la nueva autoridad, se mencionaban también como potenciales candidatos a ocupar el cargo al presidente de Diputados, Héctor Arce, y al cónsul en Chile, Walker San Miguel. Saavedra afirmó que la responsabilidad que asumió «es, tal vez, la misión histórica más importante que ha tenido Bolivia a lo largo de su vida».

Paralelamente se creó el Consejo Nacional Marítimo, que estará dirigido por el Presidente e integrado por los ministros de Relaciones Exteriores, Presidencia, Defensa, Gobierno y de Lucha Contra la Corrupción.

Ambos países iniciaron el 2006 un proceso de conversaciones sobre la base de una agenda de 13 puntos, donde está el tema del mar. Comisiones técnicas se reunían dos veces por año para trabajar en la agenda, pero el 2010 Santiago suspendió la reunión prevista para diciembre.

Morales y su colega Sebastián Piñera acordaron encargar a sus cancilleres trabajar en la agenda. La reunión se realizó en febrero y se definió avanzar en la temática marítima y alistar una reunión presidencial.

Morales, en reiteradas ocasiones, afirmó que el país vecino no tiene una propuesta sobre la reivindicación boliviana. De hecho, Piñera calificó de «imposible» la demanda nacional e insistió en que el Tratado de 1904 traza los límites, por lo que no existe temas pendientes.

Saavedra aseguró que el Tratado en cuestión «fue suscrito bajo coacción» y acusó a Chile de ejercitar acciones dilatorias a lo largo de la historia que frustraron el derecho boliviano de retornar al Pacífico. El Presidente explicó ayer que no puede compararse la pérdida de territorios con el enclaustramiento marítimo porque, entre otros factores, incide en el desarrollo de los pueblos. 

Diálogo. Las acciones que se asumirán no cierran la posibilidad de continuar el diálogo sobre aspectos de interés bilateral como la lucha contra el narcotráfico, el contrabando o los diferendos sobre las aguas del Silala y el río Lauca.

«Y si no quieren tocar estos temas importantes como el Silala o el Lauca, también veremos cuál es el mejor camino para hacer respetar al pueblo boliviano sobre sus recursos naturales», enfatizó.

El caso del río Lauca fue incorporado en la agenda en la única reunión de la comisión técnica del 2010, mientras que sobre el Silala se avanzó en un principio de acuerdo que establece que Chile pague por el 50 por ciento de las aguas que usa hasta tanto se defina la propiedad del recurso natural ubicado en Potosí.

El jefe de bancada de la oposición  en Diputados, Osney Martínez, expresó sus dudas sobre el perfil articulador de Saavedra, aunque afirmó que apoyan toda acción que vaya a resolver el diferendo.

El director de Estrategia Marítima, que renunció al cargo de Ministro, afirmó que Bolivia quedó privada del acceso al Pacífico «por una guerra injusta, por una invasión a un pueblo indefenso». Morales informó que en Chile existen voces de diversos sectores a favor de la demanda nacional.

Hoja de vida de la autoridad

Rubén Saavedra fue designado Ministro de Defensa el 23 de enero del 2010 y ayer fue nombrado como encargado de la estrategia del mar. También se desempeñó como Director Ejecutivo de la Unidad de Investigaciones Financieras, entre otros cargos. Se capacitó en Chile, México, Uruguay y Estados Unidos en Técnicas para la Detección e Investigación de Fraudes, Corrupción y Criminalidad Financiera; Detección de Circulantes y Documentos Falsificados; Lucha Contra la Corrupción, Control de Calidad en la Auditoría Gubernamental, Justicia Constitucional y Estado de Derecho. Fue docente.

Gobierno tiene una propuesta base

El director de Estrategia Marítima, Rubén Saavedra, informó que el Gobierno tiene la estrategia base para empezar a trabajar en la construcción de la demanda ante tribunales internacionales. 

«Nosotros estamos trabajando todos los días hace meses y tenemos la estrategia base con la que vamos a comenzar y vamos a convocar a todas las personalidades y a todos los bolivianos que quieran participar en este emprendimiento. Vamos a convocar a todos los estudiosos, investigadores del tema marítimo boliviano, y con toda esa gama de conocimientos vamos a ir trabajando colectivamente lo que es la demanda ante tribunales internacionales», explicó.

Añadió que no existen plazos para elaborar y plantear la demanda. «Nosotros tenemos que construir el documento lo más sólido posible para hacer prevalecer el derecho de Bolivia». Saavedra informó que desde hoy empezará a trabajar en la misión que se le encomendó.

«La convocatoria que hacemos es sin exclusión, incluye a ex autoridades nacionales, los bolivianos de a pie y todos los que tengan interés en aportar en este emprendimiento», sostuvo y adelantó que revisarán los tratados que firmó Bolivia con Chile y la documentación necesaria en este objetivo.

Reyes Villa prepara su candidatura para el 2014

El senador de Convergencia Nacional (CN) Marcelo Antezana anunció ayer que el titular de su organización política, Manfred Reyes Villa, participará como candidato a la presidencia en las elecciones del año 2014. 

Informó sobre la decisión luego de reunirse la anterior semana con el líder opositor en Miami, Estados Unidos. «Manfred Reyes Villa volverá al país y será nuestro candidato el 2014», adelantó.

El líder opositor salió del país en enero del 2010 hacia Estados Unidos, con el argumento de que en Bolivia no existe seguridad jurídica. Señaló entonces que tenía temor de que los procesos que enfrenta sean politizados. La Gobernación de Cochabamba, conducida por el MAS, lo acusa de daño económico al Estado por malversación de fondos en diferentes obras cuando era prefecto del departamento cochabambino.

Antezana sostuvo que se conformará una «comisión de la verdad» para promover el retorno de Reyes Villa al país.  Del encuentro en Miami también participaron los diputados Andrés Ortega, Norma Piérola y el senador Bernard Gutiérrez, a quienes Reyes Villa les pidió que solucionen la crisis interna de la oposición.

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Riesgo de convulsión

De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces

Por La Razón

/ 16 de mayo de 2024 / 06:25

En menos de una semana, el Gobierno promulgó un decreto supremo y lo abrogó debido a amenazas de movilizaciones y actividades de protesta contra la norma, que, como tantas otras, no había sido promocionada y mucho menos socializada, lo cual permitió que circule abundante desinformación que galvanizó las posiciones de rechazo. El Gobierno dio el paso atrás para evitar la “convulsión”.

Se trata del DS 5143, creado, según autoridades de gobierno, para transparentar los trámites de propiedades en las oficinas de Derechos Reales y desburocratizar el procedimiento, que actualmente puede tardar hasta dos o tres años. Según el viceministro de Defensa del Consumidor, el decreto disponía la bancarización, para pagos en línea, y la interoperabilidad, para el cruce de información entre gobiernos municipales, el Servicio General de Identificación Personal (Segip) y el Servicio de Registro Cívico (Serecí); además, se trataba de la actualización de un decreto promulgado durante el gobierno de Carlos Mesa en 2004.

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Nada de esto es lo que se discutía en las calles y centros de reunión de opositores: se especuló que el decreto serviría para posibilitar la intromisión del Estado en la administración y la tenencia de la propiedad inmueble de privados o que exigiría una nueva certificación para trámites de compra-venta. De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces y se multiplicaban las amenazas de movilizaciones.

Más tardó el Presidente en anunciar la abrogación de la norma que los líderes de las únicas dos fuerzas políticas con representación parlamentaria en salir al espacio público y celebrar la “derrota” del Gobierno. En tiempos de política de suma cero, poco o nada importa la relevancia o necesidad de políticas públicas: todo se reduce a imponer las ideas propias y evitar a cualquier costo las opuestas. Agréguese a ese estado de cosas una gestión gubernamental llena de contradicciones y se produce lo que tantas veces se ha lamentado en este mismo espacio: pérdida de confianza de la población en las instituciones gubernamentales.

La creciente conflictividad, las dirigencias opositoras claramente orientadas a la solución por el desastre y la incapacidad gubernamental para crear y sostener alianzas y consensos (excepto cuando se trata de apropiarse del partido político), son un buen caldo de cultivo para la convulsión, lo cual no significa que haya, en realidad, planes para provocarla y forzar la caída del Gobierno.

En tiempos cuando menudean los discursos desinformadores y polarizadores, además de la memoria reciente de hechos sediciosos, es tentador acusar a la oposición, o a agentes no identificados, de buscar la convulsión; sin embargo, también suele ser evidente que los conflictos pueden ser fabricados con el propósito de influir sobre el ánimo de la población. Identificar quién gana más con la polémica, el conflicto y la abrogación del mentado decreto serviría para señalar quién es el más interesado en que haya miedo por la amenaza de convulsión.

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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