‘Los amigos del muro’ visitan el mundo real
Alexandra Ramírez presenta en su exposición el universo mágico que creó a partir de dibujos, muñecos y animaciones.
Además de bocetar, dibujar y pintar a mano —y en digital— a cada uno de los personajes que crea, la historietista Alexandra Ramírez les da un cuerpo hecho de alambre, esponja y retazos reciclados, los “modela en tela”, les da un nombre y una historia.
Lo que comenzó como un pasatiempo paralelo al dibujo de historietas y el diseño de personajes, se convirtió en la base fundamental del proyecto más importante de su carrera.
La arquitecta de formación plantea efectuar una serie animada en dos dimensiones y en stop motion (técnica de animación en que se aparenta el movimiento de objetos a través de una serie de imágenes sucesivas, para las que requiere de muñecos o puppets) titulada Los amigos del muro.
La exposición que realiza en el Espacio Simón I. Patiño, hasta el 15 de febrero, es una muestra del avance de su trabajo, tanto en la creación de personajes, la construcción de los mismos y la experimentación con ellos en estas técnicas de animación.
“Los amigos del muro me ha abierto muchas puertas, creo que la gente ve otro tipo de espíritu en esto, más sensibilidad, tal vez. Cuando estaba dando mi entrevista para ir a estudiar animación en España, comencé mostrándome muy seria, muy competente. Pero al final, me arriesgué y les mostré los muñecos a los miembros de la comisión evaluadora. Les expliqué la idea que tenía y por qué quería, en realidad, necesitaba estudiar animación. Así que me dieron la beca”.
Estudió animación en Salamanca por dos años (2010-2012), lo que le dio más experiencia. Pero fue durante los talleres que dio la escuela de animación danesa Animation Workshop en Bolivia, en 2013 y 2014, lo que terminó de darle consistencia al proyecto.
Ahora Ramírez trabaja para perfeccionar la construcción de los muñecos, para darles mayor expresividad y más consistencia a la historia. “Quiero generar una estructura profesional para los bocetos en tela. Además de darles movilidad en las articulaciones más importantes del cuerpo, también quiero ver cómo generar expresividad en sus rostros. Algunos tienen mecanismos de movimiento en orejas o mandíbula, o les hago diferentes expresiones faciales intercambiables”.
La creación de un personaje tiene varias fases. La primera es un dibujo inicial, tras del cual, lo pinta y diseña con más detalle, siempre a mano, con material sencillo. Luego, pasa al dibujo digital, donde se cambia y se le agregan más características. Después, si es elegido, se construye con materiales reciclados y por último está el bautizo y la creación de su historia.
“Desde el principio, mi mamá ha sido parte del proyecto. Solía ser la que les ponía nombre y creaba sus historias. Ahora, todo su aporte es un tesoro para mí. Los amigos del muro está dedicado a ella, que falleció hace tres años, justo en ese límite en el que yo estaba creando esta base sólida para todo el proyecto”.
Este trabajo narra la historia de Sandy, una niña pequeña que ha perdido a sus padres y vive bajo el cuidado de su abuela, que tiene una forma muy dura de tratarla.
Para aliviar su soledad, Sandy dibuja todo el tiempo y crea un mural en una de las paredes de su cuarto. Un día descubre unas manchas en su muro. Asustada, trata de cubrirlas con sus dibujos, pero se da cuenta de que éstos no logran taparlas. Primero, entra en crisis y se pregunta si se está volviendo loca, pero después comienza a escuchar que le hablan.
Las manchas/sombras le señalan que son sus amigos, que quieren cuidarla y estar con ella, gracias a toda la energía que puso en sus dibujos. Entonces, Sandy les crea “nuevos contenedores” de tela, para poder conocerlos e interactuar con ellos más facilmente. Con sus nuevos cuerpos Felipe, una especie de ranita verde, y Roger, un diablillo, aparecen en la historia. Se convierten en los mejores amigos de la niña y le aconsejan a qué otros seres liberar del muro.
Cada personaje tiene una personalidad y una historia que hacen que difieran de los dibujos animados convencionales. Sus características nacen de experiencias complejas que les dan defectos y virtudes. Por ejemplo, Felipe, el primer amigo que sale del muro, es noble y dulce, pero le hace falta fortaleza. Su contraparte y enemigo, Roger, es muy seguro y fuerte, pero también egocéntrico —siempre está riendo, con los dientes expuestos— lo que hace que no siempre tenga buenas intenciones.
Existen también personajes que tienen historias más duras, que han sufrido cierto tipo de violencia —de la que quieren cuidar a Sandy— o que tienen personalidades más complejas: son músicos frustrados, tienen adicciones o son seguidos por fanáticos que copian su estilo. Por estas problemáticas es que la serie animada estará dirigida más a un público adolescente y adulto.
Este universo transita entre dos mundos. El de Sandy —que se rige bajo las normas del mundo real— estaría animado en dos dimensiones, mientras que todo lo que sucede en el mundo detrás del muro —que es un bosque— estaría recreado en stop motion. Si bien Roger y Felipe pueden interactuar en el mundo real, a través de los muñecos que cose Sandy, la pequeña llega al mundo detrás del muro cuando sueña.
Hasta ahora, Ramírez tiene 240 personajes dibujados, 120 pintados y diseñados y 50 construidos. Cada pieza tiene un nombre y una historia con gran carga emotiva. En la exposición hay muñecos, cuadros digitales y un mural, todas las piezas están a la venta.
Paralelamente, la artista sacará una serie de libros que cuentan las historias de algunos de los personajes. Como serán libros para niños pequeños, tendrán un formato especial y relatos con temáticas acordes para ellos. “En julio saldrá el primer volumen, que está impreso en tela. Cuenta la historia de Pepe Cuadros, un cuadrado que nace en un barrio de círculos”, explica Ramírez.