Sin baterías no habrá transición energética
AIE: ‘El almacenamiento eléctrico debe sextuplicarse hasta 2030’
El crecimiento de las baterías superó a casi todas las demás tecnologías de energía limpia en 2023. La caída de los precios de las materias primas, el avance de la innovación y las políticas industriales de apoyo ayudaron a aumentar la demanda de estos dispositivos. El almacenamiento energético es fundamental para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos asumidos por los países en la conferencia climática COP28 que se celebró en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, a principios del año.
En el primer análisis exhaustivo de todo el ecosistema de las baterías, el informe especial de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sobre transiciones energéticas seguras establece el papel que pueden desempeñar el almacenamiento, junto a las energías renovables, como una alternativa competitiva, segura y sostenible a la generación a partir de combustibles fósiles. Al mismo tiempo, el reporte de esta semana del organismo internacional destaca la importancia para la descarbonización que tiene la migración del transporte por carretera hacia los vehículos eléctricos.
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Transición energética
En menos de 15 años, los costos de las baterías han bajado más del 90%, una de las caídas más rápidas jamás vistas en tecnologías de energía limpia. El tipo más común de baterías, las basadas en iones de litio, generalmente se han asociado con la electrónica de consumo. Sin embargo, hoy en día, el sector energético representa más del 90% de la demanda total de estos dispositivos.
Solo en 2023, el despliegue de baterías en el sector energético aumentó más de un 130% interanual, añadiendo un total de 42 gigavatios (GW) a los sistemas eléctricos de todo el mundo. En el sector del transporte, los almacenadores han permitido que las ventas de automóviles eléctricos aumenten de 3 millones en 2020 a casi 14 millones el año pasado, y se espera un fuerte crecimiento adicional en los próximos años.
“Los sectores de la electricidad y el transporte son dos pilares clave para reducir las emisiones lo suficientemente rápido como para cumplir los objetivos acordados en la COP28 y mantener abierta la posibilidad de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 °C”, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
“Las baterías sentarán las bases en ambas áreas y desempeñarán un papel invaluable en la ampliación de las energías renovables y la electrificación del transporte, al tiempo que brindarán energía segura y sostenible para empresas y hogares. La combinación de energía solar fotovoltaica y baterías es hoy competitiva con las nuevas plantas de carbón en la India. Y apenas en los próximos años será más barato que el carbón nuevo en China y la energía alimentada por gas en Estados Unidos. Las baterías están cambiando el juego ante nuestros ojos”, aseveró el ejecutivo.
Informe
Según el informe de la AIE, el despliegue de baterías deberá aumentar significativamente desde ahora hasta el final de la década para permitir que el mundo se encamine hacia los objetivos energéticos para mitigar el cambio climático.
La AIE prevé que la capacidad total de almacenamiento de energía se multiplique por seis para 2030 en todo el mundo. Las baterías representarán el 90% del aumento y la energía hidroeléctrica de bombeo representará la mayor parte del resto.
Al permitir una mayor proporción de energías renovables en el sistema energético y trasladar el suministro de electricidad a cuando más se necesita, las baterías ayudarán a avanzar en los objetivos establecidos en la COP28. Estas incluyen triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, duplicar el ritmo de las mejoras en la eficiencia energética y abandonar los combustibles fósiles.
Para triplicar la capacidad mundial de energía renovable de aquí a 2030, se necesitarán 1.500 GW de almacenamiento de energía, de los cuales 1.200 GW provendrán de baterías. Un déficit en el despliegue de suficientes baterías correría el riesgo de estancar las transiciones a energías limpias en el sector energético.
Para ampliar las baterías a nivel mundial, la AIE señala que los costos deben reducirse aún más sin comprometer la calidad y la tecnología. Garantizar la seguridad energética también requiere una mayor diversidad en las cadenas de suministro, incluso para la extracción y el procesamiento de los minerales críticos utilizados en las baterías y a lo largo del proceso de fabricación. Los países ya están abordando esto a través de ambiciosos programas industriales para apoyar la capacidad de fabricación local con políticas específicas en los Estados Unidos, la Unión Europea e India.