Carmelo versus Jessica
Existen diferencias de fondo entre las propuestas electorales para el Beni y para Bolivia del Movimiento Al Socialismo. Hay dos programas diferentes, uno centralista y otro descentralizador.
Hoy la política nacional también discurre en el plano electoral. Hay cuatro municipios donde se elige alcaldes (Punata y Bermejo) y alcaldes más concejales (Huatajata y Chúa Cocani, La Paz). En Chúa, Unidad Nacional (UN) asistió con candidato propio frente al MAS, la ASP y el MPS, y obtuvo un concejal. En Punata siguen las conversaciones para la unidad, y participan UN, la agrupación Martinucho, el MAS y el MSM. En Bermejo, la Alianza por Bermejo (UN-MNR Renovado se amplió hacia el PAN), frente al MAS y ASI. En estos dos municipios la elección es hoy domingo 13 de enero de 2013.
Beni, dos candidatos, dos visiones, dos proyectos. Primero, se trata de dos frentes distintos en su composición. El MAS es un frente de organizaciones sociales (campesinos, colonizadores y otros) con dirigentes cooptados a través de prebendas que llevan a confusión entre lo que es sociedad civil y lo que es Estado. Es ideológicamente confuso, tal como lo es su líder, con un nacionalismo estatista errático y un indigenismo radical de pose. Tiene una candidata nominada “a dedo” por el caudillo y vista internamente como “advenediza”, lo que ha generado fisuras internas con sectores “tradicionales” del MAS. Por el contrario, la Unidad Democrática es un frente que articula organizaciones políticas de alcance regional (Primero el Beni y el MNR) y otras de alcance nacional (Unidad Nacional y Convergencia) cuyo liderazgo y presencia la hace parte del actual sistema de partidos en proceso de renovación. La Unidad asienta su ideología en el respeto pleno a la democracia, al Estado de derecho y al eco-desarrollo. Carmelo Lens, antes subgobernador electo de la provincia Vaca Díez, venció a Jordan entre varios líderes regionales en dos encuestas sucesivas, procedimiento seleccionado por la Unidad para definir el candidato.
Segundo, los contendientes tienen dos diferentes visiones de país (rentista versus productivo). La economía del país y de sus departamentos continúa dependiendo de las exportaciones de materias primas, es decir del modelo extractivista primario-exportador. La búsqueda desenfrenada de hidrocarburos o minerales y la locura del MAS por romper el corazón del TIPNIS y favorecer el avasallamiento cocalero sustentan la visión de Jessica. El Beni y la Bolivia del MAS no tienen una economía dinámica ni diversificada, y por ello nuestros recursos exportables carecen aún de valor agregado y repetimos el mismo ciclo de dependencia de periodos anteriores.
La Unidad postula, en cambio, un Beni y una Bolivia con economía productiva, diversificada y ecológica, que invierte cantidades importantes de dinero y recursos humanos en la creación de oportunidades económicas, uniendo la ciudad con el campo. Este proyecto quiere un Beni eco-desarrollista, con políticas agroforestales, ganaderas, agroindustriales y turísticas que garantizan la autosuficiencia alimentaria, la distribución al mercado interno nacional y la exportación. Propone en Beni que potencia y proyecta su mentalidad productiva ya presente. La Unidad postula entender la riqueza, no como objeto de disputa, sino como resultado de la colaboración y el trabajo.
Tercero, hay dos programas diferentes (centralista versus descentralizador). Jessica fue representante de Ademaf, dirigida por Quintana y creada para limitar la Autonomía Departamental, y respalda una ley marco que permite sólo una autonomía raquítica y sin recursos. Aunque su programa postula cinco ejes estructurales: 1) Beni Productivo y Moderno, 2) Beni Integrado e Integrador, 3) Beni Autónomo y sin Corrupción, 4) Beni Amazónico-Moxeño Líder para el Mundo en Turismo y Cultura, 5) Beni Inclusivo para Todos y Todas, en esa propuesta el rol de la Autonomía Departamental es absolutamente secundario frente a lo que la misma Jessica llama “recibir el apoyo del presidente Evo” (presidencialismo caudillista acentuado hasta límites antidemocráticos por la superconcentración de poder). Jessica defiende una Autonomía amputada donde el nivel central se atribuye para sí, a pesar de la Constitución y la Ley de Autonomías, las cruciales tareas benianas de su desarrollo.
La Unidad, expresión de organizaciones genuinamente descentralizadoras, respeta el carácter constitucional de la Autonomía y el derecho de los departamentos a ser actores de su desarrollo, y tiene como eje de su programa la continuación del proceso autonómico iniciado en anterior gestión. Este eje articula innovadoras acciones de descentralización: Ley de Desconcentración de las Secretarías Departamentales, transferencia de competencias con recursos, POAs por provincias, y distribución equitativa y solidaria del 50% de los recursos al interior del Beni. Este eje autonómico sustenta varios programas: 1) en salud, un hospital SUSA en cada provincia, en el área rural y en poblaciones ribereñas, restitución de la “mochila autonómica”, y otros; 2) creación de la Subgobernación Indígena del TIPNIS, coordinando con los pueblos indígenas concernidos; 3) desarrollo vial a través de unidades ejecutoras desconcentradas provinciales de caminos; 4) desarrollo productivo a través del Fondo de Autonomía Productiva para dotar de semillas, insumos y asesoría técnica y comprar la producción para garantizar ingresos; en Ganadería financiar la lucha contra la fiebre aftosa y el Centro de Mejoramiento Genético y garantizar la seguridad jurídica de la propiedad ganadera, y apoyo a la microempresa (castaña, cacao, piscicultura) y al desarrollo turístico.
En la elección del Beni hay algo más que sólo dos personas que compiten. Hay dos tipos de organización, dos visiones de país, de departamento y dos programas de gobierno diferentes. El pueblo beniano tendrá la palabra definitiva el domingo 20 de enero de 2013.
La Unidad democrática de organizaciones regionales (Primero el Beni, el MNR) y las de alcance nacional (Unidad Nacional, Convergencia) tienen claro que la Unidad no es sólo para reclamarla, sino de practicarla y dotarla gradualmente de virtudes e innovación democráticas, respecto de los líderes y las prácticas políticas de los partidos, para enfrentar con oportunidad los riesgos que amenazan la democracia boliviana y construir una alternativa para recuperarla, fortalecerla y desarrollarla en bien de las benianas y benianos, bolivianos todos, sin exclusiones.