Todos los bolivianos somos originarios
Lo originario no puede ser aplicado al lugar físico de origen: todos los pueblos fueron migrantes
La ley de educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez se inicia con un marco filosófico y político sustentado en varios principios: “1) Es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, antiimperialista, despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y sociales; orientada a la reafirmación cultural de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas en la construcción del Estado Plurinacional y el Vivir Bien”.
Importa la “orientación” conferida a la educación boliviana y específicamente la noción de “originario” utilizada en la ley, que está orientada a la “reafirmación cultural” de: 1) los pueblos indígena originario campesinos. 2) las comunidades interculturales y 3) las afrobolivianas. Ergo: lo “originario” es exclusivo de los pueblos indígenas. Las comunidades afrobolivianas no son originarias. La inmensa comunidad castellano parlante no es originaria.
¿Cuál es el fundamento de esta discriminación? ¿Qué significa lo originario aplicado a pueblos y culturas? Originario proviene de origen, progenie, lugar, mundo cultural. Lo originario no puede ser aplicado al lugar físico de origen. Todos los pueblos del mundo fueron migrantes. En Bolivia, los pueblos amazónicos y los andinos provinieron del norte: tiwanacotas, urus, aymaras y quechua provinieron del Perú actual; los amazónicos, del Caribe. La comunidad mestiza castellano hablante provino de España y de alguna comunidad indígena boliviana. Estas comunidades, a su vez, se fueron expandiendo (el aymara por Perú, Bolivia, Argentina y Chile).
Tampoco el espacio físico donde se habita es fundamento para tipificar a un conjunto de pueblos como originarios. En este sentido, tan originarios somos los mestizos descendientes de europeos como los afrobolivianos, mestizados también con aymaras o europeos. En términos históricos, los quechuas llegaron a Bolivia la víspera del arribo de los españoles. ¿En qué sentidos aquellos son “originarios” y los mestizos y afrobolivianos no?
Menos puede servir un criterio biológico racista como fundamento de pueblo originario, si no queremos caminar por las absurdas teorías racistas tradicionales. La configuración de los pueblos es resultado de toda clase de cruces biológicos. No existe aymara puro ni quechua puro, sino en la imaginación de algunos teóricos estructuralistas y ahistóricos.
Ni siquiera un criterio histórico fundamenta la originariedad de un pueblo o cultura. La historia de la humanidad muestra hasta la saciedad el absurdo de las guerras de ocupación y dominio que provocan las guerras de liberación, de desquite o de asimilación. Veamos el ejemplo de los pueblos andinos. Los aymaras sometieron a los uru chipayas y, a su vez, fueron sometidos por los quechuas. Éstos implantaron una política de aculturación del pueblo aymara, eliminando su idioma, sin éxito. Ahora, aymaras y quechuas en Bolivia conviven pacíficamente. La pregunta lógica sería: ¿quiénes son los originarios: lo urus, los aymaras, los quechuas, los castellano hablantes? La historia de las guerras no nos dice nada sobre originariedad.
El único suelo originario de una cultura o pueblo es su lenguaje. Todos los miembros de una comunidad se hicieron seres humanos en el mundo del lenguaje en el que les cupo nacer. Lo que distingue a una comunidad cultural es su lenguaje en todas sus formas: lengua y paralenguajes, mitos, leyendas, normas, valoraciones, prohibiciones, costumbres, comidas, música, danza, arte, ese universo semiótico en el que viven sus integrantes, es la raíz originaria del ser humano y de su cultura. La ley de educación acierta al proponer intensificar esos mundos culturales. En lo que hierra es en que, con una ingenuidad conceptual notable, piensa que eso es exclusivo de los pueblos indígenas y no de los mundos culturales castellano-hablantes y afrobolivianos. Todos los bolivianos hijos de bolivianos somos originarios, incluido el mestizo presidente de Bolivia.