La educación escolar, un futuro seguro
Después del impacto que tuvo la pandemia en los últimos años, la Unesco recomendó al planeta la necesidad de crear y proyectar propuestas innovadoras para la educación escolar (internet). Una realidad que exige el acercarla a los nuevos tiempos a través de transformaciones que representen llevar al futuro a la educación escolar.
Para ello, se hace necesaria la realización de importantes transformaciones, por ejemplo en la educación inicial, donde el juego —fuente de desarrollo cognitivo— sea explotado para el crecimiento de las habilidades y el razonamiento. Un principio vital para esos niños, que utilizan esas habilidades para entender y organizar su mundo.
También es preciso un método que tenga como elemento fundamental el desarrollo de la imaginación, lo que exige la creación de programas educacionales que lleven al futuro a la educación escolar.
Lo interesante es que hoy ya existen las condiciones para el apoyo creativo, el cual debiera incluir sin duda a lo informacional como parte del desarrollo de la imaginación, motivado por lo recreativo a través del juego.
Así pues, una primera meta sería la evolución del esparcimiento a través de la informatización del juego infantil. Un método que podría plasmarse mediante el uso de sistemas versátiles orientados a la educación. Un universo sin límites que lleva a los niños a trabajar, crear y obviamente a aprender. Y lo mejor son útiles para innovar.
Nos referimos a lo digital, cuya incorporación aún no es oficial en los programas de educación escolar, sin embargo ya nacieron voces sobre la urgencia de llevar adelante propuestas innovadoras en la educación en general.
Indudablemente, hoy los niños se encuentran inmersos en el mundo tecnológico y virtual gracias a los padres de familia, que incentivaron en ellos el uso de aparatos como los celulares y las tablets, los cuales pueden acoger una infinidad de juegos infantiles. De ese modo, el manejo y acceso a lo digital para muchos pequeños se ha hecho algo normal y rutinario en la última década. Empero, esos juegos enlatados terminan por crearles cansancio y dependencia, lo que hace necesario introducir nuevos métodos de enseñanza que colaboren a aprender creando.
Hace falta pues construir programas educacionales basados en el uso del juego digital como medio para la práctica del pensamiento reflexivo, algo fundamental en esta época para la extensión del conocimiento.
Es innegable que hoy el esparcimiento se halla vinculado con el descubrimiento y que el tema de la cognición aún no alcanzó la revolución intelectual de la niñez, traducida en pensadores flexibles, capaces de enfrentar los nuevos retos de la educación.
Con todo, seguiremos insistiendo en que la educación debe evolucionar acorde a los tiempos, vale decir que haga énfasis en la necesidad que tienen los niños de jugar aprendiendo, lo que hace inexcusable el hecho de continuar estudiando y proponiendo nuevos métodos de desarrollo creativo, concebidos con una mirada al presente, y su proyección al futuro.
Por todo ello, parece significativo que se incorporen nuevos sistemas para la extensión del conocimiento, útiles para fortalecer a la educación.
Por su carácter transversal, se debe reconocer que “la educación nunca dejará de ser el tema más determinante para proyectar sólidamente el futuro de un país”. Una frase que implica transformaciones sustanciales que son responsabilidad de toda nación.
Patricia Vargas es arquitecta.