Finanzas sostenibles o rentabilidad
Responsabilidad. La pobreza, el cambio climático y la pandemia cambiaron la forma de invertir
ECONOMÍA
Hasta hace unos años se efectuaban inversiones para generar rentabilidad; no obstante, la pobreza, el cambio climático y la pandemia modificaron esa visión en el mundo.
Bolivia no es la excepción y una alianza entre la banca y PNUD impulsa finanzas sostenibles.
Las consecuencias del COVID-19, sumadas a los efectos del cambio climático, han acentuado la sensibilidad de las empresas e inversionistas para que a la hora de financiar emprendimientos no solo consideren intereses económicos, sino también valoren criterios ambientales y sociales.
Para el representante residente adjunto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia, Dennis Funes, las finanzas sostenibles cambiaron la forma tradicional de pensar que las inversiones solo deben generar un retorno económico.
“A las finanzas tradicionales lo único que les interesaba era el crecimiento económico, es decir, una fórmula riesgo rentabilidad y saber si se puede invertir en un proyecto o no. Del otro lado teníamos la filantropía, del otro lado estaba lo que es la responsabilidad empresarial, tenemos lo que hacen los mecanismos no gubernamentales, las fundaciones. Entonces esos dos mundos que antes vivían de forma separada en las finanzas sostenibles, se encuentran”, dijo a LA RAZÓN.
RENTABILIDAD. Este criterio es compartido por el analista económico Jaime Dunn, quien señaló que en el ámbito de las finanzas, la sostenibilidad se está volviendo uno de los “puntales” más importantes en el desarrollo del sistema financiero nacional. Sin embargo, todavía se cree de forma errónea que las finanzas sostenibles no son rentables.
“Todos creen que invertir de forma responsable o hacer las cosas bajo los principios de empresa responsable te hace menos eficiente, hace que tu producto sea más caro y que al final te signifique plata, pero es totalmente lo contrario y está demostrado que las empresas que aplican esos principios y los inversionistas que los financian, obtienen mayor rentabilidad”, sostuvo.
El economista también explicó que los Principios de Inversión Responsable (PRI) son una iniciativa global que pretende que todos los inversionistas incorporen factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones de inversión y la administración de portafolios, complementando los métodos tradicionales de análisis financiero. Los PRI buscan fomentar un sistema financiero global económicamente eficiente y sostenible para la creación de valor a largo plazo que beneficie al medio ambiente, y a la sociedad en su conjunto.
Además que los PRI han sido de gran impacto y han dado lugar a las finanzas sostenibles. Por lo tanto, se puede inferir que un inversionista, ya sea una persona natural o jurídica, se clasificará como “inversionista responsable” si tiene como estrategia el configurar un portafolio de inversiones con empresas que cumplan con los aspectos sociales, ambientales y de gobierno corporativo necesarios para garantizar el bienestar de las personas.
A ello, Funes complementó que las finanzas sostenibles son como las tradicionales, tienen un análisis del riesgo crediticio donde se establece un score (comportamiento financiero) de riesgo para las inversiones que se efectuarán, se define el nivel de rentabilidad o de retorno financiero que tendrá esa inversión.
“La diferencia es que al agregar la palabra sostenible, se define que hay una buena gestión de los riesgos sociales y ambientales y además hay una contribución positiva a la sociedad y al planeta”.
Por tanto, existe un nuevo espectro de inversiones que “se conocen como inversiones sostenibles, inversiones responsables, inversiones de impacto, que garantizan —por un lado— el retorno financiero bajo un riesgo aceptable; pero por otro lado, se gestionan de mejor manera los riesgos sociales y ambientales que generan riesgos positivos para la sociedad y el planeta”.
El representante del organismo internacional, finalmente reiteró que con las finanzas sostenibles “además de tener un retorno para la banca, en este caso, van a poder demostrar cuál es su contribución positiva en temas como recuperación de empleo, luego del impacto que ha tenido la pandemia del COVID-19 en el país, por ejemplo, dijo.
OBJETIVOS. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), hace seis años aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino para mejorar la vida de su población, sin dejar a nadie atrás.
La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente y el diseño de ciudades.
La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que buscan poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, así como poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. Además, promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Y adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, entre otros objetivos en los cuales las finanzas sostenibles pueden ser aplicadas.
Once bancos medirán su aporte a los ODS
Las 11 entidades financieras que conforman la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) contarán con un sistema que les permitirá medir su contribución para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el país, así como a las prioridades que establece el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES).
Con esa perspectiva, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Asoban, la pasada semana sellaron una “alianza estratégica” para llevar adelante un programa de finanzas sostenibles a fin de impulsar en Bolivia inversiones en materia social y ambiental en el marco de los ODS.
“Los 11 bancos asociados a Asoban van a tener un sistema que les va a permitir definir una línea de base de indicadores sociales y ambientales, que les permita medir la contribución o el avance positivo que han tenido estos indicadores, que puede ser en empleo, género, cambio climático, y así en cada crédito que otorguen —tanto a micro, pequeñas y grandes empresas en diferentes sectores de la economía boliviana— se podrá medir esta contribución”, explicó a LA RAZÓN el representante residente adjunto del PNUD en Bolivia, Dennis Funes.
Con esta alianza no solo se medirán los impactos positivos sino también se gestionarán los impactos negativos que la banca privada tiene en Bolivia.
“Por lo tanto, la banca va a poder alinear esta contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y también a las prioridades que tiene el país a través del Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES)”, dijo el representante.
ASISTENCIA. Con este acuerdo, en los próximos seis meses se llevará adelante una asistencia técnica, que en una primera etapa identificará los objetivos de impacto, los indicadores y sectores que serán apoyados, y en una segunda se desarrollará una plataforma tecnológica para el proceso de medición.
“Nosotros tenemos previsto dar esta asistencia técnica en seis meses, en los primeros tres meses vamos a desarrollar toda la teoría del cambio, se van a identificar los objetivos de impacto, los indicadores que se van a utilizar y todos los sectores que serán apoyados. Y los siguientes tres meses serán para desarrollar la plataforma tecnológica que permitirá a Asoban medir toda esta contribución de manera automatizada y generar reportes semestrales y anuales para su presentación en sus informes de sostenibilidad”, detalló Funes.