Sociedad

Saturday 18 May 2024 | Actualizado a 08:54 AM

La Muela del Diablo, otro sitio satánico

Favores. Le encienden velas blancas y de colores para pedirle favores al Auqui Kollo

Por La Razón

/ 14 de agosto de 2011 / 05:00

Este es el testimonio recogido de una joven  por La Razón en el lugar. «Yo también hice una petición, pero no ingresé a la cueva. ¡Quiero estar con mi enamorado y tener un hijo con él! Ahora tengo una hija de dos años, pero mi pareja falleció», agrega.

El volcán apagado está ubicado a 40 minutos en vehículo desde la urbe paceña. En la lengua aymara este promontorio se llama, Auqui Kollo, que significa Cerro Padre y  en la cosmovisión andina es una wak’a (un espacio sagrado donde se celebran rituales).

La Muela, según testimonios recogidos por este diario, también es considerada un santuario de Lucifer, donde los fieles le rinden culto los martes y viernes, como ocurría en la curva de la Autopista de La Paz- El Alto, donde fue esculpido un rostro, que según los fieles, era del diablo.

El altar construido allí fue derruido por la Policía y obreros de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), luego de hallar cerca del lugar el cadáver de un hombre que se presume fue ahorcado. La Policía sospechaba de que podría tratarse de una ofrenda satánica.
 
sitio. «Unos amigos siempre hablaban de este lugar. Ellos decían que en la cueva (ubicada en la parte trasera de las faldas de la Muela del Diablo) se practicaban ritos de magia negra y que el diablo les cumplía favores», cuenta la joven, que ahora tiene 18 años, que prefirió no revelar su nombre.

La muchacha relató que debido a la curiosidad, visitó el lugar junto a sus dos amigas, que cursaban en ese entonces el octavo de primaria, cuando tenía 13 años y que ya en el lugar pidieron favores que, según dice, le fueron cumplidos. Lejos de estos ritos y creencias, la Muela del Diablo es parte del circuito ecoturístico de Mallasa, visitada al año por 10.000 turistas extranjeros y nacionales aproximadamente que practican andinismo y excursionismo.

Sobre los rituales negros, el subalcalde del macrodistrito de Mallasa, Miguel Quispe,  indica que «posiblemente este tipo de rituales se hagan en la madrugada».

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la zona Sur, coronel Daniel Quintanilla, indica que desconoce  si en este lugar se practican ceremonias satánicas y puntualiza que entre 2009 y 2011 no hay reportes de crímenes violentos en el lugar.

Entre las rocas de la cima hay nombres de hombres y mujeres pintados. Frente a ellos, en una de las puntas en forma de pieza dental la naturaleza ha esbozado una especie de rostro, de ojos pequeños y nariz grande, sobre el que visitantes han pintado graffitis con pintura en spray, prueba de que no todos se toman en serio el culto a satanás.

Además, hay restos de velas blancas y de colores en los huecos entre las piedras, hojas de coca, decenas de botellas plásticas de alcohol de un litro y los «soldaditos», o alcohol medicinal que cuesta Bs 1 y con el que suelen embriagarse menores e indigentes por su bajo costo.

En uno de los huecos de la cima La Razón halló la fotografía enrollada de un joven, en el reverso se lee «Alberto S. M. muerto…» .

Cerca, bajo las piedras, está una fotocopia de carnet de identidad de una joven de pollera llamada Catalina C. de 37 años. En el papel hay manuscritos otros nombres.

En las faldas de la Muela está la cueva donde la entrevistada  le pidió al diablo enamorar con su novio hasta la muerte. Según la creencia, para que Lucifer cumpla el favor se debe visitar tres veces consecutivas el lugar. «Ese mismo año (2006) murió Miriam en un accidente. Ella fue de excursión con mis compañeros a Copacabana. Ese día, la marea estaba muy fuerte en el Lago Titicaca y se ahogo. Desde ese día, no volví nunca más aquí hasta hoy, pero ya no le pido nada», asegura.

A los pies de la Muela del Diablo está la comunidad rural de Chiaraque. Sus habitantes consideran a la montaña como una de las más importantes Apachetas de La Paz.

«Según nuestra tradición, el 21 de junio y en el mes de agosto le ofrecemos una mesa a la Pachamama en agradecimiento por los beneficios recibidos durante todo el año», asegura Germán Quispe, que vive en el lugar hace 46 años.

Sin embargo, informa que personas ajenas a la comunidad le rinden culto al diablo. «Mayormente vienen los martes y los viernes porque son días del demonio. Le ofrecen mesas para pedirle favores».

Otro comunario, que prefiere no dar su nombre, cuenta que un anciano le pidió al diablo que lo ayude a curarse de una enfermedad y que ahora el mal ya no le aqueja.

El Subalcalde aclara que por un acuerdo con los comunarios de Chiaraque, ellos resguardan la seguridad de los visitantes y la Subalcaldía realiza inspecciones.

La muela del diablo, un sitio turístico

La Muela del Diablo se ubica aproximadamente a 4.000 metros de altura sobre el nivel mar. Es una estructura monolítica de 150 metros de altura que recibe este nombre por el parecido que tiene con la citada pieza dental. Según la Unidad de Turismo de la Alcaldía Municipal de la Paz, la Muela del Diablo es visitada cada año por unos 10.000 turistas, nacionales y extranjeros, que practican excursionismo, andinismo y dan paseos a caballo. Según comunarios, al día lo visitan de tres a 10 turistas.


Comunarios consideran a la Muela una wak’a

Le ofrecen una mesa blanca en junio y agosto para agradecerle por sus favores

Habitantes de la comunidad Chiaraque consideran a la Muela del Diablo como un (una wak’a) sitio sagrado donde se celebran rituales andinos.

Según la cosmología andina, las wak’as son espíritus ancestrales que habitan en piedras, cerros, en el aire, en manantiales, etc., que en reciprocidad con los humanos, responden a sus solicitudes y así crean una alianza mística especial.

Germán Quispe, un comunario del sector, indicó que, según la tradición ancestral, cada año los pobladores ofrecen una mesa a la Pachamama en las faldas de la Muela del Diablo.

«El 21 de junio, de este año le ofrecimos una mesa blanca a la Muela del Diablo como agradecimiento por los favores recibidos y para que nos vaya bien este año, nos proteja, para que no haya más robos de ganado en la comunidad», afirmó.
La comunidad agrícola de Chiaraque se halla ubicada en las faldas de la formación rocosa y tiene aproximadamente 25 familias.

Añadió también que la ko’a, o quema de la mesa, la efectúan el primero o el último viernes de agosto.
El subalcalde del macrodistrito de Mallasa, Miguel Quispe, ratificó que en el lugar los agricultores de los alrededores e incluso habitantes de la ciudad de El Alto realizan este tipo de rituales andinos en La Muela del Diablo (que nada tiene que ver con  los cultos satánicos). En algunos casos, dijo, están acompañados de un yazira o amauta.

«Es una tradición realizar este tipo de rituales andinos, sobre todo en este mes. Los comunarios ofrecen a la Pachamama mesas blancas y, dependiendo de la intención, incluyen fetos de llama y otros elementos. Se conocen que realizan estos rituales por las mañanas y las tardes».

La antropóloga Luz Castillo explicó que las wak’as son «lugares sagrados para los comunarios y que representan una conexión entre la humanidad y las deidades».

Agosto, mes de las ofrendas
La propietaria de la Casa Esotérica Pacha Mama, Elena Sariama, explicó que agosto es el mes elegido para que las personas ofrenden las mesas a la Pachamama porque en esta época «la tierra descansa». «No hay producción, es el mes de la menstruación de la Pachamama, y tiene hambre, estas mesas son su alimento».

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Riesgo de convulsión

De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces

Por La Razón

/ 16 de mayo de 2024 / 06:25

En menos de una semana, el Gobierno promulgó un decreto supremo y lo abrogó debido a amenazas de movilizaciones y actividades de protesta contra la norma, que, como tantas otras, no había sido promocionada y mucho menos socializada, lo cual permitió que circule abundante desinformación que galvanizó las posiciones de rechazo. El Gobierno dio el paso atrás para evitar la “convulsión”.

Se trata del DS 5143, creado, según autoridades de gobierno, para transparentar los trámites de propiedades en las oficinas de Derechos Reales y desburocratizar el procedimiento, que actualmente puede tardar hasta dos o tres años. Según el viceministro de Defensa del Consumidor, el decreto disponía la bancarización, para pagos en línea, y la interoperabilidad, para el cruce de información entre gobiernos municipales, el Servicio General de Identificación Personal (Segip) y el Servicio de Registro Cívico (Serecí); además, se trataba de la actualización de un decreto promulgado durante el gobierno de Carlos Mesa en 2004.

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Nada de esto es lo que se discutía en las calles y centros de reunión de opositores: se especuló que el decreto serviría para posibilitar la intromisión del Estado en la administración y la tenencia de la propiedad inmueble de privados o que exigiría una nueva certificación para trámites de compra-venta. De nada sirvieron las escasas y tardías explicaciones de algunas autoridades, el rumor había echado raíces y se multiplicaban las amenazas de movilizaciones.

Más tardó el Presidente en anunciar la abrogación de la norma que los líderes de las únicas dos fuerzas políticas con representación parlamentaria en salir al espacio público y celebrar la “derrota” del Gobierno. En tiempos de política de suma cero, poco o nada importa la relevancia o necesidad de políticas públicas: todo se reduce a imponer las ideas propias y evitar a cualquier costo las opuestas. Agréguese a ese estado de cosas una gestión gubernamental llena de contradicciones y se produce lo que tantas veces se ha lamentado en este mismo espacio: pérdida de confianza de la población en las instituciones gubernamentales.

La creciente conflictividad, las dirigencias opositoras claramente orientadas a la solución por el desastre y la incapacidad gubernamental para crear y sostener alianzas y consensos (excepto cuando se trata de apropiarse del partido político), son un buen caldo de cultivo para la convulsión, lo cual no significa que haya, en realidad, planes para provocarla y forzar la caída del Gobierno.

En tiempos cuando menudean los discursos desinformadores y polarizadores, además de la memoria reciente de hechos sediciosos, es tentador acusar a la oposición, o a agentes no identificados, de buscar la convulsión; sin embargo, también suele ser evidente que los conflictos pueden ser fabricados con el propósito de influir sobre el ánimo de la población. Identificar quién gana más con la polémica, el conflicto y la abrogación del mentado decreto serviría para señalar quién es el más interesado en que haya miedo por la amenaza de convulsión.

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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